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Las unidades estarán ubicadas en las sedes de las Empresas Sociales del Estado (ESE) de Cali.
Las unidades estarán ubicadas en las sedes de las Empresas Sociales del Estado (ESE) de Cali. | Foto: Secretaría de Salud - API

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Cali, una de las ciudades con las cifras más altas de suicidio, abrió cinco unidades para atender casos de salud mental

La secretaria de Salud de Cali dio a conocer dónde estarán ubicadas las unidades de atención.

11 de octubre de 2022

En Cali, la tercera ciudad del país con la tasa de suicidios más alta en lo corrido de este año, abrieron cinco unidades para la atención de la salud mental. De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con corte a agosto, 81 personas decidieron acabar con su vida.

En un intento por reducir estas cifras y combatir los trastornos mentales, que en muchas ocasiones influyen en la decisión del suicidio, la ciudad habilitó estos espacios, los cuales estarán repartidos en cinco sedes de las Empresas Sociales del Estado (ESE).

“El objetivo primordial dentro de red de prestación de servicios de salud es articular diferentes actores para dar un tratamiento integral a las personas con consulta o que requieran atención alrededor de violencia, del consumo problemático de sustancias psicoactivas o de trastornos de salud mental”, dijo Miyerlandi Torres, secretaria de Salud de Cali.

Según la funcionaria, el personal de las ESE está terminando de capacitarse para incluir tratamientos con sustitución de opioides entre los servicios. “Un elemento innovador que presentan nuestras unidades funcionales es que en ellas habrá tratamiento con metadona para la adicción a opioides. Para ello se preparó al recurso humano de las ESE, que será certificado por el Ministerio de Salud”, detalló.

Torres espera que estas unidades se integren a la oferta de atención existente: “Estamos conectados con el sistema integrado de servicios de ambulancia y a la línea 106, que está activa las 24 horas, como la construcción de un sistema de información en salud mental que nos permita tener datos de la comunidad ante las enfermedades de salud mental”.

Las unidades de salud mental estarán en estas cinco ESE:

- ESE Sur Oriente: IPS Unión de Vivienda Popular.

- ESE Oriente: IPS Desepaz.

- ESE Norte: Hospital Joaquín Paz Borrero.

- ESE Centro: IPS Obrero.

- ESE Ladera: IPS Meléndez.

El panorama de salud mental en la capital del Valle es preocupante: los intentos de suicidio pasaron de ser 880 en 2021 –con corte a septiembre– a 1.208 en 2022.

La ciudad estuvo presa durante varias semanas de bloqueos que dificultaban la movilidad y una ola de violencia sin precedentes acrecentó la incertidumbre. Así lo expuso Andrea Otero, psiquiatra de la Clínica Imbanaco y presidenta de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, en entrevista con SEMANA: “Las crisis económicas tienen incidencias directas y lineales en las tasas de suicidio en cualquier país”. Si a esto se le suma el confinamiento del que venía la población caleña por cuenta de la pandemia y la falta de socialización que eso contrajo, se obtiene como resultado un peligroso coctel social. El incremento desmedido de los intentos de suicidio lo reflejan.

Frente al incremento de intentos suicidas en la población adolescente de Cali, la psiquiatra Otero resalta que la escalada de esta conducta “se da principalmente en jóvenes que han visto bastante afectados por la pandemia, porque para ellos la socialización es muy importante y no pudieron hacerlo. Muchos de ellos tuvieron dificultades con la virtualidad académica, entonces se atrasaron en los estudios. A esto hay que sumarle que pasaron demasiado tiempo consumiendo contenidos de redes sociales. Todo esto afectó la salud mental de los jóvenes”.

La tristeza, la ansiedad, la vergüenza y la culpa son señales de alerta en los menores de edad, al igual que la verbalización de no querer continuar con su vida. También se debe prestar especial atención al aislamiento social y al consumo de bebidas alcohólicas y psicoactivas.

Expertos consideran que siempre hay indicios de alarma, pero que el estigma hacia las enfermedades mentales y el suicidio hace que se le reste atención a esas señales y que la intención suicida acabe pasando desapercibida hasta que llega la decisión final.

“Las personas con ideación suicida no se quieren suicidar, nadie quiere suicidarse, pero aunque tienen motivos para quedarse en este mundo, llega un momento en que no encuentran salida, no ven la solución y toman la decisión de suicidarse”, añade Otero.

De ahí la importancia de la ayuda, primero social y después profesional. Los psiquiatras recomiendan a las familias, parejas y amigos preguntar, de frente y sin rodeos, a la persona que sufre si está pensando en suicidarse. Los cuestionamientos sobre la salud mental no incitarían a quien considera quitarse la vida, sino que, por el contrario, permitirían tender un puente hacia la luz. Aconsejan, además, tras preguntar, escuchar con atención y empatía, sin hacer juicios de valor, para luego buscar el acompañamiento de expertos.