Turismo

¿Cómo llegar y qué hacer en el tesoro natural de Cundinamarca conocido como ‘la montaña sagrada de la luna’?

Visitar este lugar puede ser un plan perfecto para disfrutar durante una escapada de fin de semana cerca a Bogotá.

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12 de noviembre de 2025, 11:47 a. m.
Cerro Quininí.
Cerro Quininí. | Foto: Gobernación de Cundinamarca

¿Desea vivir una experiencia que despierte todos sus sentidos entre historia, neblina y espiritualidad? Si es así, a tan solo unos kilómetros de Bogotá, puede descubrir un destino ideal que le ofrece esta aventura en el departamento de Cundinamarca, exactamente en el corazón del Sumapaz.

En medio del paisaje verde espeso de esta localidad de Colombia, bajo el abrigo de la neblina, se esconde uno de los tesoros más míticos y emblemáticos del territorio cundinamarqués: el Cerro Quininí, cuyo nombre en lengua indígena significa “montaña sagrada de la luna”.

De acuerdo con la Gobernación de Cundinamarca, este sitio de poderosa energía ancestral, ubicado en el municipio de Tibacuy, fue en tiempos antiguos un centro ceremonial de la comunidad Panche. En la actualidad, continúa siendo un refugio natural y espiritual, ideal para quienes desean desconectarse del ruido, disfrutar de la calma y dejarse cautivar por los paisajes sobrecogedores que lo rodean.

¿Cómo llegar al Cerro Quininí y qué hacer?

Para llegar al Cerro Quininí, según explica el portal Baquianos, hay dos opciones: una tomando un bus intermunicipal desde Bogotá hasta Fusagasugá y allí tomar otro servicio de transporte público hasta El Ocobo, en el camino de entrada al Parque Quininí.

La segunda opción es tomar un bus en la Terminal del Sur de Bogotá con destino a Silvania y una vez en este municipio, tomar otro servicio de trasporte con destino a la reserva natural. La ruta de acceso es por Tibacuy, a aproximadamente 2 horas de Bogotá.

Cerro Quininí
Cerro Quininí | Foto: Gobernación de Cundinamarca

Para disfrutar de esta experiencia no se necesita una gran inversión, aunque sí es necesario cancelar un valor de ingreso al lugar.

Al llegar a la “montaña sagrada de la luna” de Cundinamarca, los visitantes emprenden una interesante caminata ecológica que los conduce a descubrir varios de sus atractivos, como los miradores la Peña del Diablo o la Cueva de los Panches, donde el horizonte se despliega en todo su esplendor: el Valle del Magdalena Medio, la meseta de Chinauta, Fusagasugá, Silvania, Viotá y, en los días despejados, incluso el Nevado del Tolima, conforman un panorama que deja ver la grandeza del paisaje cundinamarqués.

Durante el ascenso, de 4.5 kilómetros por antiguos caminos reales, se atraviesan bosques nativos de robles, bromelias, musgos y lianas que envuelven al visitante en un ambiente de pureza y misterio.

A lo largo del trayecto, también se encuentran diferentes pinturas rupestres y formaciones rocosas que revelan las huellas de un pasado sagrado: un templo natural donde se celebraban rituales de fertilidad, ofrendas a la luna y ceremonias de conexión con el cosmos.

Datos clave para tener en cuenta

  • Nivel del sendero: moderado. Duración promedio del ascenso: 3 horas.
  • Servicios: Guías locales, hospedajes rurales, alimentación campesina y zonas de camping.
  • Clima: 17 °C promedio, alta humedad, neblina frecuente.

Para garantizan una experiencia agradable se recomienda llevar agua, bloqueador solar, ropa y calzado cómodo y gorra. Además, es fundamental respetar la señalización ambiental para evitar contratiempos y contribuir a cuidar esta joya natural.