Agro
El café agridulce: mientras alcanza las exportaciones más altas en las últimas dos décadas, sigue la inquietud por su futuro en EE. UU.
Colombia atraviesa un momento favorable para el sector cafetero que se puede convertir en un boom en un crecimiento sostenido, advierte ANIF. La decisión de un aumento de aranceles a EE. UU. está en manos del presidente Trump.
Siga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

Después de la inclusión a la Lista OFAC, antes Lista Clinton, del presidente Gustavo Petro, su esposa Verónica Alcocer, Nicolás Petro Burgos y el ministro del Interior, Armando Benedetti, la gran preocupación es una escalada de sanciones a nivel arancelario, como lo había advertido el mismo presidente Donald Trump días atrás.
El impacto sería devastador para algunos sectores económicos, en especial el agrícola, con productos como el café y las flores, cuyo principal destino es el mercado estadounidense.
De hecho, en una reciente entrevista a SEMANA, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, señaló que cerca del 40 % del café colombiano se vende en Estados Unidos, una cadena de valor de la que dependen más de 1.314.133 personas; y la industria de flores, que destina alrededor del 80 % de sus exportaciones a ese mercado y genera unos 200.000 empleos —en su mayoría mujeres cabeza de hogar—, también se vería fuertemente afectada.

Aunque Marco Rubio, secretario de Estados de los Estados Unidos, —después de la decisión contra Petro y sus allegados al ser incluidos en la Lista OFAC— señaló que no se adoptaron medidas arancelarias contra Colombia porque “no se quiere afectar su economía ni castigar su población”, no cerró del todo la puerta, al dejar en claro que la decisión sobre aranceles es exclusiva del presidente Trump.
“Hoy los aranceles están postergados, pero latentes. En la práctica, la decisión depende del presidente Trump y puede activarse bajo instrumentos de seguridad nacional o comercio exterior, sin trámite legislativo previo. Dicho eso, no estamos ante una decisión tomada: el riesgo es real, pero condicional. Su probabilidad crece si en Washington se consolida la percepción de insuficiente cooperación verificable en materia de drogas, justicia y control del narcotráfico; disminuye si hay señales claras, medibles y oportunas de coordinación bilateral”, dijo Lacouture.

En medio de ese panorama, un reciente informe de ANIF muestra el buen momento que atraviesa el café. “La actividad cafetera representó el 12,2 % del sector agropecuario y el 1,5 % del valor agregado de la economía colombiana durante 2024. Para primer semestre de 2025, el sector caficultor registró un crecimiento anual de 6,4 %. Lo anterior evidencia una recuperación tras la contracción de -17,2 % registrada en 2022 a causa de la pandemia, mostrando la buena dinámica de un sector que ocupa a 592.000 trabajadores y que representa más del 11 % de la canasta exportadora, su mayor nivel en dos décadas”.

En el mundo, Colombia mantiene su posición como tercer productor de café, con el 10 % de las exportaciones globales, superado por Brasil, que tiene el 33,5%, y muy de cerca a Vietnam, que registra 11,7%.
Mientras en 2024, la producción alcanzó los 14 millones de sacos de 60 kilogramos, representando un incremento de 23,4 % respecto a 2023, la cifra más alta desde 2019, la dinámica se mantiene en 2025. “Al mes de septiembre, la producción acumula 10 millones de sacos, un aumento de 38,9 % frente a 2024. Las exportaciones a agosto crecieron un 79 % interanual, alcanzando 480.865 toneladas métricas y 3.675 millones de dólares FOB”, señaló ANIF.
Varios factores han acompañado el buen momento del café colombiano. Por un lado, los precios; y, por otro, los factores climáticos. Según ese centro de pensamiento, en promedio a septiembre, el precio interno por carga de 125 kilogramos se ubicó en 2.8 millones de pesos, superior a los 1.9 millones de pesos promedio de 2024.
“A su vez, el precio internacional alcanzó 3.8 dólares por libra entre enero y septiembre, frente a 3.4 dólares en 2024. Sin embargo, este boom tiene efectos adversos para los hogares. A septiembre de 2025, los precios del café en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registraron un aumento acumulado de 50 % generando presiones inflacionarias”, advierte el informe.
El incremento de precios internacionales responde a factores coyunturales por menor producción en países exportadores como Brasil y Vietnam. Según el análisis de ANIF, las alteraciones climáticas han afectado la producción en estos países, generando sequías prolongadas e inestabilidad en los patrones de lluvia que redujeron la producción esperada.
“Simultáneamente, la demanda mundial se mantiene robusta, impulsada por el crecimiento del consumo en mercados emergentes. Esta combinación de restricción de oferta y una demanda sostenida ha llevado a que el precio del café aumente”, agrega.
En este escenario, Colombia atraviesa un momento favorable para el sector cafetero con ventajas competitivas que, de acuerdo con ANIF, pueden convertir este boom en un crecimiento sostenido. En la actualidad, Colombia tiene ventajas competitivas en el mercado de Estados Unidos: cuenta con un arancel de 10 %, frente a Brasil y Vietnam, que enfrentan aranceles del 50 % y 20 % respectivamente, por ello la preocupación en un eventual incremento en los aranceles.
“Además, aunque los precios colombianos han aumentado, Brasil experimentó incrementos mayores, mejorando la competitividad relativa. La expansión hacia mercados asiáticos y el desarrollo de capacidad productiva impulsarán sosteniblemente la caficultura, contribuyendo al crecimiento económico nacional”, concluye el estudio.

