Las mujeres son más aversas al riego y eso hace que tengan menos propensión a usar productos financieros digitales. Además, en promedio, tienen menos teléfonos celulares con planes de datos que los hombres.

GÉNERO

¿Por qué las finanzas de las mujeres son más vulnerables que las de los hombres?

Aunque son las que manejan la plata en el hogar, no tienen rol protagónico en decisiones de inversión o ahorro. Si quedan desempleadas tienen menos capacidad de aguante económico que los hombres y dicen saber menos sobre temas como tasas de interés o inflación, aunque intuitivamente los manejan.

8 de marzo de 2021

Las mujeres no solo tienen desventajas en materia salarial y de inclusión laboral, sino también en el manejo del dinero. Así lo establece una investigación del banco de desarrollo latinoamericano, CAF, según el cual, brasileñas, colombianas, ecuatorianas y peruanas tienen una menor resiliencia que sus compatriotas hombres ante choques financieros negativos.

Pese a que varios estudios han demostrado que ellas son, en promedio, más organizadas con la plata, cuando se quedan sin empleo por choques como los derivados por la pandemia de coronavirus, 60 por ciento de las mujeres no puede seguir cubriendo sus gastos por más de tres meses en comparación con 55 por ciento de los hombres.

Para los investigadores de la CAF la explicación para esa mayor vulnerabilidad financiera femenina podría estar en el hecho de que las mujeres acumulan menos activos que los hombres y, por ende, tendrían menos de ‘donde echar mano’ en caso de necesitar recursos. Así mismo, las mujeres suelen acceder a productos de endeudamiento más costosos que los hombres, al tiempo que tradicionalmente han tenido una posición más débil en el mercado laboral, lo cual se traduce en menores ingresos.

La crisis derivada por la covid-19 ha aumentado la vulnerabilidad financiera de las mujeres, que no es un fenómeno nuevo, pero que se ha acentuado con la pandemia, pues esta ha sido más severa con las mujeres que con los hombres en el aspecto económico. Numerosos sectores en donde el empleo femenino es mayoría siguen cerrados o trabajando a media marcha (hotelería, restaurantes, peluquerías, servicio doméstico, etc.) A lo anterior se suma, que muchas otras han tenido que dejar sus trabajos para encargarse del cuidado de los niños y tareas del hogar.

¿Saben de temas financieros?

Este análisis se deriva de una encuesta de capacidades financieras que realiza la CAF entre sus países miembros. Allí se consulta, por ejemplo, cuánto creen que saben los individuos sobre temas financieros como la tasa de interés simple y compuesta, el valor del dinero en el tiempo, la inflación y la relación entre riesgo y rentabilidad. En general, ni hombres ni mujeres alcanzan un nivel de conocimientos financieros altos (que sería de 6 en una escala de 1 a 6). En promedio en los cuatro países evaluados (Brasil, Colombia, Ecuador y Perú), ellos obtienen un puntaje de 4,99 y ellas de 4,70.

La brecha de género en conocimientos financieros se puede deber a una menor confianza de las mujeres en sí mismas. Sin embargo, un experimento realizado en Holanda demostró que en efecto las mujeres saben menos de temas financieros que los hombres, pero saben más de lo que creen que saben.

Diana Mejía, investigadoras de la CAF y una de las autoras del estudio, explica que, si bien las mujeres son buenas administrando y ejecutando la plata en los hogares, no tienen un rol protagónico en la toma de decisiones financieras para hacer rendir el dinero o para invertirlo.

Esto se evidencia también en el hecho de que las mujeres hacen menos uso de los servicios financieros digitales que los hombres, debido principalmente a dos razones. La primera es que ellas tienen en promedio menos teléfonos celulares con planes de datos que los hombres, lo cual está asociado a su menor nivel de ingresos, y la segunda en que ellas suelen ser más aversas al riesgo, lo que hace que no se animen a invertir en alternativas que no entienden o que consideran riesgosas.

Para reducir la vulnerabilidad financiera de las mujeres, los expertos de la CAF sugieren mejorar su educación en este aspecto, pero sobre todo su autoconfianza. Así mismo, que las entidades financieras diseñen productos con perspectivas de género, donde tengan en cuenta las diferencias de hombres y mujeres a la hora de ahorrar o invertir.