¿Se podrá controlar la inflación con las alzas de tasas del Banco de la República?

La tarea número uno que le puso la Constitución Política de 1991 al Banco de la República fue mantener controlada la inflación de Colombia, que en agosto pasado se trepó hasta un 10,84 %, el dato anual más alto desde abril de 1999 debido a los altos precios de los alimentos y los servicios públicos, como la energía eléctrica.

Para atajar esta escalada de precios que viene desde el 2021, el banco central comenzó a subir sus tasas de interés rápidamente y en solo un año pasó de estar en 1,75 % a 10 % (la más alta de los últimos 14 años), tras la decisión de este jueves de aplicar un aumento de 100 puntos básicos.

Cuando suben las tasas de interés es más escaso el dinero y más costoso sacar un crédito, así que esta es la vía que se usa para desincentivar el consumo de las familias colombianas y frenar la inflación. Sin embargo, el efecto de las alzas de tasas se comienza a sentir varios meses después desde que se toma la decisión.

El Banco de la República busca llevar la inflación a su meta de 3 %, pero los analistas económicos cada vez son más pesimistas, y en vez de disminuir, esperan que siga aumentando. De acuerdo con la encuesta mensual de expectativas, para diciembre de este año esperan que se ubique en 11,22 %.

“Esperamos que estas decisiones tengan algún efecto en materia de frenar la inflación y volver a la meta del 3 %, con un margen del 3 % y 5 %, que debería ser lo esperado, aunque los acontecimientos de los últimos años han impedido que se puedan cumplir las metas de inflación”, dijo el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.

Por su parte, BBVA Research considera que la inflación se mantendrá al alza en lo que resta del año, ante una extensión en las presiones de alimentos y una inflación básica que continuará acelerándose, lo que llevará a una revisión al alza en las estimaciones de inflación de cierre de año por parte de los analistas.

Mientras que Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, piensa que la inflación para finales de 2022 puede estar entre el 11 % y el 11,2 %, con una desaceleración lenta para el próximo año en términos de que la indexación de precios es muy alta.

“Apenas comience el año, todo se volverá a ajustar contra la inflación pasada, que si es alrededor del 11 %, eso podrá hacer que la desaceleración de la inflación sea difícil el próximo año”, agregó.

A partir del primero de octubre el precio del galón de gasolina subirá $200 pesos y se esperan alzas iguales para los meses de noviembre y diciembre, es decir que en solo tres meses pasará de costar $ 9.180 a $ 9.780, en promedio, un incremento que impactará con fuerza el dato de inflación.

Datos del Ministerio de Hacienda indican que por cada $1.000 que suba el precio en los combustibles, la inflación de Colombia se podría incrementar 0,65 %. Pues hay que tener en cuenta que los combustibles pesan 2,91 % en el dato total de inflación.

¿Se acerca el fin de alzas de tasas?

De acuerdo con Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research para Colombia, el Banco de la República está próximo a ponerle fin al ciclo alcista en tasas, pues un menor crecimiento económico esperado para 2023 y el inicio del descenso esperado de la inflación juegan un papel importante en la decisión.

Lo mismo piensa Sergio Olarte, por lo que pronostica que en las próximas reuniones los incrementos serían menores o, incluso, podría haber un último aumento, porque “se está observando que la inflación internacional ya está cediendo y están preocupados por el crecimiento del próximo año”.

Y es que luego de su reunión de este jueves, el equipo técnico del Banco de la República decidió aumentar su pronóstico de crecimiento del PIB para 2022 de 6,9 % a 7,8 %, pero frente al 2023 es más pesimista, y espera que la economía crezca solo 0,7 %, antes esperaba un 1,1 %.

Desde Scotiabank, Colpatria, esperan que en la reunión de octubre la tasa suba entre 50 y 100 puntos básicos hasta el 10,5 % o 11 %, y permanezcan en este nivel por un tiempo prolongado hasta que se ratifique que la inflación se está desacelerando, lo cual podría ocurrir hacia mediados de 2023.