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En fotos: La apasionante vida de Tina Turner, la gran diva del rock que acaba de morir
Tras liberarse de un marido que le pegaba, y un periodo de declive en su carrera, la artista sureña resurgió para convertirse en un real fenómeno de los años 80.
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Turner batió el récord de la mayor audiencia pagada para un artista de la música y el concierto de un solista que mas tiquetes ha vendido en la historia. Lloró la muerte de sus dos hijos.
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Tina contaba que provenía de una familia de “well-to-do farmers”, granjeros bien acomodados, de Brownsville, al norte de Memphis, Tennessee, pero que el clan se desintegró cuando ella estaba jovencita. Su madre, Zelma, no se llevaba bien con su padre, Floyd Bullock, quienes la llamaron Anna Mae, cuando nació el 26 de noviembre de 1939.
Tras la separación de sus padres se fue a vivir con su madre a East St. Louis, Illinois, siendo ya adolescente. En esa época, la gran diversión del lugar era ir a ver a Ike Turner y su grupo, Kings of the Rhythm.
Desde la mesa, acompañada por su hermana Alline, ella se tragaba las ganas que tenía de saltar a cantar al escenario. Hasta que, al año de comenzar a frecuentar el lugar donde se presentaban, el baterista de la banda le acercó el micrófono y ella empezó a mostrar su talento.
Todos quedaron electrizados al oír su potente voz y lo demás es historia. Ike Turner fue uno de los más impresionados y pronto la reclutó.
Primero, la tuvo como una especie de suplente. Un día que otra artista no pudo asistir a la grabación de A fool in love, ella tomó el puesto y la canción se trepó al segundo lugar en la lista de Billboard en el género R&B y el número 27 en la categoría pop. Así comenzó uno de los mejores dúos de los años 60, tan buenos que los Rolling Stones los pedían como teloneros. Su desempeño en las listas siguió siendo inmejorable.
Los expertos aseguran que Tina no solo le dio al grupo su toque, con esa voz ronca y presencia escénica tan poderosa, sino que tuvo la intuición de mezclar su estilo con las nuevas propuestas de The Beatles y los propios Stones.
Entre ella y su marido, Ike Turner, pronto surgió el amor y se casaron, pero el matrimonio fracasó, porque él le daba fuertes golpizas y una “vida de perros” a causa de su adicción a la cocaína. Una sobredosis lo mataría en 2007.
Tina llegó a decir que no le daba miedo que Ike la matara, porque ella estaba muerta en vida en ese matrimonio.
Finalmente, se armó de valor y lo dejó. Sin embargo, no se le hizo fácil consolidarse como solista, a pesar de que contaba con la admiración de un grande como Phil Spector. Llegó a cantar en bares de baja categoría y con números mediocres.
Todo cambió cuando se puso el manos de Roger Davies, el manager de Olivia Newton-John, fallecida también recientemente.
En 1979, Davies la animó a que retomara el tono arenoso en la voz y su estilo hard rock, que se volvieron los dos distintivos de su genio artístico y la encumbraron para siempre.
Fruto de esta reinvención fue el álbum Private Dancer, que no solo la volvió a poner en el foco de atención sino que la elevó a la “estratosfera del rock”, de acuerdo con The New York Times.
A lo mejor, muchos no recuerden ahora ese disco, pero sí dos de sus grandes éxitos: Better Be Good to Me y sobretodo, What’s Love Got to do with it, que se volverá a oír mucho en los días de duelo que vienen por su desaparición.
En ese tiempo, el comentarista de música de The New York Times, Stephen Holden, comentó las grandes virtudes del disco, en términos de “una innovadora fusión de soul con new wave”
Los nostalgicos de los 80 recuerdan cómo, en 1985 What’s Love Got to do with it, inspirada en su experiencia amorosa con Turner, ganó tres premios Grammy, en tanto que el álbum vendió 5 millones de copias.
De ahí, la consecuencia natural fueron las giras, en lo cual Turner fue insuperable.
Los 180.000 espectadores que congregó en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, en 1988, batieron el récord de la mayor audiencia pagada para un artista de la música.
En 2000 su tour Twenty Four Seven vendió 100 millones de dólares en tiquetes por lo que Turner se convirtió en la solista que mas tiquetes de concierto ha vendido en la historia, según Guinnes World Records.
Turner anunció varias veces su retiro de los escenarios, donde contagiaba de energía y ritmo a sus espectadores, pero la verdad es que siempre volvía.
Autora de dos libros de memorias, participante en algunas películas y hasta tema de una obra teatral, Tina murió acompañada por su esposo Erwin Bach, su pareja desde 1985 y con quien se casó en 2013.
Como madre, su vida fue dura, pues Ron, su único hijo con Ike, murió de cáncer de colon el año pasado. Su otro hijo, Craig, fruto de su relación con Raymond Hill, se suicidó en 2018. Ella también crió a dos hijos de Ike, Ike Jr. y Michael. La familia no ha revelado las causas de su muerte, acaecida en Küsnacht, cerca de Zürich, Suiza, aunque se sabe que recientemente sufrió un derrame cerebral.