Home

Gente

Artículo

El cantante y guitarrista estadounidense Kurt Cobain (1967 - 1994), actúa con su grupo Nirvana en una grabación del programa de televisión 'MTV Unplugged', Nueva York, Nueva York, 18 de noviembre de 1993. (Foto de Frank Micelotta/Getty Images)
Se cumplen 28 años del suicidio del legendario cantante y guitarrista Kurt Cobain. (Foto de Frank Micelotta/Getty Images) | Foto: Foto Gettyimages

Gente

Kurt Cobain: ¿qué decía su carta de suicidio?

Las palabras con las que se despidió hace 28 años una de las máximas leyendas del rock.

5 de abril de 2022

Este 5 de abril se cumplen 28 años de la muerte del recordado músico estadounidense Kurt Cobain. El vocalista de Nirvana que cambió la historia del rock dándole popularidad a un subgénero y siendo el ícono musical de toda una generación.

El cantante marcó a sus fanáticos no solo con su música, sino también con su inesperada muerte a los 27 años de edad, fallecimiento que es considerado como una de las tragedias más grandes de la historia del rock.

Ese día, Cobain se encerró en un invernadero de su casa en Seattle, Estados Unidos, y decidió acabar con su vida disparándose en la cara con una escopeta. El suicidio sacudió al mundo entero y terminó con la vida de uno de los guitarristas y vocalistas más importantes del momento.

Kurt fue encontrado por un electricista tres días después de que había acabado con su vida. El trabajador había llegado a la casa del músico para instalar un sistema de seguridad, cuando se encontró con el cuerpo de Cobain y una carta de despedida junto a él.

En la carta se ha dicho que el vocalista de Nirvana la escribió dirigida a un amigo imaginario que tuvo desde niño. Sin embargo, lo cierto es que Cobain habla de su tristeza, de su pérdida de pasión, de su inestabilidad emocional y de todo lo que lo llevó a tomar la trágica decisión.

¿Qué decía la carta?

“Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno, ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock ’n’roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente, no sería justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100 % bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente).

“Soy consciente de que yo, nosotros, hemos influido y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que solo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Solo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo.

Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general… Solo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Solo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain.

Frances y Courtney, estaré en su altar.

Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!”.