REALEZA
La polémica por la revista que hizo énfasis en el peso de la princesa heredera de Holanda
La revista Caras de Argentina desató una enconada controversia al hablar en su portada del ‘look plus size’, o de “talla grande”, de la princesa Amalia, de 16 años, hija de los reyes Willem-Alexander y Máxima. Este artículo hace parte de la revista Jet-Set.
El movimiento que anima a las jóvenes a vivir contentas con su figura quiere abolir los estereotipos sobre la apariencia femenina por considerarlos agresivos, entre otras razones. La ola crece, y en ese marco la revista Caras quiso hacer un aporte, a partir del caso de la princesa Amalia, como la llaman popularmente, quien aparecía en la portada de la mano de su madre, la reina Máxima.
A grandes titulares se leía: “La hija mayor de Máxima luce con orgullo su look ‘plus size’”, y continuaba un texto que recordaba que ella es víctima de bullying, pero que “enfrenta las críticas con fortaleza y el incondicional apoyo de sus padres. Una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de ‘mujer real’”.
Liliana Castaño, directora del magazín, aseguró que querían contribuir al debate constructivo sobre el tema: “Nuestra tapa es a favor de tirar por la borda todo aquello que nos esclaviza y estigmatiza”. Pero, ello no calmó las airadas reacciones.
La edición fue noticia en los principales diarios del país, como Clarín, que publicó las impresiones de Lala Pasquinelli, fundadora del proyecto “Mujeres que no fueron tapa”:
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“¿Qué es un look ‘plus size’? ¿El nuevo eufemismo para decir ‘gorda’?” (...) ¿No es bullying señalar en la portada de una revista el cuerpo de una adolescente indicando que ‘se sale de la norma’ porque es ‘plus size’? (…) ¿Qué es defender ‘su figura de mujer real’? (…) Mujeres reales somos todas (…). Sufrimos desde niñas estos señalamientos que normalizan y habilitan el juicio, logrando que cualquiera se sienta con derecho a señalar alguna parte de nuestro cuerpo como fallida y fea".
En La Nación una activista señaló: “Afirmar que 'luce con orgullo su look ‘plus size’ y luego pretender justificar ese título diciendo que se trata de una historia de superación, como si fuera algo positivo, resulta todavía más en favor del estigma. ¿Es acaso el hecho de tener un cuerpo lo que hay que superar? ¿Qué habría superado Amalia?”.
“Es una manera fina de decirle ‘gorda’. Un horror”, afirmó Yanina Latorre en el programa de televisión Los ángeles de la mañana, en tanto que su compañera de set, Fernanda Iglesias, anotó: “Hay que empezar a hablar de los valores de la gente y no de si es gorda o flaca”. En Radio Mitre, el doctor Alberto Cormillot, especialista en nutrición y obesidad, expresó: “En la carátula lo que se dice es: ‘Qué bien que esta chica se muestra’. Sin embargo, lo que no es políticamente aceptable es que se haga énfasis en que lo haga. Al dictaminar si está bien o está mal, se le está dando un juicio de valor”.
En los medios sociales, en los cuales la carátula fue trending topic, también abundaron los furiosos comentarios: “No ‘luce su plus size’. Es así, se viste y le toman una foto. El título es horrible”, dijo una internauta. Otras escribieron: “¿Quiénes son? ¿Jueces de tallas?” y “Caras, ¡qué vergüenza!”. La publicación además fue acusada de “cómplice de daño psicológico”.
En Holanda, donde Amalia es muy popular, la recepción también fue adversa. “Caras asegura que sus padres la apoyan como si le hubiera sucedido algo terrible”, criticó la presentadora Anouk Smulders.
Lo cierto es que el semanario tiene razón en que la heredera ha sido matoneada por su apariencia. En 2017, participó en los juegos del Día del Rey, en homenaje a su padre, Willem-Alexander, tras lo cual abundaron en Twitter comentarios poco halagüeños para con ella y que especulaban sobre su posible sobrepeso. Algo igual ocurrió días después, cuando aparecieron nuevas fotos oficiales de la familia real.
Su silueta no es el único foco del interés que despierta la futura reina en los Países Bajos. Por los días del revuelo ocasionado por Caras, que se disculpó por el incidente, se le criticaba porque tenía un trabajo de verano en un café, algo nunca visto en la casa real. Circulan además murmuraciones acerca de si sus amigos son la mejor compañía.
La princesa de Orange, su título por ser primera en la línea de sucesión al trono, igualmente apareció en las primeras planas cuando un hombre que amenazó con violarla cayó en manos de la justicia y se ha puesto en tela de juicio el sueldo de 1,7 millones de dólares anuales que empezará a recibir cuando cumpla 18 años.
En conclusión, los esfuerzos de los reyes por mantener a sus tres hijas lo más alejadas de la mirada pública no las han librado de la indiscreción de los súbditos y la prensa.
Alexia, la segunda princesa, de 15 años, también ha protagonizado escándalos. Es llamada “la princesa rebelde”, se filtraron unas fotos suyas fumando, y cundió la indignación cuando el periodista Sander Schimmelpenninck la llamó “la más sabrosa de todas”.