Con pandemia y sin el papa Francisco: así fue la inauguración del árbol y el pesebre de Navidad en el Vaticano

A pesar de que la emergencia por la pandemia de coronavirus continúa causando estragos alrededor del mundo, especialmente en Estados Unidos (15.758.661 casos de covid-19), India (9.796.769), Brasil (6.781.799), Rusia (2.574.319) y Francia (2.405.127), países que encabezan la lista de los más afectados, la temporada navideña comenzó con la esperanza de una pronta vacuna que le ponga fin a la emergencia sanitaria.

De hecho, en medio de las restricciones y protocolos de bioseguridad que se han impuesto para controlar la situación, desde ya se celebran algunas costumbres propias de la época, como la inauguración del tradicional árbol de Navidad y el gigante pesebre que, año tras año, se impone en la plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.

La ceremonia se llevó a cabo este viernes 11 de diciembre sin la presencia del papa Francisco y con un estricto control en el aforo del lugar. La misma estuvo a cargo del presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, y el secretario de dicho organismo, el obispo Fernando Vérgez.

Aunque el sumo pontífice no pudo estar presente en la inauguración e iluminación del árbol y el pesebre, sí fue el encargado de recibir horas antes en el Vaticano a las delegaciones que los obsequiaron. De acuerdo con el papa, ambos son “hoy más que nunca” símbolo de “un mensaje de esperanza” en medio de la pandemia de covid-19, que ya ha causado el fallecimiento de 1.590.323 personas.

El pontífice elogió “el majestuoso abeto rojo”, proveniente de los bosques de Kočevje, en Eslovenia, y el cual tiene de 28 metros de alto y 70 centímetros de diámetro, así como el “monumental pesebre de cerámica”, hecho por artesanos en Italia.

“También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el ‘signo’ que Dios dona al mundo (...) Estos emblemas “ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor”, agregó.

El papa Francisco, que se vio obligado a adelantar en dos horas la misa de Navidad del próximo 24 de diciembre por el toque de queda en vigor en Italia por el coronavirus, recordó que esa fiesta “nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo”. Aunque para ello “necesitamos sentirnos pequeños, pobres y humildes como los personajes del pesebre”, dijo.

El pesebre, que desde este viernes puede visitarse en la plaza de San Pedro, es de corte posmoderno y está compuesto por figuras de cerámica de varios colores de tamaño superior al natural. En el mismo están las figuras principales del Belén, es decir, las imágenes de María, José, el Ángel y los Reyes Magos, así como los animales del pesebre, el buey y la mula.

Todos los años el sumo pontífice suele visitar el pesebre de la plaza de San Pedro el 31 de diciembre después de celebrar las vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año que termina.

La primera inauguración del pesebre fue realizada en 1965 por el Instituto Artístico ‘F. A. Grue’ de Castelli, en la región italiana de los Abruzos.

*Con datos de Europa Press y la AFP.