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Las mujeres han visto sus libertades desde la llegada de los talibanes al poder y la implementación de las leyes islámicas. Foto AP / Petros Giannakouris | Foto: AP

Afganistán

Reabren las universidades públicas de Afganistán, con pocas mujeres en clase

La decisión es bien vista a ojos de la comunidad internacional. Sin embargo, la restricción de las libertades de las mujeres es un asunto preocupante en el país.

2 de febrero de 2022

Las universidades públicas de Afganistán reabrieron este miércoles 2 de febrero por primera vez desde el regreso al poder de los talibanes. Algunas alumnas pudieron asistir a clase, pero separadas de sus compañeros. Hasta el momento, solo las universidades privadas habían sido autorizadas en septiembre a reanudar su actividad para hombres y mujeres, pero con clases segregadas.

“Es un momento de alegría poder retomar las clases, pero todavía estamos preocupadas de que los talibanes puedan pararlas”, le declaró a AFP Zarlashta Haqmal, estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la universidad de Nangarhar en Jalalabad.

Su compañera de clase Jadija Azizi expresó sentirse “contenta”, pero también “triste” ya que considera que su “futuro está en peligro”, debido a que por las leyes del actual régimen, al terminar sus estudios no podrá trabajar.

El miércoles, alumnos y alumnas pudieron volver a los centros públicos en seis provincias del este: Laghman, Nangarhar, Helmand, Nimroz, Farah y Kandahar. En el resto del país las clases se retomarán el 26 de febrero, indicaron las autoridades.

La reapertura de las universidades públicas sería un buen augurio para el retorno a las clases de las mujeres en todo el país, indicó Andrew Watkins, experto del centro de estudio US Institute of Peace (USIP). Para el analista, este paso podría ser un “marcador crítico” para el reconocimiento internacional que busca el gobierno talibán.

En Mehtarlam, en el campus de la universidad de Laghman, muy pocos estudiantes se presentaron el miércoles a primera hora, constató AFP. Solo un puñado de mujeres, cubiertas con un burka o un nicab, entraron durante la primera hora de clases en a la universidad, que estaba bajo la vigilancia de combatientes talibanes armados.

Una decena de profesores y estudiantes realizaron el trayecto hasta la universidad, ubicada en las afueras de Mehtarlam en minitaxis o en bus, todos vestidos con el “shalwar kameez”, la túnica tradicional afgana.

“Cerca de 350 estudiantes” de un total de 2.866 inscritos llegaron a clases el miércoles, indicó a la AFP el director del establecimiento, Asmatulá Durani.

El funcionario explicó que ahora las mujeres asisten a clases en las mañana y los hombres en las tardes. Antes de la llegada al poder de los talibanes las clases eran mixtas.

“Conforme a la sharia”

“Nos han dicho que todos los cursos tendrán lugar conforme a la sharia”, la ley islámica, dijo Malik Samadi, estudiante de Matemáticas de 23 años. El gobernador de la provincia de Laghman, Zain ul Abideen, indicó que “puede haber cambios durante el curso”, si algunos contenidos son catalogados “contrarios a la sharia”.

En la Universidad de Nimroz, en el suroeste, Baz Mohamad, un estudiante de Educación lamentó que solo llegaron dos alumnos ya que el resto huyó del país.

La Misión de la ONU en Afganistán calificó el lunes la reanudación de las clases como un hecho “verdaderamente importante” para el país.

Esta reanudación llega poco después de las discusiones de finales de enero entre talibanes y diplomáticos occidentales en Noruega, el primer país europeo en recibir a los nuevos dirigentes islamistas. Los países occidentales condicionaron el desbloqueo de miles de millones de dólares de ayuda internacional al respeto de los derechos humanos, particularmente de las mujeres.

El gobierno actual se enfrenta a una escasez de fondos después de que, tras la llegada de los talibanes al poder, fueran congelados miles de millones de dólares pertenecientes al banco central.

Los nuevos dirigentes aseguran haberse modernizado frente al brutal régimen que impusieron entre 1996 y 2001, durante el cual que prohibieron toda disidencia e impusieron una draconiana interpretación de la ley islámica.

Sin embargo, no tardaron en reprimir nuevamente las libertades fundamentales de mujeres, imponiendo restricciones a su derecho de trabajar, educarse o viajar. La educación secundaria sigue vetada para las mujeres en la mayoría del país, los talibanes prometieron que comenzarán a funcionar a finales de marzo.

*Con información de la AFP.