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El profesor de artes marciales mixtas Jonathan Alarcón frustró el intento de robo de dos sujetos que ingresaron a su gimnasio.
El profesor de artes marciales mixtas Jonathan Alarcón frustró el intento de robo de dos sujetos que ingresaron a su gimnasio. | Foto: Captura de pantalla YouTube 24 Horas

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Video | Profesor de artes marciales noqueó a ladrones que intentaron asaltarlo

Los delincuentes optaron por huir.

22 de marzo de 2022

Dos sujetos ingresaron al local de un profesor de artes marciales mixtas en la ciudad de Moquegua, en Perú, con el objetivo de robar dinero y objetos de valor. Sin embargo, no contaban con la reacción del hombre, quien aplicó sus conocimientos para defenderse y ahuyentar a los delincuentes.

Según informó el noticiero 24 Horas, el hecho ocurrió el pasado miércoles, 16 de marzo, hacia las 11:00 p. m., cuando el profesor Jonathan Alarcón todavía se encontraba en su gimnasio y enfrentó a los dos sujetos que intentaron asaltarlo. La acción fue registrada por las cámaras de seguridad del lugar.

En las imágenes se observa cuando los dos hombres ingresan al establecimiento. Mientras uno se queda parado en la puerta, el otro se ubica en la recepción. Inicialmente, preguntan sobre horarios y costos, mientras inspeccionan el lugar y se preparan para ejecutar el asalto.

En cuestión de instantes, uno de los delincuentes intenta sacar su cuchillo para amenazar al profesor Alarcón, sin embargo, este le responde con un fuerte golpe en el rostro, enviándolo directo al suelo. A continuación, el otro sujeto embiste al dueño del gimnasio, pero corre con la misma suerte que su cómplice y resulta siendo sometido ‘a ras de lona’.

“Ya habíamos cerrado el gimnasio. Cuando yo me disponía a retirarme, entran dos personas a preguntarme por las clases. Yo los invito a sentarse, pero el señor no quiso hacerlo”, narró Jonathan Alarcón a 24 Horas. Mientras el profesor le explicaba algunos conceptos básicos a uno de los sujetos, notó cómo su cómplice se paseaba de lado a lado y vigilaba constantemente la calle, por lo que intuyó que venían por algo diferente a hablar de artes marciales.

El hecho de estar atento a la situación y al comportamientos de los dos sujetos permitió que Jonathan Alarcón se anticipara al asalto. Según detalló, notó cuando uno de ellos hizo una señal y su compañero se metió la mano al bolsillo. “Yo ya sabía que iba a sacar un arma”, dijo el maestro. En ese momento, decidió golpear y empujar al hombre que intentó sacar el arma porque sabía que el cómplice vendría contra él.

Mientras el primero yacía en el suelo, el segundo terminó en la parte de adentro del gimnasio, recibió un par de golpes y fue inmovilizado por el profesor Alarcón, quien aprovechó la oportunidad para tomarlo del cuello y ahorcarlo.

Cuando el hombre armado con el cuchillo se levantó, el profesor soltó a su compañero y los amenazó con un objeto que tomó en la parte trasera del gimnasio. Finalmente, los delincuentes deciden dar marcha atrás y escapar del gimnasio, dejando a su paso amenazas de muerte y venganza.

Justicia por mano propia: conductor de buseta arrolló a ladrones

Un conductor de servicio público en la ciudad de Quito, Ecuador, al presenciar un caso de robo en una de las calles por la que transitaba en su bus, decidió ser un justiciero y, sin precaución alguna, arremetió con su vehículo contra una pareja de ladrones que intentaba escapar del lugar en una motocicleta.

El particular hecho quedó consignado por cámaras de seguridad instaladas en un barrio conocido como Calderón, en el norte de la capital ecuatoriana, donde se aprecia cómo, al percatarse del robo en el andén contrario al sentido en que transitaba, el conductor decide invadir el carril de contravía y, sin miedo, atropellar con su buseta a una pareja de motorizados.

En el primer impacto dado a los motociclistas el conductor logró desestabilizar la moto, enviando a sus ocupantes al suelo. Mientras uno de ellos emprendía la huida a pie, el otro intentaba retomar el camino en moto, pero habilidosamente el conductor logró dar reversa para nuevamente tomar impulso y atropellar por segunda vez al ladrón.

Con la motocicleta averiada y bajo la buseta, y con su cómplice a la huida, el ladrón quedó a la deriva de su víctima inicial, quien emprendió a golpes contra el delincuente y posteriormente fue apoyado por un hombre ―posiblemente el mismo conductor del bus―, quien descendió del automotor para colaborar con el escarmiento contra el atracador.