Estados Unidos
‘Make Travel Friendly Again’: el ambicioso y polémico plan de Trump para los aeropuertos
El gobierno de Trump impulsa un plan de 1.000 millones de dólares para modernizar aeropuertos bajo la consigna “Make Travel Friendly Again”, una apuesta que promete comodidad para las familias, pero que despierta críticas por dejar de lado los problemas estructurales del sistema aéreo.
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La administración del presidente Donald Trump presentó un ambicioso plan de mil millones de dólares para transformar la experiencia de viajes en los aeropuertos de Estados Unidos, con espacios de bienestar como zonas de juegos, salas de lactancia y áreas sensoriales.
Sin embargo, la propuesta fue recibida con escepticismo por parte de analistas y usuarios, quienes consideran que ignora los problemas estructurales de la aviación civil.
El ambicioso plan que choca con la realidad de un sistema aéreo saturado
El gobierno, a través del United States Department of Transportation (DOT), aseguró que la inversión servirá para modernizar terminales aéreas con criterios de viaje “amigable” para las familias.
Así, Las posibles mejoras incluyen áreas de juego infantil, gimnasios improvisados, salas para lactancia, carriles de seguridad exclusivos para familias y salones sensoriales para niños con necesidades especiales, además de querer aumentar las opciones de comida saludable en aeropuertos, conforme a lo que ha registrado Newsweek.
Trump cabinet members do pull-ups at airport to launch $1B family travel program nationwide https://t.co/BFAp8BcmQ1
— Fox News (@FoxNews) December 9, 2025
Para muchos críticos, el plan, aunque llamativo, no parece atacar los problemas graves del sistema de aviación, como demoras, cancelaciones frecuentes de vuelos y déficit estructural de controladores de tráfico aéreo. En su intervención, el secretario de Transporte Sean P. Duffy, admitió que actualmente hay cerca de 3.000 controladores menos de los necesarios.
Entre la promesa política y las dudas de los expertos
Desde un enfoque político, la iniciativa del gobierno genera preguntas sobre prioridades presupuestales.
Mientras se intervienen miles de millones en embellecer las terminales, la crítica gira a que hoy hay un gran compromiso para modernizar la infraestructura de las pistas, en el control de tráfico y en la contratación de personal calificado.
Conforme a lo que registran medios como Los Angeles Times, la misma administración ha presentado además un plan separado para renovar el sistema de control aéreo: reemplazar radares obsoletos, modernizar telecomunicaciones en instalaciones clave y construir nuevos centros de control , un proyecto estimado en miles de millones por la escala de mejoras.

Para algunos investigadores y técnicos, estas mejoras deberían tener prioridad absoluta sobre lo que se percibe como “mejoras cosméticas”.
La propuesta del Gobierno apela al deseo real de muchos viajeros que buscan comodidad, bienestar y una experiencia más amable en los aeropuertos.
No obstante, el éxito de esta apuesta dependerá de que vaya acompañada por los cambios estructurales urgentes que requiere la aviación estadounidense, que incluye más personal, controles de tráfico modernizados, inversión en seguridad, mantenimiento de pistas y eficiencia operativa.
En caso de no llevarse a cabo estas modificaciones, el plan podría quedar solo como un gesto simbólico, sobre una base resquebrajada.
El plan de US$ 1.000 millones de la administración Trump se mueve entre la ambición y la controversia. Mientras sus defensores elogian el intento de hacer los aeropuertos más humanos y funcionales para las familias, los críticos sostienen que el país necesita más que gimnasios improvisados y zonas de juego para mejorar el sistema aéreo.


