Nación
¿Cambio de estrategia jurídica de Nicolás Petro? Podría acogerse a sentencia anticipada sin necesidad de delatar. Tiene un mes para decidir
El plazo se vence el próximo 22 de octubre para solicitar la sentencia anticipada. Ese día concluirá la presentación de las pruebas y empezará formalmente en juicio.
A Nicolás Petro se le está acabando el tiempo. El hijo del presidente está acusado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito en un proceso lleno de pruebas y testimonios que lo señalan como responsable. El exdiputado solo tiene un mes para decidir si cambia su estrategia de defensa y acepta su participación en los delitos que lo tienen respondiendo ante la justicia, a cambio de beneficios penales. Incluso, podría aceptar alguno de los delitos y otro podría desaparecer. Se ha planteado de todo, y eso que tiene pendiente otra imputación de cargos que dejó lista el fiscal Mario Burgos, quien fue apartado del caso. Algunos abogados han hecho cuentas tan absurdas en las que pretenden que —haciendo lo que sea— la pena contra Nicolás Petro sea de cuatro años. Además, hablan de una estafa y no de los delitos imputados que lo tienen en juicio.
SEMANA conoció un plan que vienen manejando en voz baja y de manera confidencial entre su equipo jurídico: personas que le hablan al oído y abogados cercanos a la Casa de Nariño. Todo se aceleró con el descubrimiento probatorio que hizo la Fiscalía hace apenas dos semanas, en presencia de Nicolás Petro, sus abogados y el juez Hugo Carbonó. El arsenal de evidencias que fue presentado en la audiencia hizo replantear la estrategia de defensa.
Pese a que el proceso le fue retirado al fiscal Mario Burgos, la nueva fiscal encargada del caso, Lucy Marcela Laborde, —ante las pruebas recogidas durante meses— mantuvo en firme la línea de acusación y dejó acorralado al hijo del presidente.
En una reunión de abogados cercanos a Nicolás Petro y a la Casa de Nariño, se discutió durante horas el avance del juicio, el impacto de la nueva fiscal y proyectaron el desenlace que podría tener. Llegaron a una misma conclusión: vendría una condena.
Tendencias
Los abogados coincidieron en que las pruebas testimoniales, documentales, forenses, los comprometedores chats y declaraciones de Day Vásquez y decenas de testigos que han desfilado en el proceso, eran evidencias contundentes y era tiempo de replantear la estrategia.
El nuevo camino de Nicolás Petro sería reconocer los hechos, aceptar cargos y someterse a sentencia anticipada, con una sustancial reducción de pena. ¿Pero cuál es la diferencia frente al principio de oportunidad que ya había negociado con la Fiscalía para contarlo todo, y finalmente se echó para atrás?
La diferencia es radical, en este caso Nicolás tendría la reducción de pena por la aceptación de los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, pero sin el compromiso de delatar, como lo hizo en un principio, cuando contó de las tozudas irregularidades que supuestamente se dieron en la campaña del presidente Gustavo Petro.
En sus propias palabras, ingresaron millonarias sumas de dinero, de personas como el empresario Euclides Torres, pero nunca fueron reportadas en los libros de cuentas. Sobre esto dijo: “Mi papá sí sabía”.
En ese momento, Nicolás Petro afirmó que no se iba a inmolar ni siquiera por su papá, y que lo hacía por su hijo que estaba cerca de nacer. Sin embargo, el nuevo camino implicaría que aceptara la responsabilidad.
La apuesta, según conoció SEMANA, es ambiciosa y buscaría la máxima reducción de la pena, es decir, se expone a una condena de entre 10 y 14 años, dependiendo de la negociación a la que puedan llegar con la Fiscalía, que es el siguiente paso: convencer a la Fiscalía de lograr un preacuerdo.
Sería un gana - gana. La idea, según se sabe, no le resulta incómoda a la Fiscalía, pues evitaría el desgaste para la justicia y tendrían la confesión del hijo del presidente de la República. Por su parte, Nicolás tendría los subrogados penales y sin necesidad de señalar a nadie.
Con un gigantesco valor agregado para el gobierno. Al obtener una sentencia rápida se frena de tajo el juicio, que podría durar más de un año, con audiencias públicas, trasmitidas en directo, en las que se ventilarían las pruebas de los dineros oscuros que supuestamente recibieron Day Vásquez y Nicolás Petro.
Lo más complejo sería la confirmación de todas las presuntas irregularidades en la campaña a la Presidencia, de las cuales Nicolás fue testigo directo.
La idea es frenar a toda costa transmisiones —vistas en directo— como las que se dieron en la legalización de captura y medida de aseguramiento que se dio hace un año, cuando el entonces fiscal Mario Burgos habló sobre dineros ocultos que terminaron en la campaña presidencial, todo con la información que ya había confesado Nicolás Petro.
Un tema que es prioridad absoluta para el presidente Gustavo Petro, quien mantiene la tesis de que pretenden darle un golpe.
Los obstáculos
Aunque la estrategia ya está charlada, hay una voz disonante, el actual abogado de Nicolás Petro, Diego Henao. Afirma que tiene todos los argumentos para demostrar las deficiencias en la investigación y alcanzar una sentencia absolutoria para su defendido, idea que es apoyada por el mismo hijo del presidente.
Por eso, estas nuevas reuniones en las que se ha ampliado el círculo de asesores jurídicos, con allegados a la Casa de Nariño, han tenido la finalidad de persuadir a Nicolás Petro y a su defensor, de tomar la ruta más corta, pero que implicaría una condena. Han hablado incluso de la posibilidad de cambiar de abogado.
El asunto no es fácil. Si se deciden y logran ese preacuerdo, la última palabra no está en la voluntad de reconocer los delitos. En ese caso, será el juez Hugo Carbonó —quien se ha mostrado riguroso pero garantista en lo que va del juicio—, el que apruebe o impruebe la negociación.
De llegar a darle vía libre al preacuerdo —y esto es lo que no les gusta a Nicolás Petro y a su abogado—, cambiarían las condiciones de privación de la libertad. El juez podría incluso ordenar su inmediata captura, tumbando los beneficios que había recibido cuando mostró su voluntad de colaborar, como la libertad condicional con restricción para salir de Barranquilla.
Este punto también ha estado en discusión en las reuniones reservadas que conoció SEMANA. Pues ante una inminente, pero rápida condena, no se puede olvidar que es el hijo del presidente Gustavo Petro, y se podrían garantizar condiciones especiales de reclusión. Es decir, que no vaya a una cárcel, sino que su pena la pueda pagar en una guarnición militar.
Pero el tiempo se agota. La última posibilidad que tiene la defensa para solicitar el preacuerdo ante el juez es en la próxima audiencia, en la que se estarán presentando las pruebas, y que está citada para el próximo 22 de octubre. Una vez el juez Carbonó termine estas preparatorias e inicie formalmente el juicio, se cierra la puerta.
Aún no hay una decisión tomada, todavía están discutiendo el próximo paso bajo absoluta confidencialidad, al punto, que quienes forman parte de estos encuentros han tomado la decisión de negarlo todo, hasta que haya una hoja de ruta definida que podría sorprender al país.