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Informe Especial: orgullosamente colombiano, un homenaje al país del tricolor

SEMANA invitó a líderes en todos los sectores para narrar ese día en que se sintieron orgullosos de haber nacido en este país. Informe especial por el Día de la Independencia.

17 de julio de 2021

Fue a las siete de la noche cuando un florero que se estrelló contra el suelo de una casa de la calle Real (hoy carrera Séptima), y se partió en mil pedazos, marcaría para siempre el destino del único país de Suramérica bañado por dos océanos. Pertenecía al empresario español José González Llorente, quien se negó a prestarlo a Luis de Rubio, pues lo requería para la cena con la que los criollos querían cumplimentar la visita del comisario real Antonio Villavicencio, nacido en Quito.

José Acevedo y Gómez se asomó por una de las ventanas del segundo piso del edificio donde funcionaba el cabildo. El pueblo, afuera, de ruana y aguantando frío, gritaba al unísono: “Abajo el virrey”. “¿Quieren que Sinforoso Mutis sea uno de los voceros de la junta?”, preguntó Acevedo y Gómez, y la gente respondía. Así, a gritos, se conformó el primer Gobierno de Colombia. Los elegidos fueron “los más patriotas”, y el sevillano Juan Jurado, cuyas 12 hijas habían nacido en el entonces virreinato, fue el único español incluido en la junta.

Desde entonces, el 20 de julio no volvería a ser lo mismo. Cada año no solo se recuerda aquel estruendo de un florero contra el piso, que provocó el mayor grito en la historia nacional: el de independencia. También es el día para que las banderas de Colombia salgan del armario y se ondeen con libertad en balcones y ventanas de todos los rincones del país, y en el que los colombianos se sienten más orgullosos de haber nacido en su tierra.

Pero en la historia de Colombia ha habido muchos días de fervor patrio, tan importantes como aquel 20 de julio de 1810. El día en que 12 colombianos y tres estadounidenses fueron liberados tras varios años de cautiverio en poder de la guerrilla fue el día en que más orgulloso se sintió de ser colombiano el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

álvaro uribe Expresidente
El expresidente Álvaro Uribe dice que el día que se sintió más orgulloso de ser colombiano fue cuando se produjo la liberación de 12 colombianos con la Operación Jaque. | Foto: juan carlos sierra-semana

El empresario Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez siente lo mismo cuando abandona su despacho y se suma a la Patrulla Aérea para entregar ayudas humanitarias y participar en brigadas de la salud en apartadas regiones del país. Cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias, en 1994, por haber creado una vacuna sintética contra la malaria, fue esa especie de 20 de julio para el científico tolimense Manuel Elkin Patarroyo.

Para David Vélez, en cambio, el día en que se sintió más orgulloso de haber nacido en la tierra atravesada por tres cordilleras fue cuando decidió dejar de ser empleado y se lanzó a crear empresa en el exterior. Y, ahora, cuando trae su poderoso emprendimiento al país.

Pero el amarillo, azul y rojo no solo se ha ondeado como ritual en el día patrio, sino que se ha agitado, incluso, en los lugares más lejanos del mundo gracias a las gestas y proezas de los héroes nacionales, los deportistas, cuya explosión se produjo hace 30 años.

María Isabel Urrutia en los juegos Olímpicos de Sídney.

Desde entonces, se encaramaron en lo más alto de sus disciplinas, y han hecho que el himno nacional retumbe por todo el planeta. El día que por primera vez sonó el himno en los más de 125 años de los Juegos Olímpicos es el que más ha llenado de orgullo a María Isabel Urrutia, primera deportista colombiana en colgarse una medalla de oro en esas justas.

A Juan Pablo Montoya se le erizó la piel cuando escuchó el himno en el Principado de Mónaco, tras derrotar al alemán Michael Schumacher. Mariana Pajón, a pesar de haber ganado dos medallas de oro en los Olímpicos, se sintió orgullosa de ser colombiana cuando ganó el campeonato del mundo de BMX disputado en Medellín, su casa.

El colombiano Robert Farah no olvida la vuelta olímpica con el tricolor colombiano. | Foto: AP/Silvia Izquierdo

El tenista Robert Farah no olvida la vuelta olímpica, con la bandera de Colombia, en dos de los templos del tenis mundial: las canchas principales de Wimbledon y el National Tennis Center, de Nueva York. Catalina Usme se sintió más colombiana que nunca cuando pudo volver a una cancha de fútbol tras dos cirugías de rodilla que la tenían frente a frente con el retiro.

Y para Luis Fernando Montoya, el campeón de la vida, su 20 de julio no podría ser otro que cuando el Once Caldas se coronó campeón de la Copa Libertadores de América. Pero el único al que le coincidió su día de consagración con el de la fiesta nacional fue a Nairo Quintana: un 20 de julio se trepó a lo más alto del ciclismo mundial.

Colombia ya no es el mismo país de hace 211 años. Para empezar, su territorio ha disminuido desde la Gran Colombia con la que soñaba el libertador Simón Bolívar, cuyos primeros descendientes intentaron prolongar. Por aquella reyerta provocada tras la caída de un florero, varios barrios en diferentes lugares del país llevan el nombre 20 de Julio, una fecha que los colombianos celebran a lo grande, pues, más allá de conmemorar el grito de independencia, es el día en que los más de 50 millones de habitantes se sienten muy orgullosos de haber nacido en su patria, como dice el bambuco Soy colombiano, de Rafael Godoy, interpretado por Silva y Villalba.