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Íngrid Betancourt y Alejandro Gaviria han dejado en evidencia sus diferencias políticas relacionadas con su aspiración presidencial para el 2022.
Íngrid Betancourt y Alejandro Gaviria han dejado en evidencia sus diferencias políticas relacionadas con su aspiración presidencial para el 2022. | Foto: SEMANA

Análisis

Íngrid Betancourt perdió el pulso con Alejandro Gaviria, ¿qué sigue ahora?

El reto de la coalición ahora es recuperar confianza y ser capaz de enviar un mensaje de unidad a sus electores. Aunque el conflicto era entre Íngrid y Alejandro, se alcanzaron a afectar las relaciones de todos.

29 de enero de 2022

Desde este sábado 29 de enero, Íngrid Betancourt será candidata presidencial por Verde Oxígeno y Alejandro Gaviria seguirá en la consulta de la coalición Centro Esperanza.

Íngrid abandonó la convergencia del centro, porque sus compañeros no aceptaron exigirle a Gaviria que rechazara de manera pública el apoyo de Germán Barón Cotrino, senador de Cambio Radical.

Dijo que como Centro Esperanza no anunció “acciones con respecto a los apoyos ya recibidos de las maquinarias por Alejandro Gaviria” y en virtud de la falta de una posición clara sobre ese tema, se vio obligada “a asumir el liderazgo de una batalla que tenemos que dar y ganar en Colombia por una política limpia y justa y que no les robe las oportunidades a los 51 millones de colombianos que estamos secuestrados por la corrupción”.

La ruptura entre Íngrid y Gaviria comenzó el pasado martes durante el cara a cara de SEMANA y El Tiempo, cuando los dos se enfrentaron por apoyos a sus precandidaturas.

En plena transmisión, Íngrid denunció que Gaviria estaba llevando a la coalición apoyos indeseados. Ser refería al respaldo de Barón Cotrino.

“Tú has aceptado el apoyo de gente que me preocupa muchísimo. Nosotros partíamos de la base de que íbamos a tener confianza y que si eso sucedía, lo íbamos a decir en público. Yo convoco a la coalición para que hoy mismo debatamos este tema. No voy a dejar que los lobos entren a donde están las ovejas”, le dijo Íngrid.

“Lo suyo es hipocresía y oportunismo, no tiene otro nombre. La invito, como dijo alguna vez García Márquez, a mirarse en el espejo de sus propias faltas. ¿Por qué no examina la lista de la Alianza Verde? ¿No hay ninguna maquinaria ahí? Es disfrazar de superioridad moral”, le respondió Gaviria airado.

Desde entonces, Íngrid lanzó tres ultimátums a sus socios, dándoles tiempo para que retiraran a Barón de los apoyos de Gaviria. Inclusive, llegó a plantear que Gaviria debía ser expulsado si no accedía a sus exigencias.

Pero la cuerda se rompió este sábado al mediodía, al cumplirse el plazo del tercer ultimátum lanzado por Íngrid en menos de 72 horas. Sus compañeros de coalición no apoyaron su reiterada solicitud.

Como la alianza permitió que Barón mantuviera el respaldo a Gaviria, Íngrid partió.

Ella ya tenía todo listo para ir con su partido solo a primera vuelta, como SEMANA lo informó en varias oportunidades esta semana.

Esta tarde, en su declaración de retiro, Íngrid deploró que sus compañeros no hubieran asumido una lucha frontal contra la corrupción.

SEMANA supo que las reiteradas amenazas de Íngrid terminaron por fatigar, inclusive, a sus más cercanos amigos de la convergencia.

De hecho, la declaración de Centro Esperanza de esta tarde la firmaron todos los demás precandidatos: Sergio Fajardo, Carlos Amaya, Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán y Jorge Enrique Robledo.

Galán reiteró que “la salida de algunos de ustedes (Íngrid o Alejandro) es la muerte la coalición y de cualquier candidatura individual que surja acá”.

Y remarcó lo que ya muchos sectores dicen respecto de esta pelea que tiene a la coalición sumida en una crisis muy difícil. “Estamos perdiendo credibilidad con cada minuto y con cada uno de nuestros actos”.

Tras la salida de Íngrid, a Centro Esperanza le queda el reto de recomponerse y tratar de recuperar confianza para poder enviar un mensaje creíble de unidad en la consulta interna de marzo próximo.

Desde que nació a la luz hace dos meses este grupo de siete candidatos ha dedicado más tiempo a reuniones a puerta cerrada para resolver sus diferencias que a plantearle propuestas al país.

Una de las frases de Galán parece una sentencia: “se agota el tiempo”.