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Algunas víctimas recibieron más de un ataque.

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Entre enero y marzo, 47 líderes fueron asesinados: 22 más que el año pasado

En su informe trimestral, Somos Defensores denunció el oscuro panorama que enfrentan los líderes y defensores en el país. En el periodo, se reportaron 197 agresiones.

3 de junio de 2020

Un total de 844 agresiones contra líderes sociales se reportaron en Colombia durante el 2019. Entre amenazas (628), asesinatos (124), atentados (52), detenciones (29), desapariciones (3), judicializaciones (1) y robo de información (49), el 2019 fue el año más letal de la última década. Esa fue la conclusión a la que llegó Somos Defensores en su informe anual.

El panorama tampoco parece muy alentador para el 2020. En su informe trimestral, la organización defensora de derechos humanos dijo que los primeros meses del año han sido "complejos para los liderazgos en Colombia". Entre enero y marzo, se documentaron 197 agresiones individuales contra 187 personas. Algunas de ellas, recibieron más de un ataque.

Asesinatos (47), amenazas (115), atentados (14), detenciones arbitrarias (8), judicializaciones (4), desapariciones forzadas (8) y robos de información sensible (1), son algunas de las agresiones que se han venido presentando. A pesar que en comparación con el año pasado algunas cifras se redujeron, el número de homicidios se dobló. 

811 crímenes y 3.585 intimidaciones de líderes se han presentado desde el 2009 que Somos Defensores hace monitoreo. De la década el 2019 fue el más letal.

Ahora bien, la cifra podría ser más alta. El problema, es que "la imposibilidad de movilizarse a hacer seguimiento y de tener comunicación permanente con muchas zonas con graves problemas de cobertura de telecomunicaciones, ha dificultado la labor de monitoreo de violencia y, por lo tanto, ha llevado a que se conozcan menos agresiones, lo cual no quiere decir que no estén ocurriendo", advierte la organización. 

Frente a los responsables, el 45 por ciento de los hechos violentos fueron presuntamente cometidos por grupos paramilitares; en el 37 por ciento se desconoce el autor; en otro 7 por ciento la Fuerza Pública; en el 8 por ciento existiría responsabilidad de las disidencias de las Farc y en el 2 por ciento la presunta responsabilidad sería del ELN. 

Los departamentos que más crímenes registran son: Cauca (9), Antioquia (8), Putumayo (6) Norte de Santander (5) y Huila (3). Uno de los detalles que más resaltan los investigadores es la aparición de Putumayo entre los tres primeros. Hace dos meses precisamente, organizaciones de la zona denunciaron las amenazas e intimidaciones que vienen recibiendo varios líderes del territorio. 

"En este período llama la atención el incremento en el asesinato como forma de agresión. Su alta ocurrencia, en apenas los tres primeros meses del año, deja en evidencia el riesgo en el que actualmente se encuentran quienes defienden los derechos de comunidades y territorios. Que esta forma de violencia haya tenido un aumento del 88 por ciento en relación con el mismo período del 2019 no es una casualidad, por el contrario, genera alerta", agregan los investigadores. 

De las 115 amenazas documentadas, 82 se produjeron a través de panfletos, 18 mediante llamada telefónica y por correo electrónico o redes sociales, una. El hostigamiento ocurrió en 8 casos. Los mensajes de texto fueron utilizados en cuatro oportunidades y se uso material explosivo como parte de la amenaza en dos ocasiones. 

El liderazgo más agredido fue el indígena, con 59 agresiones, la mayoría ocurrieron en los departamentos del Cauca y La Guajira. En segundo lugar se encuentran los defensores de derechos humanos, de los cuales se confirmaron 27 casos. Los líderes comunales, otro sector altamente afectado, reportan 21 casos; los líderes comunitarios, 20 casos, y el liderazgo campesino registra 17 casos.


En las zonas de conflicto y posteriores a un conflicto, estas personas tienen muchas caras: son humanitarios que llevan ayuda de emergencia a la población. Son periodistas que dan a conocer el sufrimiento de los pueblos olvidados. Son jóvenes, estudiantes que se movilizan para defender la libertad de expresión. Ese fue el último mensaje que transmitió Michel Forst, al terminar sus funciones como relator especial de DD.HH de la ONU. 

 

Durante la presentación de su informe anual, hace unas semanas, Somos defensores informó que hay un aumento gradual y sucesivo de las agresiones desde el 2009, cuando comenzó a hacer el monitoreo. Desde ese periodo se han registrado 811 crímenes y 3.585 intimidaciones.

Aunque el año pasado los hechos violentos se presentaron en 29 departamentos, Cauca triplica las cifras de Arauca y Antioquia, los siguientes departamentos en la lista. El 89,6 por ciento de homicidios se dieron contra personas dedicadas a la defensa de la tierra y el territorio: integrantes de Juntas de Acción Comunal, autoridades indígenas, líderes comunitarios y campesinos.

Para los investigadores, las acciones institucionales se enmarcan entre "la ceguera” y la ejecución de algunas estrategias “que se acercan a la lucidez”. Sin embargo, lo cierto es que la política del Gobierno no logra contener el desangre ni desactivar las espirales de violencia que se están llevando a muchos en los territorios.