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Ingrid Betancourt y Moisés Wasserman
Íngrid Betancourt y Moisés Wasserman | Foto: SEMANA

POLÍTICA

“Tenía esperanzas de que Íngrid Betancourt hubiera madurado, pero es la misma”: Moisés Wasserman

El exrector de la Universidad Nacional dijo, en diálogo con SEMANA, que Betancourt es “inmadura, egocéntrica, ególatra y egoísta”.

31 de enero de 2022

El portazo que Íngrid Betancourt le dio a la coalición de la Centro Esperanza, la convergencia de centroizquierda que ella ayudó a conformar desde París, seguramente le sumará más de un elector que considera que es una política aguerrida que ha luchado contra la corrupción.

Así como la colombo-francesa seguramente se anotó un punto por su insistencia en no recibir en su coalición a partidos políticos tradicionales como Cambio Radical y el Partido Liberal, y menos permitir ese respaldo a la candidatura de Alejandro Gaviria, también le significará un desgaste a menos de cuatro meses de la primera vuelta presidencial en la que ella se medirá en las urnas.

“Vino, vio y destruyó… en cuatro meses se va”, agregó. Él cree que el papel de Betancourt fue dividir en medio de una campaña política en la que la centroizquierda pedía a gritos una unión.

“Vino con propuestas de unidad, pero lo que hizo fue disolver, atacar de forma muy fuerte con unos argumentos absolutamente flojos porque no hay nada, ya que no hay nadie acusado de corrupción entre los que ella excluye. Habla de maquinarias políticas, es algo supremamente vago, no sé a qué maquinarias se refiere. Ni siquiera sabe muy bien de qué habla cuando dice maquinaria. Para ella la maquinaria es todo lo que no es ella”, aseguró Wasserman.

Para el exrector de la Universidad Nacional, la actitud de la exsecuestrada fue “infortunada y egocéntrica”. “Ella no explica realmente lo que ella considera maquinaria, para ella el simple hecho de pertenecer a un partido pareciera maquinaria y corrupto también”, dijo.

“Yo no soy admirador de Íngrid ahora, ni antes, pero me parece que no ha cambiado. Yo tenía la esperanza de que hubiera madurado, pero no, es la misma totalmente inmadura, egocéntrica, ególatra, egoísta. No ha cambiado, es exactamente la misma”, afirmó.

La Íngrid que recuerda Wasserman “era una persona que tenía un complejo de superioridad enorme, con un sentimiento de que ella era Juana de Arco y no ha cambiado. Reitero: es la misma”.

La polémica salida de Betancourt de la coalición Centro Esperanza, sin duda, le pasará factura a la centroizquierda. Sin embargo, el académico espera que ojalá esto no ocurra. “Espero que no tanto, espero que nosotros los electores se lo cobremos a ella en las urnas, le hizo todo el daño a la coalición”, concluyó Wasserman.