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Habla Diego Pardo, el empresario que fue acusado por abuso sexual contra su hija
Habla Diego Pardo, el empresario que fue acusado por abuso sexual contra su hija | Foto: Karen Salamanca

JUDICIALES

Tribunal ratifica inocencia de Diego Pardo, el empresario que fue acusado del abuso sexual de su hija

Han sido siete años de lucha jurídica para demostrar que fue víctima de calumnias. Lo único que quiere ahora, con los fallos de la justicia como su espada, es recuperar a su hija.

4 de febrero de 2022

“(…) Es claro que no se dan los presupuestos exigidos por la ley y la jurisprudencia para emitir una sentencia condenatoria, lo que conduce a confirmar la absolución proferida por la primera instancia”. De esta forma, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá ratificó la inocencia del empresario Diego Pardo Cuéllar.

De esta forma se escribió un capítulo en la lucha judicial de Pardo –hijo del exalcalde de Bogotá Diego Pardo Koppel– para desmentir las denuncias en su contra que lo señalaban de haber abusado de su hija menor de edad entre septiembre de 2014 y marzo de 2015.

En la denuncia presentada por María Margarita Herrera, exesposa de Pardo y madre de la menor, mientras se estaban separando el empresario compartía cada 15 días en su vivienda con su hija. Durante esos encuentros ejercía actos libidinosos.

Sin embargo, la justicia, tras seis años de un extenso y complejo proceso, determinó que no existía un soporte de las denuncias y todas las pruebas recolectadas en el juicio permitieron determinar que nunca se presentaron los abusos denunciados. De esta forma, el Juzgado 48 de Conocimiento de Bogotá lo absolvió en noviembre de 2020.

Un año y medio después, tras revisar el recurso de apelación presentado por la Fiscalía y la denunciante, la Sala determinó que no existen pruebas que permitan evidenciar que Pardo cometió algún acto ilícito en contra de su propia hija.

Los testigos y las pruebas documentales permitieron concluir que la denuncia habría sido motivada por el proceso de separación que estaba pasando con su pareja sentimental, con quien vivió una relación tensa tras el nacimiento de la niña.

“Los peritos psiquiatras del Instituto Nacional de Medicina Legal también plantearon la posibilidad de que el conflicto de pareja fuera el generador de este proceso, de acuerdo con lo expuesto en sus apreciaciones y conclusiones”, señala el fallo de 26 páginas conocido por SEMANA.

Los familiares de Pardo coincidieron en asegurar que la relación, en medio del proceso de separación, se tornó muy difícil, “a tal punto que ellos poco podían ver a la niña. Tensión que percibió en el juicio, por parte de María Margarita Herrera, en una de las respuestas del contrainterrogatorio de la defensa, cuando se le preguntó si sabía la razón por la que Diego Pardo Cuéllar se quería llevar a la niña al Centro Comercial Andino, al responder en un tono agresivo: ‘pregúnteselo a él’”.

Los psicólogos clínicos, peritos y expertos que declararon en el extenso juicio revelaron que tras analizar minuciosamente la denuncia presentada por la menor de edad se encontraron contradicciones, falta de espontaneidad y expresiones que no correspondían con una menor de esa edad. Incluso, uno de ellos sugirió que “la niña recibió una lección de un tercero”.

“(…) se desconoce el contenido de la conversación entre madre e hija durante el receso de la entrevista forense, pero tampoco puede ignorarse la posibilidad de que la menor fuera aleccionada para hacer esos señalamientos contra su progenitor”, reseña el fallo de segunda instancia tras valorar varios conceptos. En un principio, la niña negó haber sido abusada sexualmente por su padre, pero –tras charlar a solas con su mamá– cambió su versión.

“No puede obviarse que la ausencia de un relato sobre los actos lascivos que la Fiscalía le encontró a Diego Pardo Cuéllar en la acusación, consistentes en (…) hace inviable deducir la materialidad del delito y la responsabilidad del procesado para emitir una condena en su contra, dado que, en ningún momento, la testigo hizo alusión a esas acciones”.

Después de siete años, con los dos fallos de la justicia como su espada para demostrar su inocencia, Pardo busca recuperar su buen nombre y con ello la custodia de su hija, a quien dejó de ver durante todo el proceso penal por las restricciones que le impusieron las autoridades.