Urgente | “Es un completo desastre”: la Contraloría arremetió contra la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo por su poca ejecución en las emergencias

El vicecontralor en función de contralor general, Carlos Mario Zuluaga, hizo un fuerte llamado a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo porque no han atendido la emergencia que se registró en el municipio de Piojó, Atlántico, hace un año.

Resulta que el 5 de noviembre de 2022 se presentó un fuerte aguacero que ocasionó un deslizamiento de tierra en ese municipio. Más de 250 familias resultaron afectadas y más de 80 casas quedaron completamente destruidas e inhabitables. El terreno, literalmente, se hundió y la población tuvo que abandonar sus viviendas.

Un año después de la emergencia, el contralor encargado denunció que la intervención de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo ha sido “un completo desastre”.

“Así como está ocurriendo con Mocoa (Putumayo), que lleva siete años y medio y todavía no se han terminado esas intervenciones, está ocurriendo exactamente en Piojó, y hoy advertimos que Piojó va en camino a convertirse en un segundo Mocoa”, dijo el funcionario.

Luego de la emergencia, los habitantes debían ser reubicados en un nuevo terreno que se pondría a disposición. Pero, un año después, eso no ha ocurrido. Los damnificados denuncian que permanecen en arriendos y algunos han salido del municipio sin posibilidad de retornar.

Según el órgano de Control, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y de Desastres es la entidad que menos ha ejecutado.

“A la fecha de 31 de octubre del año 2023 solo había ejecutado un 7,5 % de su presupuesto total. Lo que es lamentable es que no se tengan soluciones oportunas”, denunció el contralor en funciones.

En atención a lo anterior, la Contraloría anunció que se presentarán dos procesos administrativos sancionatorios contra la entidad y se le pedirá un estudio de geotecnia para conocer, a ciencia cierta, las causas que pudieron ocasionar la emergencia en Piojó.

¿Qué pasó en Piojó?

Las intensas lluvias que se presentaron de manera continua durante al menos 30 horas, acompañadas de vientos huracanados, destruyeron casi un centenar de viviendas.

Durante la inspección organizada por la C.R.A., el Centro de Reacción Inmediata Ambiental (Cria), la Gobernación y los entes territoriales, se evidenció deslizamiento de viviendas y se logró determinar afectaciones al cementerio municipal, el cual presentó un hundimiento de toda el área, lo que ocasionó daños en casi la totalidad de las bóvedas.

Una parte de los cerros empezó a hundirse, dejando seriamente afectados a muchos barrios, como Camilo Grande, y también la zona donde se encuentra el cementerio del municipio.

Se registraron calles agrietadas, escombros desperdigados por las calles y caminos, postes en el suelo y árboles que fueron arrancados por la fuerza del viento.