Así fue el reencuentro entre el comerciante paisa secuestrado por falsos policías y su familia; detalles de su liberación

El comerciante paisa, Alejandro Arango Sierra, quien había sido secuestrado por falsos policías hace tres días en el centro comercial Fontanar de Chía, Cundinamarca, fue puesto en libertad por sus captores.

“El Gaula de la Policía Nacional se permite informar que el comerciante desaparecido desde el pasado miércoles, 21 de junio, ya fue ubicado por unidades de la institución”, aseguraron las autoridades.

Los uniformados lograron ubicarlo mientras se movilizaba en un bus que cubría la ruta Fusagasugá-Bogotá, gracias a los operativos de rastreo y el plan candado implementados tras conocer el incidente.

“Las actividades investigativas y de inteligencia adelantadas, además del plan candado en los diferentes municipios de Cundinamarca, permitieron ubicarlo en la mañana de hoy 24 de junio, en la vía que de Fusagasuga conduce a Bogotá mientras se desplazaba en un vehículo”, confirmaron.

El hombre fue trasladado hasta las instalaciones del Gaula para verificar las circunstancias en las que se desarrollaron los hechos que terminaron con su desaparición. En ese momento, se reencontró con su familia, que no cabía de la dicha y con abrazos dejaron ver su emoción al verlo de nuevo.

De acuerdo con la Policía Nacional, “desde el día de su desaparición un equipo interdisciplinario del Gaula tomó contacto con la esposa, quien en todo momento brindó el apoyo necesario para lograr el retorno de su compañero sentimental sano y salvo al seno de su hogar.

El rapto ocurrió el pasado 21 de junio alrededor de las 4:30 p. m. En ese momento, dos individuos vestidos con prendas de la Policía abordaron a Arango Sierra mientras esperaba a su esposa fuera del baño en el centro comercial Fontanar de Chía. Los falsos policías sacaron al comerciante del lugar y huyeron en un vehículo particular que los esperaba afuera del recinto.

La Policía confirmó que los captores de Arango Sierra no pertenecían a la institución. El coronel Elver Vicente Alfonso Sanabria, director del Gaula de la Policía Nacional, explicó que, “mientras la mujer se dirigió al baño, su compañero sentimental fue abordado por dos individuos que vestían prendas similares a las de la Policía Nacional, con quienes estableció una conversación por varios minutos para luego salir del lugar en su compañía, al parecer habrían abordado un vehículo particular con rumbo desconocido”.

Las cámaras de seguridad del centro comercial captaron el momento en que los delincuentes subieron a Alejandro Arango al vehículo y emprendieron la huida. Allí, se observa al comerciante caminando junto a los dos sujetos con uniforme de policías por el centro comercial. Lo que llama la atención de las imágenes es que los falsos uniformados tienen parte del rostro cubierto con tapabocas, lo que hace difícil su plena identificación.

Los agentes advirtieron, tras analizar varios videos de las cámaras de seguridad, que “la persona no reacciona cuando se encuentra con las dos personas en el centro comercial, hay unas cámaras que evidencian un diálogo con otra persona, estamos esperando los resultados”.

Versiones preliminares indicaron que el vehículo utilizado en el secuestro fue localizado inicialmente en la localidad de Bosa, al sur de Bogotá.

Aún hay varias incógnitas sobre lo ocurrido, por eso, tras los hechos, el director del Gaula anunció una exhaustiva investigación y manifestó que “aquí hay varias cosas que están analizando los investigadores del Gaula, la primera es que la persona no reacciona cuando se encuentra con las dos personas que lo sacan del centro comercial. No hay ninguna reacción. Hay también unas cámaras que nos dejan mostrar que hubo un diálogo con otra persona. Esperemos los resultados”.

Finalmente, en la mañana de este sábado 24 de junio, tres días después del secuestro, Alejandro Arango Sierra fue liberado y encontrado mientras viajaba en un bus de servicio intermunicipal que cubría la ruta Fusagasugá-Bogotá. Será el mismo comerciante el que ayude a esclarecer lo ocurrido.