Habla el embajador de Petro en Estados Unidos: “Los gobiernos hemos trabajado juntos y se continuará así en la era Trump”

SEMANA: ¿Qué espera usted de la relación entre Colombia y Estados Unidos con el nuevo Gobierno de Donald Trump?

Daniel García-Peña (D.G.): Hay mucha expectativa. La relación siempre se ha mantenido firme en medio de los cambios acá en Washington y en Bogotá en temas como seguridad, comercio, migración y estamos confiados en que seguiremos trabajando de manera bipartidista con republicanos y demócratas y buscar esos temas donde puede haber áreas de cooperación para profundizar, pero también se debe reconocer que habrá áreas de discordia que habrá que manejar.

SEMANA: Esta relación comienza después de que en Colombia se firmó la nota interpretativa del TLC para proteger los intereses colombianos. ¿El Gobierno Trump puede asumir en un mal tono que se haya firmado esto justo antes del cambio de Gobierno?

D.G.: No lo creo. Primero, porque esto es algo acordado que favorece a todos los inversionistas que conocen cuáles son los alcances de las discusiones sobre inversiones, que son mecanismos que existen en otros tratados como el de México o Corea del Sur. En la medida que esto ayuda a aclarar cuáles son los alcances del arbitramento termina favoreciendo al inversionista norteamericano sepa con mayor claridad cuáles son las posibilidades de sus inversiones en Colombia.

SEMANA: Siempre se ha dicho que la relación entre Colombia y Estados Unidos es de carácter bipartidista, pero estamos en un contexto en el que el presidente Gustavo Petro ha lanzado críticas constantes al presidente entrante, Trump. ¿Esto va a afectar los intereses del Estado colombiano en la relación con Estados Unidos?

D.G.: No, para nada. Habrá diferencias, pero, precisamente, identificando esas áreas en las que hay coincidencias estoy confiado que vamos a seguir trabajando juntos. Por ejemplo, en el tema de migración, sabemos que es el tema número uno del Gobierno entrante en su relación con América Latina y Colombia es, sin duda, parte de la solución y no del problema. Podemos demostrar cómo hemos acogido casi 3 millones de ciudadanos venezolanos dentro de un programa que, entre otras cosas, empezó en la administración de Iván Duque cuando Trump estaba de presidente en Estados Unidos y esos millones de venezolanos que están en Colombia no están buscando ir a Estados Unidos.

Hemos logrado reducir en un 40% los flujos irregulares de migrantes por El Darién y esto se dio gracias a un trabajo conjunto con Panamá y Estados Unidos. Es decir, en un tema como la migración Colombia, sin duda, seguirá jugando un papel fundamental. En ese y otros temas estamos buscando coincidencias: Petro y Trump están de acuerdo en que la migración ilegal es negativa. Nosotros como colombianos queremos que los colombianos se queden construyendo país y no estamos interesados en que nuestro territorio sea utilizado por carteles traficantes de seres humanos. Hay temas en los que los gobiernos hemos venido trabajando juntos y, estoy seguro, se continuará así en la administración Trump.

SEMANA: Pero hay diferencias en temas sustanciales: cómo luchar contra el narcotráfico, la agenda ambiental, el cambio climático. ¿Cómo tratar estas diferencias?

D.G.: Aún en el cambio climático hay áreas de trabajo conjunto. La ministra de Ambiente se reunió con el asesor de Donald Trump para asuntos climáticos y él comunicó que el asunto principal en la agenda es el agua limpia. Entonces, ese es un punto en el que Colombia tiene proyectos en curso. Si bien en discusiones sobre el cambio climático y el Acuerdo de París seguramente habrá diferencias, habrá áreas específicas en las que seguiremos trabajando. Queremos inversiones de empresas norteamericanas en movilidad eléctrica.

SEMANA: ¿Colombia va a mediar para que se levanten las sanciones contra Venezuela y el régimen de Nicolás Maduro?

D.G.: El papel de Colombia no es mediar entre Estados Unidos y Venezuela. Colombia seguirá siendo coherente en insistir en que tarde o temprano se requiere un acuerdo, el país seguirá jugando un papel de mantener relaciones y conversaciones permanentes, nosotros tuvimos la oportunidad de hablar con la oposición y en todas las reuniones que hemos tenido con ellos siempre nos agradecen por el trabajo del presidente Petro de buscar una mediación. Una cosa es la relación Estado a Estado, que es lo que llevó a la presencia de nuestro embajador embajador en la posesión, y otra muy distinta es que el pueblo colombiano ha sido claro en no reconocer el supuesto triunfo del señor Maduro y en condenar con vehemencia los abusos de derechos humanos y las medidas contra la oposición venezolana. Hemos sido coherentes y continuaremos jugando ese papel.

SEMANA: También ha hablado con la parte del régimen. ¿Qué le dicen? ¿Están abiertos a esa interlocución con la oposición, con Colombia como una parte importante de este?

D.G.: Esa parte no me corresponde a mí. Le ha correspondido al canciller, al vicecanciller y al mismo presidente. Es evidente que no se ha dado esa posibilidad, pero se ha dado en el pasado, como ocurrió con los Acuerdos de Barbados. Que los acuerdos no se llevaron a cabo, eso es otro debate. En la diplomacia lo que un día parece imposible, improbable, pues con la persistencia y con la insistencia de quienes toman la decisión correcta pues da resultados. Eso lo vimos con los acuerdos del cese al fuego entre Israel y Gaza.

SEMANA: ¿Qué le pide usted al Gobierno de Donald Trump en relación con el trato a los colombianos que viven en Estados Unidos, tanto regulares como irregulares?

D.G.: Estamos haciendo un trabajo con los cónsules porque hay mucha preocupación entre los colombianos y la población latina sobre lo que puede pasar. La ley norteamericana se tiene que cumplir y, obviamente, las personas de acá en situación de irregularidad con las deportaciones que han anunciado, pues tendrán que prepararse para que eso suceda. Estas deben hacerse cumpliendo con el debido proceso y respetando los Derechos Humanos. Es importante que los colombianos se registren en los consulados, independientemente de su situación migratoria.