Tecnología
Cómo evitar riesgos de seguridad al comprar un celular usado: consejos para tener en cuenta
Comprar un teléfono de segunda mano puede tener riesgos, por ello, es importante saber cómo prepararlo para un uso seguro.
Con el auge del mercado de dispositivos electrónicos de segunda mano, los smartphones se han posicionado como una alternativa accesible para quienes buscan modelos de última generación sin incurrir en un gasto excesivo.
Estos dispositivos, que se han convertido en herramientas indispensables para la vida cotidiana, permiten desde realizar consultas médicas hasta coordinar un transporte con facilidad. Sin embargo, adquirir un teléfono usado no está exento de riesgos.
Desde la posibilidad de encontrar componentes defectuosos hasta la exposición a datos almacenados por el propietario anterior o amenazas de malware, es fundamental tomar precauciones. Entre las medidas esenciales están verificar que el dispositivo funcione correctamente, realizar un restablecimiento de fábrica y asegurar que no existan brechas de seguridad que comprometan su uso.
Esta alternativa no solo permite acceder a tecnología de última generación a un precio más asequible, sino que también refleja un mercado en crecimiento. Según datos de Statista, citados por la agencia Europa Press, el comercio electrónico de bienes de segunda mano en países como España, alcanzó los 149 millones de euros durante el tercer trimestre de 2023, consolidándose como una opción económica y sostenible para los consumidores.
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¿Cómo evitar riesgos de seguridad al comprar un dispositivo usado?
Expertos en ciberseguridad de ESET ponen sobre la mesa tres posibles riesgos que las personas deben estar prevenidos en las compras de smartphones de segunda mano para evitar problemas de seguridad. La venta de teléfonos de segunda mano generaron más de 13.000 millones de dólares en todo el mundo solo en el primer trimestre de 2023, un 14 % más que el año pasado, según una estimación de la compañía.
Uno de los riesgos es que algunos dispositivos ya no reciban soporte del fabricante, lo que significa que el sistema operativo subyacente no recibe actualizaciones de software. Esto es una mala noticia desde el punto de vista de la seguridad, ya que significa que cuando los investigadores o los actores de amenazas encuentren vulnerabilidades, el dispositivo no recibirá un parche de seguridad para solucionarlas. De hecho, quedará expuesto a los atacantes.
Otro aspecto a tener en cuenta es que, en algunos casos, un propietario anterior puede incluso haber instalado (involuntariamente o no) software malicioso en el teléfono. Este puede estar diseñado para hacer una gran variedad de cosas, desde robar información personal y contraseñas hasta espiar llamadas y mensajes. Incluso puede inundar el dispositivo con anuncios no deseados o suscribir a servicios con tarifa adicional. El objetivo final suele ser ganar dinero, ya sea robando información personal o financiera para utilizarla en fraudes o extorsiones digitales.
Además de todo ello, la compañía también ha puntualizado que es posible que algunos teléfonos de segunda mano no hayan sido sometidos al tipo de comprobaciones que realizan los vendedores de segunda mano de confianza para asegurarse de que están operativos y funcionan con un sistema operativo compatible. Esto puede exponer a algunos de los riesgos mencionados anteriormente.
Al respecto, la investigadora de seguridad informática de ESET Latinoamérica señaló que “para mitigar estos riesgos hay que adoptar un enfoque múltiple, empezando por la investigación previa durante el proceso de compra. Los dispositivos de segunda mano están disponibles en una amplia variedad de fuentes, desde los propios fabricantes hasta los minoristas, las empresas de telecomunicaciones y los vendedores privados”.