Home

Gente

Artículo

India entró a Nxivm por su mamá, Catherine Oxenberg, actriz de Dinastía, quien pensaba que se trataba de un grupo de autoayuda. Pero, una vez cayó en la cuenta, hizo hasta lo imposible por sacar a su hija de las garras de la secta.

TESTIMONIO

“Entré a un grupo de autoayuda y me convertí en esclava sexual”

La actriz India Oxenberg se metió a Nexivm para asistir a unos cursos de superación personal y terminó convertida en víctima de la secta sexual que hoy horroriza a Estados Unidos. SEMANA habló con ella a propósito de un nuevo documental.

24 de octubre de 2020

India Oxenberg parecía tenerlo todo: dinero, una buena educación y oportunidades laborales. Su mamá, Catherine, una reconocida actriz de la serie Dinastía, fue muy famosa en los años ochenta, y su abuela, la princesa Isabel de Yugoslavia, con su ascendencia noble, tenía a la mano poder, influencia y fama. Aun así, a sus 19 años terminó envuelta en un grupo de autoayuda llamado Nxivm, que con el tiempo se volvió una de las sectas sexuales más peligrosas de Estados Unidos. De este modo, pasó de tenerlo todo a convertirse en una esclava sexual, marcada como ganado.

La historia sobre cómo se fue involucrando en la trampa y logró salir de ese infierno con ayuda de su familia, aparece en un documental titulado Seduced, disponible en Colombia desde la semana pasada en Apple TV y en Starzplay (una plataforma descargable desde cualquier celular).

SEMANA habló con ella y con su mamá a raíz del lanzamiento, y pudo conocer de primera mano cómo funciona esta secta sexual, que asombra a Estados Unidos por su alcance y el nivel de maldad de su líder, Keith Raniere, un psicópata que logró manipular a miles de personas.

Paradójicamente, India entró a Nxivm impulsada por su mamá, que había oído hablar de unos talleres en Los Ángeles para encontrar el verdadero sentido de la vida. Fueron juntas y, a pesar de que ambas lo disfrutaron, India terminó más involucrada. “Acababa de salir de la universidad y estaba un poco perdida, quería algo de dirección y de herramientas para tener éxito en mi vida. Y, cuando me explicaron lo que ofrecían, me atraparon, porque era justo lo que buscaba”, dijo a SEMANA. Así que convenció a su mamá de inscribirse al siguiente curso.

Nada parecía extraño al comienzo. De hecho, había actrices, empresarios y productores de Hollywood. Las charlas, además, las dejaban felices y con buena energía. Eso sí, no eran del todo convencionales: participaron en una especie de sesión de hipnosis y en otra de programación neurolingüística.

En el documental, India vuelve a la sede de Nexivm y a la casa en la que dictaban los talleres, actualmente abandonada.

Catherine, sin embargo, notó cosas raras: se referían a Raniere y Nancy Salzman, los líderes de la organización (el primero siempre ausente), con sobrenombres reverenciales como Vanguardia y Prefecta, respectivamente. Además, se dio cuenta de que los entrenadores y algunos asistentes endiosaban a Raniere y decían que era el hombre más inteligente del mundo. Tampoco le gustó que las pusieran en grupos diferentes. Ahora sabe que buscaban aislarlas para manipularlas con mayor facilidad.

Luego de esa experiencia, Catherine siguió en contacto con el grupo, pero indirectamente. India, en cambio, fue entrando más y más en su estructura.

Nxivm funcionaba como una pirámide, en la que las personas subían escalafones según los cursos que tomaran, cada vez más exclusivos y costosos, y de la cantidad de personas que reclutaran. A los mejores miembros, además, los invitaban a un evento anual en el que podían conocer por fin a Raniere, el gran líder, y celebrar su cumpleaños. Y a quienes lograban ascender lo suficiente, les pagaban por su labor de coach. India soñaba con llegar lo más arriba posible, así que fue tomando cada vez más cursos.

Ella no lo notaba, pero poco a poco le iban metiendo ideas en la cabeza. Le decían que dependía demasiado de su mamá y que tenía que alejarse de ella. Asimismo, que los hombres no podían ser monógamos por su naturaleza y que la violación no era tal si la víctima no se sentía abusada (“El poder estaba en la mente”, le repetían). Incluso, llegaron a entrenarla para seguir órdenes con el supuesto fin de volverla más disciplinada.

Eso, sumado a que pasaba casi todo el tiempo en el grupo, la había vuelto totalmente dependiente. “Hoy ya sé por qué seguía ahí, a pesar de las banderas rojas, y tiene que ver mucho con la coerción y el adoctrinamiento. Es lo mismo que les pasa a las personas que están en relaciones abusivas”, explica.

En algún punto, se quejó, porque no avanzaba en la organización, después de hacer todo para merecerlo, y Allison Mack, reconocida por interpretar a la mejor amiga de Superman en la serie Smallville, le dijo que le tenía la solución. Se trataba de ingresar a un grupo secreto de Nxivm, conformado por mujeres que se ayudaban mutuamente. A cambio, le pidió confesar algún secreto que pudiera ser usado en su contra. Le dijo que era solo precaución, por si algún día decidía romper el secreto.

Como Mack era la tercera persona más importante de Nexivm después de Raniere y Salzman, India decidió seguir adelante. Con algo de temor, escribió una carta en la que contaba que su papá había estado involucrado con el narcotráfico.

Allison Mack, actriz de la serie Smallville, convirtió a India en su esclava sexual. Espera condena.

Cumplido el requisito, Allison la introdujo a DOS, una sociedad de amos y esclavos, en la que India tenía que jurarles obediencia total a ella y a Raniere. Se trataba supuestamente de un curso avanzado para convertirse en una mujer más fuerte. Al comienzo, le daban órdenes superficiales, pero con el tiempo estas subieron de tono. Así, sin darse cuenta, terminó teniendo relaciones sexuales varias veces con la propia Mack y con Raniere.

No solo la habían convertido en una esclava sexual, sino que para mayor humillación la obligaron a dejarse marcar en la piel las iniciales de su ama con un hierro candente: “El olor que provenía del bolígrafo cauterizador que quemaba mi carne llenó toda la casa. Fue una tortura, pero aun así aguanté”, recuerda en el documental. A pesar de todo eso, no dejó de pensar que estaba en un curso que le permitiría ser una mejor persona y que Raniere era un genio incomprendido.

Para esa época, otras mujeres ya habían huido del grupo y una de ellas visitó a Catherine para contarle lo que estaban haciendo con su hija. Ella casi enloquece por la culpa de haber llevado a India a la organización. Pero luego decidió batallar con todas sus fuerzas y denunciarlos ante las autoridades y los medios de comunicación. India, manipulada por Raniere, la comenzó a ver como una enemiga, a odiarla y dejó de hablarle.

Al final, gracias a las pruebas que reunieron Catherine y otros miembros del grupo que habían logrado escapar, las autoridades detuvieron a Raniere, a Mack y a Salzman, y desmantelaron la organización en 2018. India, sin embargo, se mantenía fiel a sus verdugos y consiguió un trabajo como mesera en Nueva York para poder visitarlos en la cárcel y ayudarlos con lo que le pidieran. Incluso se llevó algunos objetos de Mack a su casa para guardarlos.

El líder de la secta, Keith Raniere, un psicópata, convenció a sus seguidores de que él era un genio incomprendido y solía marcar a hierro vivo a sus esclavas sexuales, como India. Para atraerlas, el culto usaba una serie de talleres y cursos de autoayuda.

Tuvo que llegar un hombre a su vida, que le demostró lo que significaba el verdadero amor, para que abriera los ojos y decidiera volver con su madre. Más adelante, hurgando entre las cosas que tenía de Mack, descubrió una USB en la que habían grabaciones del propio Raniere hablando de cómo manipular a las mujeres y obligarlas a aceptar la marca. Eso fue definitivo para cambiar su opinión.

Aún así, tuvo que pasar un tiempo para que comprendiera lo que le había pasado. “Me demoré mucho en saber que no era normal lo que me hacían. Tuve que trabajar nueve meses con el FBI, que me mostró cómo era el ‘modus operandi’ para manipularnos, y solo así caí en la cuenta”, explicó a SEMANA.

Desde entonces ha tenido que asistir a terapia y aún no ha logrado superar del todo lo ocurrido. Pero decidió contarle su historia al mundo, lo que muestra que va por buen camino. “Estoy abrumada, nunca pensé que lo que tenía para contar generara tanto interés. Es una mezcla de sentimientos y no he dejado de tener miedo”, dice. Ahora espera que su valentía sirva, al menos, para que nadie más vuelva a vivir algo así.