NACIÓN
AmCham advierte riesgos innecesarios de una renegociación del TLC con Estados Unidos: “Podemos ir por lana y salir trasquilados”
Para la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, los mensajes y acciones recientes del Gobierno Petro están abriendo la puerta a una renegociación.
La llegada de Donald Trump al poder tiene profundas implicaciones para Colombia y para América Latina. Se trata de un giro radical frente a lo que han sido los cuatro años de gobierno de Joe Biden. Y se anticipa que, además, el hecho de que su mandato coincida con el de Gustavo Petro traerá mucha tensión en la histórica y muy fuerte relación que ha existido entre los dos países.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha generado expectativa en Colombia. El país “ha sido el mayor receptor de asistencia económica de Estados Unidos en el hemisferio occidental... y en los últimos años la asistencia económica de EE. UU. a Colombia se ha diversificado más allá de la lucha antinarcóticos”, resaltó la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana en un encuentro en el que se analizaron los escenarios que traerá la llegada de Trump al poder.
La exministra de Comercio, Industria y Turismo resaltó cifras importantes de lo que significa en términos económicos el peso de Estados Unidos. “Hoy estamos viendo que mientras las exportaciones al mundo de Colombia entre enero y agosto 2024 decrecen 1 %, a Estados Unidos crecen 8 %. El turismo que llega del mundo crece al 8 %, de EE. UU. crece al 13 %. El 41% de la inversión extranjera que llega a nuestro país en lo corrido de 2024 es de EE. UU. Y el 53 % de las remesas que reciben los colombianos llegan de EE. UU.”.
Ante ese escenario, Lacouture hace un llamado a un tema de gran relevancia. “Tenemos un riesgo real de ir por lana y salir trasquilados. El Gobierno de Colombia está abriendo la puerta de la renegociación del tratado de comercio con Estados Unidos. Iniciativa que, además de ser innecesaria, podría ser absolutamente contraproducente”, sostiene.
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“Es innecesaria porque el acuerdo comercial prevé mecanismos de revisión y ajuste qué es lo que correspondería hacer en este momento. Y contraproducente porque no sabríamos adónde podría llevar la renegociación. Como quien dice podríamos estar yendo por lana y salir absolutamente trasquilados”, concluye.
Lacouture hizo un muy completo análisis sobre lo que viene para el país. Estas son sus reflexiones:
“Hace poco más de 200 años, en un –seguramente caluroso– 19 de junio de 1822, el presidente de los Estados Unidos de esa época, James Monroe, recibió a Manuel Torres, quien viajó en calidad de Chargé d’affaires de la Gran Colombia, para formalizar la relación diplomática y comercial entre las dos jóvenes naciones. Habían transcurrido escasos 3 años desde que se sellara nuestra independencia, cuando se comenzó a entretejer el poderoso lazo que hoy une a la Colombia de la actualidad con los Estados Unidos de América.
Desde un comienzo, nuestra relación ha sido significativa. Estados Unidos fue el segundo país del mundo –después de Brasil– en reconocer formalmente a la Gran Colombia como república independiente. Ese gesto de tanta relevancia y significación fue seguido por actos formales también de gran significación. Ya en 1822 y 1823 los Estados Unidos tenían consulados en las ciudades de Cartagena y en mi natal Santa Marta, este último dirigido por el señor cónsul Harris Fudger. A los cuales siguieron otros en diversas ciudades, incluyendo, por supuesto, a Bogotá.
Como es apenas natural en una relación de más de 200 años, la nuestra ha tenido sus altibajos. No podría ser de otra manera. Pero, visto en contexto y con el beneficio de la perspectiva histórica, la nuestra ha sido una relación ampliamente satisfactoria en materia de colaboración, apoyo y respeto mutuos. Gracias a ello, lo que comenzó con tímidos hilos de acercamiento entre las dos jóvenes naciones, que a mediados del siglo 19 buscaban abrirse espacio en el concierto de naciones, ha evolucionado hasta convertirse con el tiempo en un lazo de acero imposible de romper.
No creo que sea necesario repasar en detalle el significado que ha tenido para Colombia la relación con los Estados Unidos de América. En aspectos cruciales como la seguridad, el desarrollo tecnológico, el desarrollo social y la solidez institucional, nuestra relación ha sido realmente fundamental.
Pero sí me gustaría resaltar algunos de ellos, para poner en contexto adecuado el significado de nuestra relación con los Estados Unidos.
En materia económica, Colombia ha sido el mayor receptor de asistencia económica de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Dicha asistencia sin duda ha beneficiado a micro, pequeños, medianos y grandes empresarios colombianos. Y ha sido fundamental apoyo social para los más vulnerables, quienes se han beneficiado de la cooperación que están llegando a territorios apartados y a los colombianos menos favorecidos.
En los últimos años la asistencia económica de EE.UU. a Colombia se ha diversificado más allá de la lucha antinarcóticos. La asistencia apoya propósitos diversos como servicios de protección y apoyo a territorios vulnerables, desarrollo alternativo agrícola, consolidación civil de la paz, prevención y resolución de conflictos, inclusión, biodiversidad, entre otros.
En materia institucional, tal vez tendría que resaltar las misiones Kemmerer (1923 y 1930), de indudable relevancia. La primera misión fue motivada por la utilización de los recursos provenientes del Tratado Urrutia- Thomson. Solo para mencionar algunos proyectos de Ley aprobados por el Congreso, presentados por las Misiones, Banco de la República (Ley 25, 1923), Ministerio de Relaciones Exteriores, Hacienda y Crédito Público, Guerra, Industrias, Instrucción y Salubridad Públicas (Ley 31, 1923), Presupuesto nacional (Ley 34, 1923), Administración y recaudación de rentas nacionales (Ley 36, 1923) y Contraloría (Ley 42, 1923).
En materia comercial, sin duda la firma del tratado de libre comercio entre las dos naciones abrió un nuevo capítulo en nuestra relación comercial. Gracias a ello, sectores productivos colombianos han encontrado nuevas y mejores oportunidades en el mercado más importante del planeta.
* Hoy estamos viendo que mientras las exportaciones al mundo de Colombia entre enero y agosto 2024 decrecen 1 %, a Estados Unidos crecen 8 %.
* El turismo que llega del mundo crece al 8 %, de EE. UU. crece al 13 %.
* El 41 % de la inversión extranjera que llega a nuestro país en lo corrido de 2024 es de EE. UU.
* El 53 % de las remesas que reciben los colombianos llegan de EE. UU.
Colombia debe mantener una política exterior pragmática que priorice la interacción constante con el Congreso y fortalezca las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Este enfoque permitirá gestionar intereses comunes, como la seguridad regional, el comercio y la estabilidad en Venezuela, consolidándose como un socio confiable y estratégico en soluciones regionales de largo plazo.
Tenemos un riesgo real de ir por lana y salir trasquilados. El Gobierno de Colombia está abriendo la puerta de la renegociación del tratado de comercio con USA. Iniciativa que, además de ser innecesaria, podría ser absolutamente contraproducente.
Es innecesaria porque el acuerdo comercial prevé mecanismos de revisión y ajuste qué es lo que correspondería hacer en este momento. Y contraproducente porque no sabríamos adónde podría llevar la renegociación. Como quien dice, podríamos estar yendo por lana y salir absolutamente trasquilados.
En el contexto del gobierno del presidente Trump, donde temas como la seguridad, el comercio y la migración adquieren un peso aún mayor, Colombia tiene la oportunidad de consolidarse como un socio estratégico clave en la región, liderando un enfoque integral que combine el control del narcotráfico y la reducción de cultivos ilícitos con estrategias de desarrollo social, al tiempo que propone soluciones innovadoras para manejar la migración regional mediante inversión productiva y tecnología fronteriza.
- Algunas líneas estratégicas -
Migración: abordaje integral y desarrollo productivo
Proponer un plan de desarrollo económico en regiones receptoras de migrantes, fomentando la inversión en infraestructura, educación y empleo para absorber a migrantes y reducir el deseo de migrar a EE. UU. Fortalecer la colaboración con EE. UU. en iniciativas para el control fronterizo, incluyendo tecnología de monitoreo en el Darién y campañas de información en países de origen, desalentando así la migración irregular y peligrosa.
Potencial de crecimiento en exportaciones agroindustriales
El sector agroindustrial colombiano tiene una oportunidad única de crecimiento hacia Estados Unidos, con un potencial de expansión de hasta 250 % para 2027, según AmCham Colombia. Este sector ya mostró un crecimiento del 7,4 % en 2024, destacándose como un motor clave para diversificar la oferta exportadora del país.
Un mercado estratégico para las importaciones
Cerca del 70 % de las importaciones desde Estados Unidos corresponden a bienes que Colombia no produce, integrándose principalmente a las cadenas productivas locales. Estas importaciones crecieron un 3,2 % en 2024, consolidándose como un insumo esencial para la competitividad de la industria nacional.
Liderazgo en inversión extranjera directa
Con el aumento de los costos laborales en México y su capacidad productiva al límite, nuevos aranceles que hoy están en más del 25 %, Colombia puede aprovechar el friendshoring para fortalecer su presencia en cadenas globales de valor. Sectores como agroindustria, manufacturas y productos químicos tienen un potencial significativo consolidando a Colombia como un destino atractivo para la inversión. Este flujo de capital fortalece sectores estratégicos, impulsa el empleo y fomenta el desarrollo económico sostenible.
Cierro estas breves palabras introductorias con mi mensaje central: una relación sólida y proactiva beneficiará a ambas naciones en objetivos compartidos como la estabilidad regional, el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.
Colombia debe actuar con pragmatismo, ser propositivo, tomar la iniciativa, intensificar la diplomacia y el relacionamiento con el Legislativo, abordar este importante acontecimiento como una oportunidad estratégica”.