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La Coalición Centro Esperanza niega la crisis, pero es evidente la ruptura.
La Coalición Centro Esperanza hizo agua desde hace varias semanas. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

Centro político: una tendencia que se desinfló

La denominada Coalición de la Centro Esperanza fue la menos votada entre las consultas de este 13 de marzo. ¿Qué sucedió?

13 de marzo de 2022

A pesar de que hasta hace unos meses alcanzó a despertar fervor en los ciudadanos, al presentarse como una alternativa independiente, alejada de las estructuras tradicionales, el centro político, representado en estas elecciones por la Coalición Centro Esperanza se empezó a desinflar.

La denominada consulta de centro, en la que estaban Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Carlos Amaya, Juan Manuel Galán y Jorge Robledo, fue la menos apoyada en las urnas por los colombianos este 13 de marzo.

Según lo informado hasta el momento por la Registraduría, el Pacto Histórico triplicó a la Centro Esperanza, y el Equipo por Colombia dobló los sufragios obtenidos por el centro.

Si bien el centro es visto como una esperanza por un importante sector de la población, ante los constantes cruces de acusaciones que hay entre la derecha y la izquierda, también es calificado por sus críticos como una corriente de tibios, es decir, sin posiciones claras ante los graves problemas del país.

Conquistar esa franja implica moderación y pragmatismo, y lograr acuerdos en temas fundamentales, hasta con los que el llamado centro considera extremos.

Pero decirle no más a la polarización, como se dedicaron a hacer en un principio los candidatos de esta coalición, no basta para ganar una elección en Colombia. Y así quedó claro en estas elecciones.

Es necesario fijar posiciones claras ante los inmensos desafíos que tiene el país en diferentes campos: economía, seguridad, desempleo, educación, salud, pobreza, desigualdad, inseguridad, grupos armados ilegales y cultivos ilícitos.

Divisiones

Los primeros destellos de fracturas los mostró Juan Manuel Galán, quien pujó por tener una lista al Senado y a la Cámara separada de las elaboradas por la convergencia de fuerzas políticas. Esto generó fuertes enfrentamientos.

Luego vino el duro rifirrafe entre el exministro Alejandro Gaviria y la exsenadora Íngrid Betancourt.

Todo empezó cuando el exministro de Salud comenzó a sumar apoyos de sectores que no pertenecen a la coalición, tales como los senadores Miguel Ángel Pinto y Germán Varón Cotrino. Betancourt, en vivo y en directo durante el cara a cara organizado por SEMANA y ‘El Tiempo’, denunció supuestas alianzas de Gaviria con maquinarias y corrupción.

Esto generó un fuerte enfrentamiento que terminó en insultos por parte de Gaviria, tres ultimátums de Íngrid, reuniones internas infructuosas y finalmente un comunicado parcial que terminó por beneficiar al exrector de la Universidad de los Andes.

Íngrid, denunciando apología a la corrupción, lanzó su candidatura en solitario y con eso dejó a la coalición sin la figura femenina que tanto le hacía falta.

Después, la Coalición Centro Esperanza quiso centrar todas sus energías en recuperar esos puntos de favorabilidad que les quitó ese enfrentamiento interno. Filmaron un comercial para redes sociales en el que le piden perdón a su electorado por los “inconvenientes”. Se mostraron jocosos, carismáticos y unidos, cosa que les hizo falta por mucho tiempo.

Sin embargo, exactamente cuatro días después del lanzamiento de la estrategia, Gaviria le dijo “tibio” a Fajardo en entrevista con María Isabel Rueda en El Tiempo. Esa no fue la única descalificación. Lo trató como si fuera candidato de otra coalición. Por esto, todos los demás candidatos le reclamaron a Gaviria y defendieron a Fajardo, lo cual pospuso la filmación de otro comercial para suavizar la imagen del centro.

El exgobernador también sacó dientes, infiriendo que Gaviria se “desesperó” porque no le fue bien en las más recientes encuestas. Por esa misma entrevista y con el mismo disgusto por los insultos a Fajardo, Robledo le propuso al exministro un debate público sobre el modelo económico y social de Colombia. Este no se ha dado y el líder de Dignidad lo acusa de “rehuir” al mismo.

Luego, pocos días después de esta situación, se dio la pelea entre Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, por acusaciones en contra del exgobernador de Boyacá por una supuesta red de clientelismo entre el departamento y la actual administración en Bogotá.

De esta manera, según lo que se pudo ver en los debates, los candidatos de la Centro Esperanza buscaron compensar la falta de posiciones frente a algunos temas con las acusaciones mutuas entre los miembros de la coalición.

Y entre acusaciones, indefiniciones y discusiones más políticas que programáticas, la esperanza se fue desinflando en el centro.