Coronel Benjamín Núñez condenado por la masacre de tres jóvenes en Chochó, Sucre, pidió un sitio de reclusión “especial”

Una juez avaló el acuerdo entre el coronel Benjamín Núñez y la Fiscalía por los delitos de homicidio agravado, privación ilegal de la libertad y ocultamiento alteración de material probatorio. El oficial resultó condenado, pero antes le dijo a la justicia que quería pagar la pena en un centro de reclusión especial.

La condena fue de 29 años de cárcel, como lo contempló el mismo acuerdo pactado con la Fiscalía para aceptar su responsabilidad en la masacre de tres jóvenes en Chochó, además de una inhabilidad para ejercer cargos públicos por el mismo tiempo y una multa de 100 millones de pesos. Lo que no se conocía era su intención de cumplir esa pena en condiciones “especiales”.

Así lo dio a conocer la juez que avaló el acuerdo y condenó al coronel. En la diligencia, la juez rechazó la posibilidad de que, después de aceptar que asesinó a tres personas a sangre fría y en un vehículo de la Policía, el oficial, entonces comandante operativo del departamento de Sucre, pagara la pena en un centro de reclusión especial.

Así las cosas, la solicitud de casa por cárcel, fue rechazada de plano por la juez y el asunto de donde podrá pagar su condena, dadas las complejidades de su cargo en la Policía y el riesgo para su seguridad, será competencia del Inpec. Actualmente, el coronel se encuentra privado de la libertad en la cárcel de La Dorada, en Caldas.

Las víctimas de plano se opusieron a cualquier clase de beneficio para el coronel Benjamín Núñez tras considerar que enviarlo a una escuela de formación de la Policía o un centro de reclusión especial, sería otorgarle un beneficio en un escenario de extrema gravedad y de violación de Derechos Humanos. Incluso recordaron algunos eventos en otros espacios de reclusión que ni siquiera eran especiales.

Polémica foto

Mientras estuvo en la cárcel de Picaleña en Ibagué hubo varios hechos que fueron materia de controversia, por ejemplo una fotografía donde se observa al oficial en su celda con un celular, elemento prohibido en los centros de reclusión. En su defensa aseguraron que se trató de una “trampa” pues en ese mismo momento otro interno le mostró una información en ese celular.

“Hace lo que desea en el patio, incluso recibe otra clase de alimentación, ya que el propio director del penal fue en compañía del señor Núñez para que le den comida especial. Los demás internos reciben una alimentación pésima. El cuerpo de vigilancia prácticamente hace lo que diga el señor Núñez, pues cuenta con el respaldo del director”, relata la denuncia conocida por SEMANA.

Al parecer los beneficios y lujos del coronel Núñez no fueron lo único que motivaron las denuncias o su imagen con el celular en la mano y en su celda privada. El oficial, según las advertencias que hacen desde la misma cárcel, se pasea con soberbia por los pasillos del penal, recordándoles a la guardia y a los otros privados de la libertad quién es él.

Los aparentes lujos, que fueron negados por personas cercanas al Coronel Núñez, finalmente derivaron en un traslado de cárcel, pasó de Picaleña a La Dorada en Caldas, donde según las versiones se convirtió en “constructor de paz” al sumarse a otros internos con iniciativas de reconciliación.