NACIÓN
El infierno en el Catatumbo: SEMANA explica quién es quién en ese cruel conflicto que ha causado más de 90 muertos y 5.000 desplazados
La región vive una crisis humanitaria, en medio de una macabra guerra por tener el control de esta.

El atroz asesinato de Miguel Ángel López puso los ojos del país en el Catatumbo y dejó ver la escalada de violencia sin control que azota la región. El dueño de la funeraria de Tibú, el municipio con más hectáreas de coca cultivadas en el mundo, fue interceptado en plena vía por los grupos armados (se cree hasta el momento que por el ELN, aunque esa guerrilla lo niega). A sangre fría, una ráfaga de disparos segó no solo su vida, sino la de su esposa y su hijo, un bebé de apenas nueve meses.
Informes de inteligencia, conocidos por SEMANA, narran que el hombre fue asesinado por su trabajo como dueño de la Funeraria San Miguel. El móvil del violento crimen tendría que ver con que el hombre se habría encargado del levantamiento de los cuerpos de las víctimas de las “estructuras del Frente de Guerra Oriental del ELN señaladas de pertenecer al Frente 33 de las disidencias de las Farc, y ser colaboradores cercanos de alias Andrey”.

“Información recopilada por agencias de inteligencia dan muestra de que el ELN habría dicho que nadie podía recoger a los muertos”, reitera el informe. El crimen de la familia desató indignación y miedo en la región, pero también puso el foco del país en lo que desde hace días estaba pasando en la zona. “Se estima que más de 80 personas han perdido la vida, más de 20 se encuentran heridas y alrededor de 5.000 han sido desplazadas”, aseguró este domingo William Villamizar, gobernador del departamento de Norte de Santander. La defensora del Pueblo, Iris Marín, ha hecho hincapié en que seis de los asesinados son firmantes del proceso de paz.
El Catatumbo es un fortín de la guerra por su estratégica ubicación al lado de la frontera con Venezuela y el hecho de que es el epicentro de una enorme producción de cocaína. Tibú, por ejemplo, es el municipio con más hectáreas de cultivos ilícitos del mundo.
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Varios grupos armados se disputan el control de la región. Estos son los principales:
1. ELN
La presencia de este grupo armado es histórica en la región, y se remonta a los años setenta. La Defensoría del Pueblo, en su alerta temprana, asegura que la escalada violenta del Ejército de Liberación Nacional (ELN), a través de su Frente de Guerra Nororiental, se registra desde que “dejó de operar el mecanismo Cese al Fuego Bilateral y Temporal de Carácter Nacional con Impacto Territorial (CFBTNT) y se reactivaron las operaciones militares ofensivas por parte del Ejército Nacional desde el pasado mes de agosto”.

El principal frente que opera en la zona es el Frente de Guerra Nororiental, al mando de alias Alfredo, que tiene cerca de mil hombres armados a su lado y otros mil que apoyan la organización en la región. En total, en la zona se estima que hay 2.387 hombres armados del ELN, distribuidos en 20 estructuras.
La Defensoría ha alertado que las tensiones entre el Frente 33 de disidencias de las Farc y el ELN se han vuelto a exacerbar y ha resurgido la probabilidad de una confrontación abierta entre ellos, como al parecer ha sucedido en los últimos días. “La existencia de una disidencia de las Farc fortalecida y expandida, y una eventual confrontación entre ella y el ELN, conducirían a la región a una crisis desproporcionada y de elevados costos humanitarios”, señala la alerta temprana que envió la Defensoría sobre la situación en la zona.
El ELN busca, con esta guerra, consolidarse como la única organización en la frontera con el control y el monopolio de las economías ilegales, especialmente el tráfico de cocaína.
2. EPL, Los Pelusos
Se trata de otra guerrilla con presencia histórica en la zona. La alerta temprana de la Defensoría asegura que la escalada violenta se ha dado “paralelamente a lo que se percibe como un reacomodo del Ejército Popular de Liberación (EPL) o Pelusos, tras la confrontación que este grupo armado ha mantenido con el ELN desde el año 2018 en el Catatumbo y que, en los últimos años, lo llevó a ceder territorios en donde mantuvo presencia histórica y lo forzó a su vez a repliegue estratégico”.
“En principio, el EPL no tendría la suficiente capacidad para recomponerse y al mismo tiempo retomar la confrontación con un grupo que lo supera militarmente, como es el caso del ELN. Sin embargo, de confirmarse su aparición en la actual coyuntura, ese grupo podría resultar funcional para otros grupos que quieran operar en el Catatumbo, aunque, por el momento, resulta difuso determinar quién podría prestarle ese apoyo”, agrega la alerta.
2. Las disidencias de las Farc
En el Catatumbo operan varias estructuras de las disidencias, pero la que más tiene influencia y protagonismo en lo que está pasando en este momento es el -Frente 33 de las Farc. En el pasado, este frente había tenido cierta simpatía con el ELN y se vivía una especie de tregua por cuenta de que ambos grupos querían diezmar la operación del Clan del Golfo y evitar el ingreso de Iván Márquez, con la Segunda Marquetalia.
Andrey Avendaño, jefe del Frente 33, forma parte hoy de la mesa de negociación que habla sobre paz con el Gobierno Petro. “Esa guerra no nos conviene a ninguno”, le dijo el comandante a Salud Hernández cuando lo entrevistó en diciembre pasado. “Los dos grupos tenemos familiares y conocidos en toda esta región... Causaría muchos muertos sin sentido y solo nos debilitaría a ambos”, anticipó.
Avendaño está bajo el mando de alias Richard Suárez, el jefe del bloque Magdalena Medio Gentil Duarte.

La defensoría alertó: “Las pretensiones de fortalecimiento y expansión territorial por parte de este grupo desde el Catatumbo, hacia municipios de Santander y sur del Cesar, en donde no resultaba usual la presencia, en particular, del Frente 33 que históricamente mantuvo su accionar en municipios del Catatumbo. Esta circunstancia no resulta un hecho menor, ante todo en momentos en que se percibe una elevada tensión en la región por la probabilidad de una confrontación entre las disidencias de las Farc y el ELN”.
“Este tipo de iniciativas expansivas por parte del mencionado frente, cuyo nicho histórico ha sido el Catatumbo, parece resultar congruente con lo que se ha afirmado en relación con su potencial de expansión y crecimiento, ya que, desde un primer momento, cuando surge la llamada disidencia tras el desarme de las Farc-EP, las condiciones territoriales y la dinámica que adquirió el conflicto en la región le favorecieron ampliamente en su propósito re organizativo, de fortalecimiento y de cohesión”, agrega el documento.