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El pasado 9 y 10 de marzo, la Fiscalía presentó uno a uno los argumentos para solicitar la detención en centro carcelario contra Mauricio Zambrano, quien estuvo acompañado de su abogado. | Foto: Semana

Investigación

¿Cómo y en dónde habría acosado a las estudiantes el monstruo del Marymount? Esto revela el expediente

SEMANA revela los escabrosos detalles de la audiencia de imputación contra el profesor Mauricio Zambrano. El abuso habría sido cometido en el mismo colegio y ya había advertencias. La familia asegura que la rectora pidió que el tema “lo manejaran entre ellos dos”.

2 de abril de 2022

El colegio Marymount, uno de los más prestigiosos del país, sigue en medio de vientos cruzados por el escándalo de la presunta violación de una estudiante por el profesor de educación física Mauricio Zambrano, quien llevaba más de diez años en la institución. Pero hay dos factores que hacen que el asunto sea mucho más grave: los deplorables hechos habrían ocurrido en las propias instalaciones y, además, según cuentan testigos, este era un tema que ya era sabido por directivas y miembros del Marymount, quienes no tomaron medidas hasta que ya fue tarde.

Estas duras revelaciones se empezaron a conocer tras la captura del profesor Mauricio Zambrano, quien fue llevado ante el juez, le fueron presentadas una serie de pruebas y testimonios que ponen sobre la mesa el triste episodio que se habría dado con una estudiante de tan solo 14 años, que, apoyada por su familia, tuvo la valentía de hacer la denuncia. Personas del cuerpo docente del Marymount se atrevieron a romper el silencio y a señalar que esto no era nuevo.

SEMANA conoció paso a paso el desarrollo de la audiencia de legalización de captura e imputación de cargos contra el profesor Zambrano, en la que la Fiscalía presentó la narración descarnada de la manera como habrían ocurrido los hechos. Sin embargo, los detalles de las declaraciones con los que la fiscal narró lo sucedido se mantienen en reserva por respeto a las víctimas y por tratarse de una menor de edad.

En la diligencia, la fiscal dice que el inicio de esta tragedia se dio en diciembre del año pasado, cuando el profesor de educación física empezó a tener diálogos inapropiados con la estudiante y una serie de encuentros en por lo menos tres ocasiones. Zambrano, dice la Fiscalía, al finalizar las clases, invitaba a la niña a un lugar conocido como el salón de los balones, que era “un lugar que usted (Zambrano) conocía que no era transitado por tantas personas y que era de su dominio, para presionar a la menor para que le realizara tocamientos por encima de la ropa, hechos que ocurrieron en tres oportunidades en ese mes”.

Desde ese momento, y aprovechando la “confianza” ganada con la menor, el docente habría iniciado con las propuestas inapropiadas. Salieron a vacaciones, pero nunca se rompió el vínculo, y al regresar a clases, en enero, el aparente acoso continuó con evidente premeditación del profesor. “Luego de retornar de las vacaciones y continuar con el año escolar, en el salón de balones [...], usted (Zambrano) decide indicarle a la menor que para no levantar sospechas deben realizar estos actos en otro lugar, para que la gente no se dé cuenta e indicándole que ya quería que fueran más allá. En una ocasión, usted le manifiesta a la menor [...] que si quería que le hiciera algo más. Ella manifiesta su negativa y su temor por que ocurra otra situación. Sin embargo, usted la conduce a una bodega que queda en la parte de atrás de su oficina”, señala la reconstrucción de los hechos que hizo la fiscal.

   En las instalaciones del prestigioso colegio Marymount se habrían dado los hechos. La Fiscalía ya tomó declaraciones del cuerpo docente y personas de la institución. Además, realizó una inspección judicial en la bodega donde se habría dado el presunto abuso.
En las instalaciones del prestigioso colegio Marymount se habrían dado los hechos. La Fiscalía ya tomó declaraciones del cuerpo docente y personas de la institución. Además, realizó una inspección judicial en la bodega donde se habría dado el presunto abuso. | Foto: esteban vega la-rotta-semana

Lo más grave, según se expuso en la imputación, ocurrió el 11 de febrero, en esa bodega, dentro del colegio Marymount, donde se habría dado el abuso físico. La joven, ante lo sucedido, se sintió mal, confundida y angustiada, por lo que decidió llamar de inmediato a un familiar de su confianza y contarle lo sucedido. Ahí se rompió el pacto de silencio que Zambrano pretendió, mediante presunta manipulación, imponerle a la menor cuando, según dijo la fiscal, le habría dicho sobre el episodio “que lo recuerde con cariño y no con odio, y que no cuente a nadie de lo sucedido”.

La menor se habría sorprendido porque su familiar, quien también había estudiado en el colegio, le aseguró que ese era un comportamiento reiterado de Zambrano. “Me llamó y me dijo que eso no era la primera vez que sucedía, que eso se lo ha hecho a más niñas y él las ha perjudicado en su vida y yo no quiero eso para ti [...]”, se lee en el testimonio.

La familiar no tuvo otra salida que llamar a la mamá de la menor para ponerla sobre aviso. De manera inmediata, se trasladaron de urgencia a una clínica en Bogotá, donde se activó el código blanco para atención de estos casos. La menor recibió exámenes, análisis psiquiátricos forenses de Medicina Legal, acompañamiento y entrevistas, siempre junto a su familia. Cruzando toda esta información, de acuerdo con la Fiscalía, le daría toda la validez y certeza a lo dicho por la niña.

Abusó de la confianza

La fiscal a lo largo de la audiencia insiste una y otra vez que la menor fue puesta en estado de indefensión y que Zambrano aprovechó su cercanía para ir ganándose su confianza, “haciéndole requerimientos de tipo sexual y presionando para que accediera”. Lo critica duramente porque él, en su condición de docente, es el garante de los derechos de la menor y de todos sus alumnos y, por el contrario, se aprovechó para ponerla en esa situación.

Así lo deja claro el dictamen de Medicina Legal que fue expuesto por la fiscal, en el que señaló: “Utiliza mecanismos de seducción que la confunden porque crea un falso ambiente de amistad y de relación afectiva, desmintiendo la realidad de su rol como docente. Ella busca en su profesor su refugio, deposita en él sus ilusiones de la satisfacción de sus necesidades de afecto, comprensión y compañía que el profesor pretendió ofrecer haciendo de confidente. La engañó y así triunfó, sesgando el juicio crítico de la menor”.

Agrega el dictamen, leído por la fiscal, que “la seducción del adulto conduce a la menor al convencimiento de que ella había sido la elegida entre todas las niñas para recibir la mirada afectuosa, el deseo y la admiración del profesor. Es así como con este tipo de relación de asimetría somete a la menor de manera desigual y desproporcionada a sus deseos sexuales como adulto”.

¿Un pacto de silencio?

Para los investigadores, la familia de la víctima y buena parte de la comunidad educativa es claro que el único responsable no sería el profesor Mauricio Zambrano. Lo que sucedió de puertas para adentro del Marymount no habría sido solo el abuso, sino también una presunta omisión de parte de algunos miembros de las directivas del colegio que pretendieron manejar el caso en voz baja, para que no trascendiera. Según expuso la fiscal en la audiencia, los supuestos comportamientos irregulares del profesor no eran nuevos, pues ya había quejas y denuncias.

Una de las personas que está siendo cuestionada es la entonces rectora del colegio, María Ángela Torres, quien intentó que este escándalo se manejara en absoluta confidencialidad, pero finalmente le costó su cargo. Este intento de manejar las cosas por debajo de la mesa quedó también en evidencia, según reveló la Fiscalía, cuando relató que “a las dos de la tarde la menor ya estaba en la ruta para la casa, la mamá estaba desconsolada y accedió a llamar a la rectora del colegio para que le explicara la situación y por qué se podía presentar en el colegio. La rectora le solicitó que manejaran esta situación entre las dos”.

Pero la advertencia ya estaba hecha desde tiempo atrás y la rectora también había guardado, al parecer, silencio. Mantuvo a Zambrano en el cargo y todo indicaría que no había activado ningún protocolo de atención para estos casos. “Se cuenta con varias declaraciones, una de ellas la de la rectora María Ángela Torres, donde se indica que son varias las quejas que se adelantan contra el profesor, que una de ellas se recibió en el año 2013, con respecto a una alumna, que es exalumna del colegio”.

“Se cuenta también con una del 15 de febrero de 2021, que es una denuncia que se recibe anónimamente por parte de la coordinadora de bachillerato por tratos inadecuados y relaciones de pedofilia de parte del profesor, situación que se reporta por parte de la línea 141 del ICBF y que se adelanta en la Fiscalía 23 de la Unidad de Delitos Sexuales, investigación a la que se le hizo inspección judicial y que se aporta a los elementos materiales probatorios de valoración”, señaló la fiscal.

Por si fuera poco, un docente también había hecho la advertencia antes de 2012. Se trata de otro profesor, también del departamento de educación física, que según la narración de la fiscal, “como jefe de departamento, lo que hizo fue llamarle la atención en varias ocasiones diciéndole que no les diera tanta confianza a las niñas porque ellas están en la edad de la adolescencia y lo podían tomar por otro lado y le podían perder el respeto. También le inculcaba que no pasara de esa línea, ya que en ese momento él era el adulto y profesor, pero hacía caso omiso y no mejoraba su comportamiento. Esto lo hacía saber de manera verbal en las reuniones de departamento, sin embargo, nunca hubo correctivos por parte de las directivas”.

Las versiones que fue reuniendo la Fiscalía encajan en los delicados hechos que se dieron en el colegio y que, al parecer, no eran nuevos. Así lo dejan claro los testimonios y hasta la inmediata reacción de la familiar de la menor, quien también estudió en la institución, y al escuchar de voz de la niña lo ocurrido, recordó que esto no era nuevo, que ya estaba advertido en el Marymount, y teniendo la certeza de que lo iban a ocultar, de inmediato tomó las medidas que desembocaron en este escándalo.

La Fiscalía le imputó a Zambrano el delito de acceso carnal en contra de persona puesta en situación de inferioridad y acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir. Pidió al juez una medida de aseguramiento de detención preventiva en centro carcelario, pero no la aceptó y lo dejó en libertad. Durante toda la audiencia, el docente, que escuchaba los señalamientos, tomó nota, bebió agua de manera reiterada, hasta se puso la botella fría en la cabeza cuando eran más duras las acusaciones en su contra e hizo gestos de negación. Finalmente, ante la pregunta del juez, dijo “no acepto los cargos” y con su abogado rechazaron las acusaciones, afirmaron que es inocente de los graves hechos por los que se le acusa, y así buscarán demostrarlo.

Habla el abogado de la víctima

fabio humar jaramilloRepresentante de la joven
Fabio Humar Jaramillo, Representante de la joven | Foto: Archivo particular suministrada
En diálogo con SEMANA, el abogado Fabio Humar, el apoderado de la víctima, habló sobre el caso:

SEMANA: ¿cómo ve los avances en la investigación contra el docente Mauricio Zambrano?

Fabio Humar (F. H.): está en sus etapas preliminares, pero hay un recaudo probatorio inmenso que apunta clara y decididamente a la responsabilidad del imputado.

SEMANA: ¿qué opina de que, pese a la solicitud de la Fiscalía, el juez haya decidido que el profesor quedara en libertad?

F. H.: respetamos las decisiones de la justicia, sin lugar a dudas, pero creemos que había un recaudo probatorio tan sólido que otra debió ser la decisión. Hoy se tramita una apelación, y estamos atentos a lo que allí se decida.

SEMANA: como abogado de la víctima, ¿qué espera del caso?

F. H.: desde luego, que exista una condena contra las personas responsables de tan terrible episodio, y no nos referimos solo al imputado. Deben caer otras personas.

SEMANA: ¿qué otras personas?, ¿a quién se refiere?

F. H.: según la evidencia y los hechos, estamos seguros de que hay otras personas que, por omisión, deberán responder. Es todo lo que le puedo decir por ahora.

SEMANA: ¿cómo están la joven y su familia?

F. H.: en proceso de sanación, de trabajo psicológico, siempre atentos a la protección de ella y su entorno, luego de un episodio tan doloroso y tormentoso.

SEMANA: ¿qué ha dicho la familia?

F. H.: por la sensibilidad de los hechos, y por el sosiego de la investigación, la familia me ha designado como su vocero, y acato la petición de llevar esto de la manera más tranquila y prudente. Confiamos en que esto culmine rápido con el reconocimiento de la víctima y una sanción severa contra el imputado.

El abogado, sin embargo, advirtió que está obligado a mantener reserva de la investigación y por eso no puede dar mayores detalles del proceso, para garantizar su confidencialidad. Además, dejó claro que se trata de un caso muy sensible por la gravedad de los hechos que involucran a una menor, a la cual se debe proteger de manera prioritaria, como lo ordena la ley.