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Francia Márquez, Íngrid Betancourt, Arelis Uriana y Aydeé Lizarazo
Francia Márquez, Íngrid Betancourt, Arelis Uriana y Aydeé Lizarazo | Foto: SEMANA

POLÍTICA

Participación política de la mujer: más sombras que luces

Apenas hay tres mujeres en la baraja presidencial y con muy pocas posibilidades de llegar realmente a la Casa de Nariño.

8 de marzo de 2022

Aunque en los últimos años ha habido mejoría, Colombia se sigue rajando en materia de participación de las mujeres en las instancias políticas.

El 58 % de las mujeres ya tienen estudios, son más de la mitad del censo electoral, son parte de la militancia partidaria, pero esto no se traduce en participación política real.

En el Pacto Histórico figuran como precandidatas Francia Márquez y Arelis Uriana, pero no tienen mucha posibilidad en esta coalición, donde Gustavo Petro es el absoluto ganador.

En el Equipo por Colombia está Aydeé Lizarazo, del partido Mira, pero los sondeos de opinión dejan ver que, si bien cuenta con el voto cristiano, este realmente será insuficiente para quedarse con la nominación de esta convergencia.

Por otro lado, por ahora instalada en primera vuelta, está Íngrid Betancourt, quien abandonó la Coalición Centro Esperanza. Si bien hace unos meses tuvo un repunte en las encuestas, tendría poco que hacer frente a la popularidad de Petro y la fuerza de la convergencia de centroderecha, en la que posiblemente podría terminar unida el Centro Democrático.

Esto dista mucho de lo que fue la primera vuelta presidencial en 2014, la cual contó con la presencia de Marta Lucía Ramírez, avalada por el Partido Conservador, y Clara López Obregón, respaldada por el Polo Democrático y la Unión Patriótica. Y los apoyos en las urnas fueron significativos para ambas: 1.997.980 y 1.958.518 votos, respectivamente.

En 2010, 2002 y 1998, Noemí Sanín logró importantes avances en materia de participación de mujeres en una elección presidencial. Incluso, en su primera aspiración alcanzó los 2.825.706 votos, que marca la mayor cantidad obtenida por una mujer en la contienda. Pero a partir de esa época las mujeres han sido prácticamente anuladas de las aspiraciones presidenciales. Lo máximo ha sido la Vicepresidencia de Marta Lucía Ramírez.

En el panorama regional y local la situación tampoco es la mejor. En las elecciones locales de 2019, las candidaturas a gobernaciones tenían apenas a 21 mujeres aspirantes, versus 155 candidatos hombres. Como consecuencia de ello, hoy el país, con 32 departamentos, tiene apenas dos gobernadoras.

Esta disparidad es más notoria en el plano local: apenas un 12 % de las alcaldías están ocupadas por mujeres, y ellas representan apenas el 18 % de los concejales municipales.

El panorama es similar en la Cámara de Representantes, donde ellas ocupan el 18 % de las curules; esto significa que no hay una base legal ni un ambiente adecuado para su representación.

Leve mejoría

En medio de la lucha de la mujer por ocupar espacios de poder ha habido una leve mejoría. Hoy tenemos mujeres en alcaldías y gobernaciones de importancia nacional. Por ejemplo, Claudia López en Bogotá, Virna Johnson en Santa Marta y Clara Luz Roldán como gobernadora del Valle del Cauca. La mitad del actual gabinete ministerial está compuesto por mujeres.

Igualmente, en el Senado ellas pasaron de tener 12 curules en 2006 a 23 en 2018. Sin embargo, la mejoría en este aspecto no se compadece con los importantes avances que ha tenido la mujer en la sociedad.

¿Qué hacer ante este panorama? Para la representante Adriana Matiz, “el tema central es impulsar la paridad en los espacios más democráticos y decisivos en política como las corporaciones públicas”. Por ello, indicó la representante, se avanzó en la paridad de género en la conformación de listas al Congreso para el próximo año.

Las listas paritarias obligan a los partidos a tener igual número de mujeres y de hombres.

Sin embargo, según explicó el representante por Bogotá José Daniel López, esto por sí solo no es suficiente: “Ojalá podamos avanzar en el próximo cuatrienio en listas paritarias, sino alternadas para asegurar no solo que más mujeres no solo sean candidatas, sino que también sean elegidas”.

Pero hay otro elemento, además del ámbito político, que afecta a las mujeres que quieren llegar a los cargos de elección popular: las labores del cuidado y la ausencia de corresponsabilidad en muchos hogares.

“Las mujeres invierten el doble de tiempo que los hombres en Colombia en tareas de cuidado no remunerado: cuidando a los niños, a los dependientes, a las personas enfermas; entonces, muchas veces, cuando los hombres están haciendo los arreglos políticos, las mujeres tienen que estar en la casa cuidando a los hijos, porque todavía no se ha entendido que el cuidado es una corresponsabilidad”, indica un informe de ONU Mujeres.