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Los sujetos llevaban las iguanas amarradas dentro de dos maletines grandes.
Los sujetos llevaban las iguanas amarradas dentro de dos maletines grandes. | Foto: Policía Metropolitana de Cali

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Indignante: dos hombres en Cali iban a vender 19 iguanas para consumo humano

Estos sujetos sometieron a las iguanas a terribles torturas: les cortaron las uñas y dedos.

15 de julio de 2022

En Cali se siguen conociendo casos de maltrato contra los animales. El más reciente involucra a un grupo de iguanas que fueron sometidas por dos hombres a diferentes vejámenes.

Los sujetos cazaron a por lo menos 19 iguales para, al parecer, comercializarlas a inescrupulosos para consumo humano y a personas que no han entendido que los animales silvestres no son mascotas.

No contentos con perturbar su tranquilidad al sacarlas de su hábitat natural, estos individuos sometieron a las especies a varias torturas.

Se conoció que a algunas les cortaron parte de su cola con un cuchillos y a la mayoría les arrancaron sus uñas y dedos para impedirles la movilidad ante un eventual escape.

Las autoridades de la capital del Valle del Cauca descubrieron a los presuntos traficantes de animales prácticamente en flagrancia.

Agentes de la Policía Metropolitana de Cali que patrullaban el sector de Pance, sur de Cali, notaron la presencia de dos hombres sospechosos a los cuales requirieron para una requisa.

Al inspeccionar sus pertenencias los uniformados encontraron que dentro de dos maletas grandes que llevaban a sus espaldas había una gran cantidad de iguanas amarradas.

Ante el hallazgo, fueron capturados inmediatamente por el delito de aprovechamiento ilícito de recursos naturales renovables. Luego quedaron a disposición de la Fiscalía General de la Nación.

Las autoridades policiales señalaron que, de acuerdo a los informes veterinarios, las iguanas no podrían regresar a su hábitat natural debido a que las lesiones que les causaron los sujetos detenidos dificultarían su supervivencia.

Las iguales quedaron a cargo del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA) donde adelantarán su proceso de recuperación.

Este caso de violencia contra animales se suma al rescate de una ocelote (Leopardus pardalis) que por más de dos años estuvo retenida en una finca que ofrece hospedaje a turistas, ubicada en el sector de Pueblo Pance, en Cali.

A pesar de las insistentes explicaciones de las autoridades ambientales acerca de que los animales silvestres no son mascotas, inescrupulosos tuvieron en cautiverio a esta especie.

En medio de un operativo, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) encontraron a esta ocelote hembra encerrada en una jaula triangular que no sobrepasaba los 2,5 metros de longitud.

La entidad detalló que esa jaula “estaba cubierta con doble malla de galpón, techada con tejas de plástico y tapada con una polisombra verde y un plástico grueso negro, para que no fuera descubierto por los visitantes”.

Expuso que sus funcionarios indicaron a los captores que sus actuaciones eran un posible delito, pues podría considerarse que retener al ocelote es maltrato animal. No obstante, señaló que se excusaron aduciendo que la “gata estaba bien tenida y le daban todo lo necesario”.

“Es lamentable que las personas sigan utilizando la fauna silvestre como mascotas, más aún en una zona como el corregimiento de Pance, un lugar rico en biodiversidad y donde la CVC constantemente realiza intervenciones para conservar su flora y fauna, gracias a que la mayoría de sus habitantes son respetuosos con el medioambiente”, dijo Camila Orozco, funcionaria de la Regional Suroccidente de la CVC, quien participó del operativo de recuperación del ocelote.

El ocelote fue trasladado a un centro de atención de fauna silvestre de la CVC, en Palmira. En ese lugar le realizaron exámenes para establecer su estado de salud y, por ahora, está cumpliendo con un período de cuarentena.

Por su parte, Reisa Valencia, bióloga de la Dirección de Gestión Ambiental de la CVC, señaló que “las personas que compran o mantienen fauna silvestre en cautiverio no quieren ni respetan la naturaleza, ya que los ven y los tratan como adornos, sin tener en cuenta que los animales silvestres cumplen un papel muy importante en los ecosistemas, y al extraerlos de sus hábitats están eliminando esta función natural, condenándolos a una vida de sufrimiento”.