Entrevista
El día que Gustavo Bolívar se destapó con Semana, mandó al ‘carajo’ a Roy Barreras e hizo sería advertencia a los políticos de la coalición
SEMANA conoció que renunció a su cargo en el Congreso. Aunque días atrás afirmó que no contemplaba lanzarse a la Alcaldía de Bogotá, también dijo que lo podían convencer.
Roy Barreras, presidente del Senado, afirmó el pasado 27 de diciembre que un congresista del Pacto Histórico renunciaría a su cargo para lanzarse como candidato en las elecciones regionales de 2023. Sin embargo, solo hasta este 31 de diciembre SEMANA conoció de quién se trata: Gustavo Bolívar, que al parecer aspirará a la alcaldía de Bogotá.
A continuación, una entrevista realizada a Bolívar por Vicky Dávila en SEMANA el pasado 31 de julio, en la que, entre otras, habló de Roy Barreras, con quien ha tenido varios desencuentros, y la vigilancia que le haría al Gobierno del presidente Gustavo Petro, pese a integrar el Pacto Histórico.
VICKY DÁVILA: ¿Cuál es el papel que usted quiere desempeñar en el gobierno de Gustavo Petro, desde el Congreso?
GUSTAVO BOLÍVAR: Ser garante del cambio por el que votaron 11.300.000 colombianos, después de un Gobierno nefasto en el que la violencia, la corrupción y la pobreza fueron en aumento. El país tiene mucha esperanza en lo que hagamos. Y obviamente han llegado muchos partidos y alguien tiene que hacer esa tarea de vigilancia. He hablado con otros compañeros del Congreso para que conformemos un frente para vigilar que los pactos, la transparencia y los programas sociales se cumplan. Se trata de Alirio Uribe, Isabel Zuleta, Susana Boreal, Jael Quiroga, Aida Avella, Iván Cepeda y Alexánder López.
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V.D.: ¿Eso quiere decir que va a estar en la nuca de Petro, los ministros y el Gobierno?
G.B.: Claro. Este Gobierno va a manejar 1.600 billones de pesos. Meto la mano al fuego por Petro, doy fe de que es un hombre muy honesto, que nunca se ha robado un peso, pero tiene que nombrar a miles de personas para gobernar. Queremos que esas personas no vayan a caer en la tentación y tengan varios ojos encima.
V.D.: ¿Le ha dicho a Petro que va a vigilarlo a él y a su Gobierno?
G.B.: Él sabe que esa ha sido mi labor siempre y le gusta. Es imposible que en un universo de tanta gente no haya alguien que caiga en la tentación de cobrar una coima, robarse un dinero, pero lo importante es que tengamos autocrítica y madurez para señalarlo. Eso fue lo que mató al uribismo, no tuvo autocrítica, se aplaudían todo, se tapaban todo y se autodestruyó.
V.D.: ¿Su mayor malestar es que Roy Barreras sea el presidente del Senado?
G.B.: No es Roy Barreras, es lo que representa. Sabemos que esa tarea la tenía que hacer él, yo no hubiera sido capaz de hacerla.
V.D.: ¿No hubiera sido capaz de hacer alianzas con los partidos tradicionales?
G.B.: Yo hubiera hecho alianzas, pero muy programáticas. Seamos sinceros y dejemos el romanticismo a un lado. No creo que el Partido Conservador entre porque le gustan las tesis de Petro. Eso es improbable.
V.D.: ¿Entonces por qué?
G.B.: Para mantener lo que tienen. Son feudos que se consiguen a través de la burocracia, del poder económico que dan las entidades centralizadas. Y eso les alcanza para reelegirse cada cuatro años. No creo que Lafaurie, por ejemplo, considere que Petro es un buen ser humano que le sirve a Colombia, pero necesita mantener Fedegán. Está bien. Si les vamos a dejar eso, no puede pasar lo que ha pasado en los años anteriores. Ponen contralor para que no los vigilen, procurador para que no los sancionen y fiscal para que no persiga a los que denunciamos. Ahí es donde vienen las contradicciones.
V.D.: ¿Qué representa Roy Barreras que no le gusta?
G.B.: La vieja clase política.
V.D.: ¿Pero no le parece obvio que se ganara esa posición? Él llegó hace mucho al Pacto Histórico. Primero fue uribista, luego santista y ahora es petrista…
G.B.: Digamos que ese no es el mal mayor. Uno tiene derecho, con el paso del tiempo, a irse equivocando y cambiando de posiciones.
V.D.: ¿Pero tanto?
G.B.: Ni siquiera eso es lo que me molesta, sino que me vendieron la idea de que Roy Barreras en el Pacto Histórico iba a ser muy valioso en el tema de la paz. Me pareció fabuloso. Cuando me dicen que va a manejar el Congreso y le va a entregar a esta clase política las conquistas que tuvimos, digo: “Miércoles, esto no fue por lo que estaba luchando”. Entiendo el pragmatismo, la necesidad de construir mayorías, pero tengo derecho a decir que no me gusta. Muchos me critican por eso.
V.D.: ¿Le genera confianza Roy Barreras?
G.B.: Para manejar esa mayoría sí me genera confianza, pero si me dice confianza para otra cosa, toca mirar.
V.D.: Por ejemplo, manejo de contratos.
G.B.: Si es para manejar contratos, no confiaría.
V.D.: ¿Por qué?
G.B.: Es una convicción íntima, no estoy haciendo una acusación.
V.D.: ¿Le encargaría el presupuesto nacional?
G.B.: No.
V.D.: ¿Una licitación?
G.B.: Tampoco.
V.D.: ¿Nada que tenga que ver con plata?
G.B.: No, no es que él se vaya a robar la plata, sino que él obedece a unas lógicas de la clase política donde se volvió normal que, para ayudarle a alguien, hay que darle un contrato. Se volvió normal que para que un partido ingrese a una coalición hay que darle una entidad.
V.D.: Algunos dicen que el primero que va a romper con Petro es usted. ¿Qué lo haría romper?
G.B.: Que él me diga: “Bolívar, está muy cansón, váyase”. Que me eche.
V.D.: ¿Quedó triste porque no fue presidente del Senado?
G.B.: Quería serlo, pero no por el título, sino por cuidar al Pacto Histórico. En el camino entendí que no era la persona. No hubiera hecho transacciones. Está bien en las manos de Roy Barreras en este momento.
V.D.: ¿Qué es el cambio?
G.B.: Colombia viene siendo gobernada por unas élites y unas castas políticas, casi todas corruptas desde décadas atrás, si quiere pongámosle dos siglos. La gente se fue cansando de eso. Aquí se roban todo. En el libro que estoy escribiendo, ustedes van a quedar aterrados del nido de ratas y de la cantidad de casos.
V.D.: ¿A usted le han hecho guerra sucia en su coalición?
G.B.: Mucha.
V.D.: ¿Por qué?
G.B.: Aparece la condición del ser humano, que es competitivo, no quiere ver que otro triunfe, sufre cuando uno gana, se alegra cuando uno pierde y de eso hay en todos los partidos. Me parece triste porque uno espera siempre el golpe del contrincante, pero nunca espera eso de los compañeros y eso pasa.
V.D.: ¿Y me quiere decir nombres o no?
G.B.: No. Eso sí sería romper el pacto.
V.D.: Pero, ¿cuántos le han hecho guerra sucia?
G.B.: Creo que unos tres.
V.D.: ¿María José Pizarro está entre esas personas?
G:B.: No voy a dar nombres.
V.D.: Pero usted publicó un día un trino donde aparentemente hablaba de ella.
G.B.: No la nombré. Dije que era una mujer del Pacto y en el Pacto hay varias mujeres.
V.D.: Si uno es capaz de hacerle guerra sucia a su propio compañero, es muy mala persona.
G.B.: Claro, muy mala. No sería capaz. Le cuento una anécdota simpática en la elección del presidente de la Comisión Tercera. Cuando me paro en la puerta de la plenaria, veo a todos esos tipos que por años he criticado, un Char, un Gerlein. A mí me da pena saludarlos. Entonces, mi asesor John Jairo Hoyos me dice: “Gustavo, usted es candidato a presidente de la Comisión Tercera, camine los saluda y les pide el voto”. Yo le dije: “John Jairo, no soy capaz de hacer eso, a todos estos tipos les he voleado todo el tiempo, cómo le digo a Char que estaba ahí frente a mí: hola, hermano, ¿me hace el favor y vota por mí?”.
V.D.: ¿Cómo se sintió cuando se encontró con Claudia López y lo abrazó?
G.B.: Sí, me abrazó el 20 de julio. Fue extraño porque me maltrató mucho durante el paro nacional, cuando les entregué los elementos de protección a los jóvenes de la primera línea. Incluso salió a los medios a decir que yo financiaba el terrorismo, así con nombre propio, Gustavo Bolívar. Dije: “Miércoles… bueno”. Cuando me encuentro a Claudia, me dice: “Hola, Gustavo”. Yo me quedo así con los brazos sin saber si abrazarla.
V.D.: ¿Y la abrazó o no?
G.B.: Creo que al final sí, pero le dije: “Claudia, tenemos que hablar porque me has maltratado”. Me dijo: “Sí, pasemos la página, reunámonos”. No me interesa. También le dije a Luis Ernesto Gómez: “Bienvenido al Pacto Histórico, pero primero pídales perdón a los jóvenes de Bogotá, a los que les mandó el Esmad”. Quedamos en que él lo hacía.
V.D.: Yo no he visto ese perdón.
G.B.: Yo tampoco.
V.D.: Senador, lo invito a una autocrítica. ¿Promover elementos para personas de la primera línea que cometieron delitos alimentó la narrativa de que usted apoyaba el terrorismo?
G.B.: Hay que abordarlo desde varios ángulos. Hice una Vaki y recogimos 330 millones de pesos. Fui personalmente a Homecenter e hice las compras. Agotamos las existencias. Con lo que quedó, les dije a las víctimas de mutilación ocular: “Les vamos a dar un millón y medio de pesos a cada una, siempre y cuando nos manden la historia clínica”. Puse a dos personas a manejar eso y se les envió el dinero en transferencias bancarias. Nunca en mi vida los vi. Quería hacer una gira por Europa con los muchachos víctimas de mutilación ocular para llamar la atención sobre la violación de derechos humanos. Esa puede ser una alternativa, pero me encontré que no tienen visas, pasaportes. Va a ser difícil.
V.D.: ¿Pero reconoce que ahí había gente metida que cometía delitos o no?
G.B.: Claro.
V.D.: Eso es muy importante...
G.B.: Lo que uno no puede decir es que todos los jóvenes, como quisieron decir algunos medios, eran terroríficos. Es que decían: “Los de la primera línea son terroristas”.
V.D.: Algunos dicen que Gustavo Bolívar es el cerebro que maneja las bodegas de Petro. ¿Es un mito o una realidad?
G.B.: Es un mito. Tener bodegas cuesta mucho dinero. Las pueden tener en la Alcaldía y la Presidencia. De hecho, se descubrió que las tenían, porque tienen contratadas hordas de personas para ponerlas a trinar y a hacer cosas. No tengo ninguna bodega. No tengo gente paga para eso. Lo que ocurre es que, en la comunidad de influenciadores, sí les digo: colaboren con este hashtag #BolivarEnSemana. Luego me dicen: “Listo, Bolívar”. Y como son cuentas tan poderosas, se vuelve tendencia rápidamente. Pero le juro por Dios, por mi madre, que ojalá vea esta entrevista, que nunca he tenido que pagar una bodega o pagarle a alguien para que tuitee contra otra persona. Nunca lo he hecho.
V.D.: ¿Y su mamá le ‘casca’ de vez en cuando o no?
G.B.: Mi mamá es una belleza, tiene 86 años, los cumplió el 10 de julio.
V.D.: ¿Y se mortifica por usted o no?
G.B.: Sí.
V.D.: ¿Y qué le dice?
G.B. Ella siempre se fue por la línea de los medios oficiales, es la televisión que ve. Los medios ponen a pensar a la gente como esos medios quieren que la gente piense, entonces ella piensa como piensan los medios.
V.D.: Amé a su mamá.
G.B.: Sí, linda (risas)... Le debo todo a mi vieja, todo.
V.D.: Para terminar, una palabra para Uribe.
G.B.: Que descanse.
V.D.: Una palabra para Duque.
G.B.: Que se vaya muy lejos. No va a poder ser un expresidente porque nunca fue un presidente.
V.D.: ¿Lo van a perseguir?
G.B.: ¿A quién?
V.D.: A Duque.
G.B.: No. Por lo que está haciendo en estos últimos dos meses hay que abrirle una investigación. Eso de entregarles contratos a los amigos por billones de pesos no tiene pies ni cabeza. Ahí están cometiendo delitos. Ya verá la justicia. Ellos tienen al fiscal y me imagino que no los va a investigar.
V.D.: ¿Una palabra con la que quiere que la gente lo identifique a usted?
G.B.: Coherencia.
V.D.: ¿Una palabra para Petro?
G.B.: Sabiduría.
V.D.: ¿La llegada de César Gaviria y del Partido Liberal a la coalición fue un sapo?
G.B.: Hubo muchos sapos.
V.D.: ¿Cuáles?
G.B.: La entrada del Partido Conservador.
V.D.: ¿Otro sapo?
G.B.: El de Lafaurie, la foto con Dilian Francisca.
G.B.: ¿Y un quinto sapo?
G.B.: Una vez dije que era una sopa de sapos, pero nos lo vamos a comer.
V.D.: Pero usted se la comió todita (risas).
G.B.: Ya me la he comido, en el buen sentido de la palabra. Ahí nos tocó vender el alma por pedazos, pero la vamos a recuperar.
V.D.: ¿Al diablo?
G.B.: A varios diablos.
V.D.: Fajardo le puso un mensaje ¿Le gustó?
G.B.: Sí, porque con Fajardo nunca he tenido una relación. De hecho, lo he atacado en varias ocasiones por tibio. Pero cuando él vio que estaba dando esa pelea, casi solitaria, para que haya un contralor honesto, él decidió decir que veía bien esa lucha y me gustó mucho ese mensaje.
V.D.: Pues un abrazo, senador, ya le tocará escribir: sin mermelada no hay paraíso.
G.B.: Definitivamente, buen título.