Salud
Ley de biopolímeros: tres puntos claves sobre esta norma que pondrá tras las rejas a quienes los apliquen
Uno de los grandes cambios que introduce esta ley es que se hará pedagogía sobre cuáles son las sustancias permitidas para ser inyectadas en procedimientos estéticos.
El proyecto de Ley 358 de 2022, aprobado la pasada semana en el Senado en su cuarto último debate, intenta saldar una deuda pendiente con las miles de pacientes que en los últimos años han resultado víctimas de los biopolímeros, una serie de sustancias —algunas derivadas del petróleo, otras de origen vegetal y muchas otras son de origen sintético— que han causado daños irreparables para la salud.
El texto, de diez artículos, aprobado por unanimidad en todos los debates, tiene tres grandes alcances:
1. Cárcel para quienes los apliquen
Quien inyecte biopolímeros, polímeros o cualquier sustancia modelante no aprobada en Colombia enfrentará una pena de cárcel que va desde los 2 años y 8 meses hasta los 15 años. En ese sentido, el proyecto es claro en que dependiendo de la gravedad del caso, incluso podrían ser más años.
Es que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, los procedimientos estéticos con biopolímeros han dejado a 105 personas lesionadas entre 2013 y marzo de 2022, y al menos 21 víctimas mortales entre 2017 y julio de 2022.
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2. El sistema de salud cubrirá cirugías
Las víctimas de estos procedimientos tendrán el derecho de acceder al sistema de salud colombiano para que este cubra las cirugías que deben realizarse para extraer estas sustancias de su cuerpo, las cuales dejan serias secuelas en el organismo.
Así lo explica Lina Triana, expresidenta de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y actual presidenta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética. En su concepto, la inflamación crónica es la principal manifestación de los biopolímeros cuando son rechazados por el cuerpo.
Si bien advierte que existen casos en los que las personas no llegan a sentir ninguna manifestación adversa —depende de la cantidad y la profundidad en la que hayan sido aplicados—, la reciente inyección de la vacuna contra la covid-19 hizo que miles de pacientes presentaran reacciones adversas a los biopolímeros.
En todo caso, “no es verdad que estas sustancias puedan ser retiradas por completo. En la gran mayoría de casos solo se puede extraer una parte y a un costo muy alto, pues dejan cicatrices y deformidades”. Para esta especialista, lo importante es no caer en engaños ante la tentación de acceder a un procedimiento estético que se dice “milagroso y barato”.
Según el representante a la Cámara José Daniel López, la idea es que “en los planes obligatorios de salud, que reconocen las EPS, se incluyan los tratamientos y las medicinas necesarias para quienes han sido víctimas de estas prácticas”.
Es que las zonas del cuerpo en las que suelen aplicarse estas sustancias van desde el rostro hasta los glúteos, pasando por las piernas y los brazos, siempre con el propósito de aumentar el volumen. La tragedia por cuenta de la aplicación de biopolímeros ha tenido rostros conocidos, como los de la modelo Elizabeth Loaiza y la actriz Lina Tejeiro, quien incluso tuvo que ser operada de urgencia por una complicación en sus glúteos tras un procedimiento de este tipo.
3. Pedagogía sobre lugares seguros para hacerse procedimientos estéticos
La ley 358 de 2022 establece además la creación de un listado de instituciones en Colombia donde se pueden practicar procedimientos quirúrgicos estéticos.
En ese sentido, una de las grandes luchas de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica es que en el país exista la claridad de que un cirujano plástico no es lo mismo que un esteticista. “Lo primero que debe asegurarse una persona interesada en cualquier procedimiento de esta naturaleza, es que quien lo vaya a practicar cuente con los estudios necesarios. No con un curso de unos pocos meses”, explica Triana.
Se sabe que cerca del 70 por ciento de los casos de aplicación de estas sustancias en el país son hechos por esteticistas y no por cirujanos plásticos. De ahí que esta Ley conmina al Ministerio de Salud a publicar un listado de cuáles son las sustancias permitidas, una herramienta que actualmente no existe en el país.
Además, promueve la pedagogía sobre los efectos nocivos de estos productos, por lo que se crea un registro para limitar el fácil acceso que hoy se tiene a ellos.
Triana habla de la importancia de lo que denomina los cuatro pilares de la seguridad del paciente: “Lo primero que uno debe preguntarse es quién me realizará el procedimiento. Si cuenta con la experiencia y el conocimiento científico. Luego, dónde se realizará; si el lugar cuenta con registro de alguna Secretaría de Salud u organismo de control. La tercera pregunta debe responder si el paciente es apto para el procedimiento. Y la última es si el plan quirúrgico o estético fue discutido entre el médico y el paciente, es decir, si la persona conoce con certeza qué se le aplicará y en qué cantidad”.
La preocupación de las autoridades en Colombia es que miles de centros de estética hacen pasar como vitaminas, retonificantes, plasma gel y hasta ácido hialurónico lo que en realidad son biopolímeros.
Estas sustancias derivadas del petróleo, tras ser aplicadas en el cuerpo, derivan en granulomas o cuerpos extraños, que con el tiempo causan complicaciones de salud y obligan a los pacientes a retirárselos de urgencia. A esto se suma que, como se trata de una práctica ilegal, no existen registros precisos de quiénes se inyectan estas sustancias y quiénes deciden extraérselas.
Y Triana cita el sonado caso de la presentadora Jessica Cediel. “Efectivamente, lo que a ella se le aplicó fue ácido hialurónico. Pero no en la cantidad indicada por el Invima para esa marca. Las afectaciones de salud llegaron porque recibió casi diez veces más de lo permitido, que eran unos 20 centímetros, y solo para uso intraarticular. Así que no basta solo con saber qué producto me inyectarán, sino qué cantidad”.
En opinión de Triana, detrás de esta dolorosa situación se esconde la falsa creencia de que “las cirugías plásticas resuelven nuestros problemas, cuando lo que importa realmente es nuestra belleza interior”.