Canciller Álvaro Leyva no llegó a debate de control político sobre cargos diplomáticos, a pesar de estar en el Congreso

El canciller Álvaro Leyva se ausentó una vez más de un debate de control político en el Congreso. Se trata de un cuestionamiento que quieren hacerle los congresistas de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes por los nombramientos de cargos diplomáticos y carreras consulares.

Ese hecho ha generado una profunda polémica, ya que hay varios designados que no cumplirían con los requisitos o que han sido criticados. Entre ellos el embajador de Colombia en México, Moisés Ninco Daza, que no tendría la suficiente experiencia ni los requisitos para el cargo. También se ha criticado el nombramiento de Andrés Hernández como cónsul en Ciudad de México, debido a que se desempeñaba como jefe de prensa del presidente Petro. Asimismo, ha generado revuelo la designación de Sebastián Guanumen como cónsul en Santiago de Chile, quien es conocido por reconocer en campaña que se podía “correr la línea ética” y que atacó a contradictores a través de fake news y calificativos personales.

Leyva no llegó a la cita que estaba programada a las 10 de la mañana en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, a pesar de que se encontraba en un debate sobre el Plan Nacional de Desarrollo (PND) en la Comisión Segunda del Senado. El primer debate fue citado a las 9:00 a. m. Posteriormente Leyva no asistió al otro encuentro, a pesar de que era a tan solo unos pasillos en el mismo Capitolio Nacional. La asistencia de Leyva había sido confirmada a este encuentro.

Eso molestó a los congresistas, especialmente de la oposición, quienes reclaman que no es la primera vez que Leyva los deja esperando y que no ha podido responderle al Congreso. Por eso, ya empieza a hablarse de una posible moción de censura en su contra por este y otros hechos que han generado polémica desde su cartera.

Uno de los hechos que más le han criticado a Leyva recientemente es haber dicho que si fuera indígena “ya habría quemado todo el país”. Sucedió en Bruselas, Bélgica, en un encuentro donde el canciller lanzó esa frase que generó malestar. Posteriormente, se defendió diciendo que él ha trabajado durante décadas en favor de la paz del país y no pueden mostrarlo como guerrerista.