Thomas Saad, emprendedor colombiano
Thomas Saad, emprendedor colombiano. | Foto: Thomas Saad

Negocios

Con solo 22 años, este bogotano creó un emprendimiento exitoso y logró venderlo en 1,3 millones de dólares, ¿cómo lo hizo?

Se trata de un club de compras grupales para obtener descuentos, al que le fue tan bien que atrajo a una empresa estadounidense. Dice que su éxito ha estado en sacar callo ante las negativas.

1 de febrero de 2023

Una investigación realizada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Estados Unidos, reveló que la edad promedio de un emprendedor exitoso en ese país es de 45 años. En Colombia no se tiene claro a qué edad triunfan los emprendedores, pero sí se sabe que quienes se animan a hacer empresa tienen generalmente, entre 26 a 42 años.

Esto según el estudio Emprendedores en crecimiento -realizado por el Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad de los Andes, y liderado por iNNpulsa Colombia y Confecámaras-, el cual también señala que solo 4 % de emprendedores exitosos tienen menos de 25 años en el país y uno de ellos es Thomas Saad.

Thomas no solo ha creado varias empresas en el habitual proceso de ensayo y error, sino que finalmente ideó una tan exitosa que logró venderla a PowerBuy una de las plataformas de comercio electrónico más importantes, que tiene sede en Los Ángeles, California.

El mérito de Thomas no solo está en haber podido vender su empresa en 1,3 millones de dólares con apenas 22 años de vida, sino que ha llevado un proceso paralelo como emprendedor, autodidacta y estudiante, pues cursa sexto semestre de administración de empresas en la Universidad de los Andes.

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En Colombia quienes se animan a hacer empresa tienen, generalmente, entre 26 y 42 años | Foto: Getty Images

De familia

Su vena empresarial le viene de familia, pues tiene ascendencia libanesa, y la activó desde que estaba en el colegio. A los 14 años decidió que iba a generar sus propios ingresos. Empezó vendiendo pan árabe y otros alimentos, hacía rifas e incluso vendía productos de una empresa de multinivel. Eso le dio las bases comerciales que necesitaba para detectar en dónde podía haber una oportunidad de negocios.

La encontró al entrar a la universidad en los restaurantes, en particular entre aquellos que vendían almuerzos ejecutivos y necesitaban desarrollar esquemas de fidelización de su clientela. Aprendiendo por internet y sin un peso de capital, creó una página web y un código QR. Gracias a esta idea, sus clientes pudieron mejorar sus ventas, pero la compañía solo duró 14 meses.

Su siguiente emprendimiento consistió en una plataforma que conectaba a productores de insumos para el negocio de restaurantes con dichos establecimientos. La idea era reducir intermediarios y empezó a funcionar, Thomas alcanzó a tener 64 restaurantes, pero en ese momento llegó la pandemia, muchos de sus clientes quebraron y su negocio también feneció.

La gastronomía venezolana ha llegado a Colombia para quedarse y son muchos los restaurantes que representan al país vecino en territorio cafetero.
Thomas Saade inició su proceso emprendedor ofreciendo servicios a los restaurantes. | Foto: Semana

Este nuevo fracaso lo llevó a reflexionar sobre la necesidad que debía atender y la identificó en el proceso de negociar precios. Los mejores valores los obtienen quienes tienen liquidez o son grandes y con reconocimiento. “Estaba afuera del supermercado Pricesmart, que tiene el modelo de club de compras, y ahí se me ocurrió que podía crear una plataforma digital en la que los usuarios se pudieran unir para poder comprar al por mayor y obtener descuentos”, explica.

Así, en 2020 nació COCO (Compras Compartidas). Empezó como un marketplace, que constaba de una página web en la que había un botón para comprar en equipo productos como ropa, tecnología y computadores. La idea funcionó y luego se amplió directamente a las páginas web de otros emprendimientos exitosos como Domenica (de ropa) o Chalo Chalo (accesorios). El siguiente nivel fue llegar a empresas grandes y la primera fue la multinacional P&G.

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Con amigos

El sistema es sencillo, el comprador ingresa a la plataforma y elige un producto, seleccionan la opción de compra en grupo, se une e invitan a sus amigos a través de las redes sociales. Cuando ya tienen la gente suficiente, se completa la compra y el producto se envía a cada cliente, con descuento.

Su insistencia en crear empresa hizo que lo seleccionaran como uno de los mejores emprendedores estudiantes en América Latina, lo que le sirvió para irse a capacitar a Suiza y a Barcelona.

A medida que fue creciendo y conociendo el mercado de su club de compras virtual, se dio cuenta de que en Estados Unidos tenía un competidor grande llamado PowerBuy. Se conectó con ellos y les propuso inicialmente fusionarse, para aprovechar las ventajas de cada uno. El siguiente paso fue la compra, la cual se concretó en noviembre de 2022. Esta vez Thomas ya contaba con asesoría y una banca de inversión le ayudó a valorar a COCO, además se comprometió a seguir trabajando para la empresa como jefe de crecimiento a nivel mundial.

Creativo
La idea de las compras grupales es que los consumidores adquieran poder de negociación frente a los vendedores. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Tras la compra, COCO logró expandir su operación a Estados Unidos, Canadá, el Sudeste Asiático y América Latina y Thomas lidera un equipo de 60 personas. Confiesa que el dinero que consiguió no ha sido lo más satisfactorio de su carrera como emprendedor, sino ver que se pueden crear productos que les ayudan a las empresas o las personas. “Crear algo de utilidad es lo que me motiva”.

Se lamenta no haber podido avanzar en su carrera universitaria al mismo ritmo que sus compañeros, (solo toma media matrícula), pero está convencido que vale la pena, pues, cree que este es el momento del emprendimiento en el país, con casos de éxito como Rappi o Merqueo. “Hay muchas oportunidades porque hay muchos problemas por resolver. El lío acá es que hay mucha aversión al riesgo a invertir en emprendedores. Como resultado, hay menos capital disponible y eso lo vuelve a uno más recursivo”, señala.

Thomas Saad acepta que el capital es un tema a considerar al momento de emprender, pero está convencido de que lo más importante es aprender a aceptar muchos no como respuesta. “Hay que desarrollar callo para las negativas y al cierre de puertas; toca camellar y hacer todo con las uñas. Creo que mi diferencial es que tengo la capacidad de seguir, aunque me digan que no”, concluye.