Macroeconomía
¿Cuándo volverá el país a producir lo mismo que en 2019?
Registrar el mayor crecimiento histórico del país en el segundo trimestre de 2021 (con 17,6 por ciento) no es garantía de una rápida recuperación económica. Covid y malestar social, principales riesgos.
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Desde que inició la pandemia, los economistas advirtieron que al analizar las cifras lo importante no era compararse con un año malo, sino con uno bueno para realmente determinar si había recuperación. Así las cosas, la referencia para los datos de 2021 no es 2020, sino 2019.
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En ese año, el país creció 3,3 por ciento y produjo 334.000 millones de dólares. En 2020, el PIB cayó 6,8 por ciento y solo alcanzó 272.000 millones de dólares, lo que implica un retroceso de más de cuatro años, pues en 2016 produjo 283.000 millones de dólares.
Para 2021 aún no se sabe qué tanto producirá el país en dólares, que si bien es una medida afectada por la tasa de cambio, es uno de los raseros internacionales para determinar qué tan fuerte es una economía.
Organismos como la Ocde ponen a Colombia en el grupo de países que no volverán a niveles de 2019, sino hasta el tercer trimestre de 2022, es decir, en un año. Esto, al menos, en lo que se refiere al PIB per cápita, que es una medida estadística en la que se divide todo lo que produce la economía en un año entre la población.
En 2019, el PIB per cápita nacional era de 6.416 dólares y en 2020 cayó a 5.338. Según el análisis de la Ocde, una mayor recuperación del país, que en el segundo trimestre de 2021 alcanzó su mayor crecimiento histórico (17,6 por ciento), estaría frenada por el riesgo de cierres adicionales derivados de la trayectoria de infecciones de coronavirus, sumado al ritmo moderado de vacunaciones. Asimismo temen por una falta de consenso para fortalecer las finanzas públicas, lo que está relacionado con la aprobación de la reforma tributaria.
En la Ocde recuerdan que China, Turquía y Lituania fueron los tres primeros países en volver a los niveles de 2019. Estiman que Chile será el primero de América Latina, en el tercer trimestre del presente año, y el último sería Argentina, en el segundo trimestre de 2026. Esto por su baja tasa de vacunación, que hasta julio pasado era de 11 por ciento de su población con las dos dosis.
Colombia volvería a producir lo de 2019 al mismo tiempo que Austria, Brasil, Portugal y Eslovenia, pero Costa Rica, España y México lo harían hasta 2023.
Cifras rezagadas
Los analistas que consulta mensualmente LatinFocus Consensus estiman que ni este año, ni el entrante, Colombia va a poder producir los 334.000 millones de dólares de 2019. Su cálculo es de 302.000 millones en 2021 y 321.000 millones en 2022.
No obstante, expertos como Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, y Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para la región Andina, no comparten ese pronóstico. Ellos creen que los niveles de 2019 se darán entre octubre y diciembre de este mismo año.
“La Ocde y otros organismos se basan en datos viejos –que bajo la coyuntura actual son de dos meses atrás– y hoy la información cambia rápido. Estamos viendo una aceleración mayor a lo prevista”, dice Olarte y añade que si bien hay riesgos de menor movilidad por las nuevas cepas del virus y por la protesta social, la producción se está recuperando a buen ritmo, con todo y que prácticamente se perdieron dos años.
“Yo era de los que creían que el nivel de PIB prepandemia lo íbamos a alcanzar hacia finales de 2022. Sin embargo, como van las cosas, pareciera que va a ser mucho más temprano, probablemente a finales de este año. Ahora bien, con respecto a cuándo se cierra la brecha de producto, sí sigo creyendo que eso va a suceder en el segundo semestre de 2022”, agrega Jalil.
La brecha del producto es un tecnicismo que se refiere a la diferencia entre lo que la economía produce y lo que puede llegar a producir operando a su capacidad máxima. Hoy claramente es una brecha amplia y es necesario reducirla.
Juan David Ballén, director de análisis de Casa de Bolsa, señala que el PIB en pesos ya recuperó los niveles prepandemia (que es de alrededor de 1.000 billones de pesos) y seguirá progresando en lo que resta del año. “Sin embargo, en términos anuales, las variaciones del crecimiento se irán desacelerando, en especial por un efecto base, pues la reapertura de la economía comenzó en el segundo semestre de 2020 y desde ahí se harán las comparaciones que vienen”, explica.
Luego de que el PIB cayera 15,7 por ciento en el segundo trimestre de 2020, se esperaba un rebote similar un año después, cuando en efecto avanzó 17,6 por ciento. Pero para lo que resta de 2021 la base de comparación va a ser menos mala con -8,4 por ciento en el tercer trimestre de 2020 y -3,6 por ciento en el cuarto. Por eso, los analistas esperan que entre julio y septiembre de este año la economía crezca alrededor de 8 por ciento y 4,4 por ciento entre octubre y diciembre.
Ballén también considera que la variante delta puede frenar el ritmo de recuperación, así como el precio de los commodities y alimentos a nivel global, que se han estabilizado y en algunos casos están cayendo. “A eso hay que agregarle la expectativa de que el Banco de la República inicie el ciclo de incremento de las tasas de interés. Todo eso consolidado influiría en una pérdida de dinamismo respecto al primer semestre”, reitera.
Preocupaciones
Si el análisis de la recuperación se hace por sectores económicos hay algunos que, para los expertos, podrían ser responsables de que el proceso no vaya más rápido. Uno de ellos es la construcción, pues creció 3,6 por ciento entre enero y junio, mientras que toda la economía avanzó 8,8 por ciento en ese periodo, esto implica que está rezagada, con todo y que en este año varias veces se han batido récords de venta de vivienda nueva.
En ese desempeño influye el incremento de los precios de los insumos para la construcción, en especial del acero, así como el duro golpe que le han dado a esta actividad los picos de la pandemia y la protesta social. Jalil explica que pese a la buena noticia de las ventas de vivienda, estas no generan PIB, lo que lo produce son las obras en ejecución y estas son las que están ‘quedadas’.
También hay preocupación por minas y canteras, que decrecieron 5,1 por ciento en la primera mitad del año. Los temores se relacionan específicamente con el carbón, que es el segundo mayor generador de divisas después del petróleo, y el país debe buscar cómo sustituirlo, pues su consumo se está reduciendo en el mundo.
Frente al comercio existen dos visiones. La de su gran resiliencia, al crecer 15,7 por ciento en el primer semestre, pese al encarecimiento del dólar y a la competencia del comercio electrónico. La segunda visión tiene que ver justamente con la capacidad del comercio tradicional para convivir con las compras en línea, que llegaron para quedarse, así como para enfrentar un empeoramiento de los contagios, pues sería uno de los primeros sectores obligados a cerrar.
Como sea, más importante que tener clara una fecha para volver al nivel de 2019, la clave es que el país siga avanzando en esa vía y que no retroceda.