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Agatha se intensifica y se convierte en huracán de categoría 1 (imagen de referencia)
Blas, tormenta tropical que se acerca a México, podría convertirse en huracán categoría uno. | Foto: Getty Images / Mike Hill

México

Tormenta Blas, en México, se convertirá este miércoles en huracán

Las autoridades en ese país han emitido una serie de recomendaciones para evitar mayores afectaciones. Lluvias torrenciales y aumento significativo del oleaje, algunas de las consecuencias proyectadas.

15 de junio de 2022

Este miércoles, las autoridades meteorológicas de México entregaron un nuevo parte sobre el comportamiento de la tormenta tropical Blas, la cual, actualmente, se ubica en la zona sur de su país, en proximidades al estado de Michoacán, y reportando desplazamientos hacia el noreste de ese país.

En su reporte, los expertos advirtieron que la tormenta, según los registros observados, está tomando mayor fuerza, y ha ido intensificando paulatinamente, por lo que las proyecciones indican que este miércoles, pueda convertirse en un huracán categoría uno en la escala de Saffir-Simpson, índice en el que se miden los fenómenos naturales de ese tipo.

En virtud de la presencia de esta tormenta tropical que se va acercando a tocar tierra en México, las autoridades y especialistas meteorólogos, han advertido que Blas ha generado un aumento significativo en las lluvias en ese sector de norte y centroamérica, señalando que dichos fenómenos tendrán gran intensidad (lluvias torrenciales).

En ese mismo sentido, los cuerpos de emergencia han pedido a los habitantes estar preparados ante el aumento de la fuerza de los vientos, e invitan a los turistas y bañistas locales que hacen presencia en las costas de ese sector de México que tomen las debidas precauciones, en tanto se espera un aumento significativo del oleaje en los estados ubicados al sur y occidente del territorio mexicano.

Al respecto, las proyecciones advierten de vientos de entre de 70 y 80 km/h, así como la aparición de oleajes que alcanzarán hasta los cuatro metros de altura para las zonas costeras de Michoacán y Guerrero.

Por su parte, en Oaxaca, se esperan vientos de hasta 70 km/h con olas de hasta tres metros de altura.

La alerta también hace partícipes a los estados ubicados en el centro de México, en tanto allí también se presentará, según los pronósticos, un importante aumento de las lluvias.

En cuanto a los estados que se preparan para el aumento significativo de las lluvias torrenciales, el informe de las autoridades metrológicas, retomado por medios mexicanos, advierte del peligro en los estados de Guerrero y Michoacán.

En ese mismo sentido, lluvias fuertes en intensas podrían presentarse en los estados de Jalisco, Puebla, Colima, Oaxaca y Veracruz.

Por lo anterior, las autoridades han invitado a la población de estos referidos estados a estar muy pendientes de las alertas emitidas por el Sistema Nacional de Protección Civil, llamando a que se tomen prevenciones especiales en las playas y zonas costeras, e incluso se invita a suspender la navegación marítima, en tanto el aumento de los vientos, las lluvias y el oleaje representan un significativo aumento del riesgo para las embarcaciones y sus ocupantes.

Según el más reciente boletín de las autoridades, actualmente la tormenta se encuentra ubicada a “295 kilómetros al sur de Lázaro Cárdenas, Michoacán y 450 km al sur-sureste de Manzanillo, Colima”, reportando vientos de hasta 100 km/h.

Al igual que la tormenta Blas, actualmente en el Caribe se presentan otros dos fenómenos naturales de tipo depresión tropical, los cuales tienen, según las autoridades, entre el 30 y el 60 % de probabilidades de desarrollo ciclónico en los próximos dos días.

A comienzos del mes de junio, México fue azotado por la presencia de la tormenta Agatha, la cual, al tocar tierra en México, había alcanzado el nivel de huracán categoría dos, dejando a su paso un halo mortal de diez personas, mientras que otras 20 resultaron desaparecidas como consecuencia de las emergencias desencadenadas por el paso del ciclón.

Agathá también generó estragos a su paso por Cuba, donde dejó fuertes afectaciones relacionadas con derrumbes, y derivó en un saldo mortal de tres fallecidos.