NACIÓN
A la familia de Tibú la masacraron, con su bebé de nueve meses, dentro de un carro fúnebre. La escena es estremecedora
Miguel Ángel López y Zulay Durán Pacheco eran dueños de una funeraria y viajaban en el carro que utilizaban para prestar los servicios exequiales. El Clan del Golfo es el presunto responsable de la masacre de la pareja y su pequeño hijo.

La sevicia de los grupos armados no tiene límites. En la noche de este miércoles, un crimen horrendo estremeció a Colombia. Una joven familia fue asesinada cuando se desplazaba por la vía que comunica a Tibú con Cúcuta, en la vereda La Valera. A la pareja, conformada por Miguel Ángel López y Zulay Durán Pacheco, le quitaron la vida junto con su pequeño bebé de nueve meses.
La escena del crimen es dantesca. La familia era dueña de la funeraria San Miguel y viajaba en el carro fúnebre con el que prestaban los servicios exequiales. Los cuerpos de la pareja yacían sin vida en la parte delantera. El torso de Miguel Ángel estaba desplomado sobre el de su esposa, quien tenía al bebé en su regazo.
Hasta el momento, se cree que el Clan del Golfo es el responsable de la masacre, aunque se espera que en las próximas horas se conozcan más detalles acerca de los perpetradores del aterrador crimen que estremece al país.

De igual manera, se han conocido detalles inéditos de la vida de la pareja y del recién nacido, ya que a través de sus redes sociales habían registrado su alegría por la llegada del bebé a su familia. “Agradecido con mi Dios. Te damos la bienvenida a la familia, te daremos todo el amor y la educación para que seas un hombre de bien en la vida. Te amo, hermoso”, publicó el padre del menor a través de su cuenta personal.
Lo más leído
Unos meses antes, cuando esperaban el nacimiento de su hijo, en Facebook también manifestaron su alegría por cuenta de lo que sería la llegada de su hijo al mundo. “Gracias a mi Dios y a todas las personas que nos acompañaron. Estamos ansiosos de tu llegada, mi príncipe”, escribió la mujer.
El duro trabajo del padre
Miguel Ángel López, padre de la familia y víctima del crimen, era reconocido por ser embalsamador, tanatólogo y funerario en la región de la que era oriundo, por lo que al ser esta zona roja, del conflicto armado, muchas veces estaba al frente de situaciones de riesgo por cuenta de los constantes combates de grupos al margen de la ley contra las autoridades colombianas.
Anteriormente, López había hablado con el medio de comunicación Realidades, en el que aseguró que para realizar su trabajo funerario tenía que pedir permiso a los grupos armados ilegales que operan en la región del Catatumbo, como el ELN y el Clan del Golfo. “Me dicen ‘El chulo’. Esto como tal es un negocio, pero los sentimientos están de por medio”, aseguró en su momento sobre la labor que realizaba en la zona con los muertos del conflicto armado.
De igual manera, contó que si bien tenía el sueño de ser médico, no tuvo el dinero para estudiar la carrera, pero se dedicó de manera empírica sin importar los duros momentos que tenía que vivir. Por ejemplo, narró que las situaciones más difíciles eran cuando tenía que trabajar para funerales de menores de edad.

“Lamentablemente, el niño falleció. Recuerdo tanto las palabras de esa mamá. Me dijo, ‘gracias’, y ese es el mejor pago para uno, que la familia esté agradecida, que vea que lo que uno hizo por él no tiene precio”, contó en la entrevista sobre el caso de un niño que murió por cuenta de un atentado terrorista de un grupo armado al margen la ley, en que el menor de edad cayó en un ataque contra una estación de policía.
Finalmente, Miguel Ángel López, en sus declaraciones, había expresado sus deseos de cómo debería tratarse su propia muerte. “La verdad yo no quisiera una preservación, ni quisiera un entierro, quisiera una cremación, siempre se lo he dicho a mi familia. No importa el ente de mi muerte, bien sea natural o violenta. Me dan fobia las bóvedas y más el entierro, esa tierra encima me da fobia. No me gustaría”, aseguró.