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| Foto: Fotomontaje SEMANA

ELECCIONES 2018

Roy y Benedetti: Que sí, que no... con Vargas me voy yo

En cuestión de horas se sellará la adhesión del partido de La U al ex vicepresidente de Santos. Esta es la historia de dos senadores que lo rechazaron, pero que ahora harán campaña a su favor. Una relación política llena de amores, odios, celos, rencillas y reconciliaciones.

6 de abril de 2018

Nunca lo juraron sobre piedra, tampoco lo grabaron en mármol, ni  existe una declaración juramentada, autenticada en notaría que así lo certifique. Pero las palabras que se vienen oyendo en boca de Armando Benedetti y Roy Barreras desde hace varios años, han dado a entender que una candidatura de Germán Vargas Lleras nunca contaría con su respaldo. Pero como lo dijo el exministro Sabas Pretelt de la Vega (cuando Álvaro Uribe cambió de parecer sobre la reelección), “la política es dinámica”, y ahora los dos congresistas de la La U harán campaña por quien fuera el máximo dirigente del partido Cambio Radical.

Aunque terminaran juntos en el gobierno de Juan Manuel Santos, los dos senadores, que además han ostentado la presidencia de La U, han sido expertos en soltar declaraciones, lanzar pullas, dardos y dejar sonoros titulares de prensa contra el ex vicepresidente desde que renunció al gobierno. Incluso antes. También los primeros en buscar candidato distinto al dirigente bogotano de 56 años, como el “heredero” de Santos.

Pero este miércoles, ese dinamismo de la política los obligó a “tragarse un sapo”. Como La U no encontró candidatos después de haber avalado a Uribe y Santos, la mayoría de los congresistas del partido definieron quién contaría con su respaldo. Descartados Sergio Fajardo y Humberto de la Calle (los que Benedetti y Barreras promovían), y hasta Iván Duque, no tuvieron otra que agachar la cabeza y aceptar la decisión de las mayorías.

A Roy, como el nuevo máximo elector del partido, le correspondió el trago amargo de anunciar la decisión a la prensa. La U ha llegado a un acuerdo programático para apoyar a Vargas Lleras.

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Escuche el anuncio de Roy Barreras de adherir a la campaña de Germán Vargas Lleras:

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Benedetti, que ya se olfateaba en qué terminaría la reunión de bancada de la U, había anticipado en su cuenta de Twitter que aceptaría y acataría cualquiera que fuera la decisión de su partido. Si Duque, si Fajardo, si De la Calle, incluso Petro. Este miércoles dio las primeras declaraciones como si fuera uno más del equipo de campaña de Vargas Lleras. Ver para creer. Aunque a nadie le debería sorprender.

Escuche el momento en que Armando Benedetti anuncia su adhesión a la campaña de Vargas Lleras:

Se conocen hace más de veinte años. Benedetti alcanzó a coincidir en la Comisión Primera del Senado con Vargas Lleras en el que fue su último periodo como congresista (2006 - 2010), época en la que Roy era representante a la Cámara por Cambio Radical, que en ese entonces era presidido por el hoy candidato a la Casa de Nariño. Los tres siguieron a Luis Carlos Galán (de hecho Vargas y Roy pasaron por el Nuevo Liberalismo), acompañaron al gobierno de Álvaro Uribe, y convivieron en el de Juan Manuel Santos. Por eso no debe ser extraño que en el 2018 vuelvan a estar juntos en campaña, aunque seguramente el pasado los atormentará con palabras de las que quizá hoy prefieran no haber pronunciado. Por lo menos, en el gobierno Santos, Roy y Benedetti pasaron de ser escuderos de Vargas a sus más enconados contradictores.

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La luna de miel

28 de julio de 2010. El electo presidente Santos designa a Germán Vargas Lleras ministro de Interior y Justicia. Roy Barreras y Armando Benedetti fueron los primeros en respaldar el nombramiento frente a la ola de críticas del uribismo que lo consideraban un caballo de Troya.

Como La U era el partido de gobierno, y Vargas el ministro de mayor jerarquía del gabinete, la luna de miel se prolongó los primeros años, tanto que Benedetti (entonces presidente del Congreso) lo ubicó como uno de sus personajes del año (2010), y Barreras lo señaló como el único ministro que estaba cumpliendo la tarea.

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Los celos

Vino la reelección de Santos (2014). Y quienes antes defendían su nombramiento, pasaron a cuestionar la designación como vicepresidente.

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Era apenas el preludio. Si Vargas como vicepresidente tuvo un auténtico dolor de cabeza, ese fue Armando Benedetti. Año 2015. El Senado tramitaba la reforma al equilibrio de poderes, que entre otras eliminaba la reelección presidencial. Allí, el senador de La U encontró la forma de sacar de la carrera presidencial del 2018 a Vargas Lleras. Propuso que si no había reelección, los vicepresidentes no podían ser candidatos para las elecciones siguientes. Es decir, si querían llegar a la Casa de Nariño, tendrían que esperar cuatro años para ser candidatos.

Para quienes no lo recuerden, la propuesta de Benedetti fracasó, y quienes salvaron la aspiración de Vargas Lleras fueron ni más ni menos que los senadores Roy Barreras y Álvaro Uribe, con el argumento de que se debían respetar las reglas de juego establecidas en la Constitución.

Benedetti no claudicó. Y mientras Vargas recorría el país inaugurando carreteras, acueductos, cortando cintas y entregando casas, el senador de La U se encargó a diario de recordarle que no eran sus ejecutorias sino que el crédito le correspondía al presidente Santos. Para la muestra, unos botones.

Mientras tanto, a Roy Barreras le parecía que Vargas Lleras había llegado a la vicepresidencia no a hacer carreteras sino a pavimentar su campaña presidencial, y entonces empezaba a preguntar por él.

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Rivales

Como el 2015 también era año electoral, y se  elegían alcaldes y gobernadores, los socios en el gobierno nacional se volvieron enconados adversarios en las urnas. Y como en todas las campañas políticas que se recuerden (por lo menos desde el 2006), Benedetti y Roy Barreras han sido habituales especialistas a la hora de ponerles condimento. Picante. A Vargas Lleras iban dirigidas la mayoría de sus indirectas, bastante directas.

Tras esa contienda, en la que cambio radical le fue mejor en alcaldías capitales que a la U, Benedetti fue quien empezó a ventilar que las relaciones entre Germán Vargas y Juan Manuel Santos ya no eran como antes, incluso vaticinaba una inminente ruptura.

Eso sí. Lo cortés no quita lo valiente. Cuando Vargas Lleras pasó por las duras, Roy y Benedetti fueron de las primeras voces de aliento.

La ruptura

El 2016 sería el año clave para el proceso de paz con las Farc, la principal bandera de Santos, y se convirtió en el principal caballito de batalla para que Benedetti y Barreras enfilaran sus dardos contra el entonces vicepresidente. Vargas, que había guardado silencio durante toda la fase de negociación en La Habana, empezó a criticar parte del contenido del acuerdo de paz que había impulsado el gobierno del que era el segundo a bordo.

22 de agosto (2016). El Gobierno y las Farc ya habían firmado el cese del fin del conflicto, y estaban a semanas de firmar el acuerdo de paz en Cartagena. Vargas Lleras, en  cambio, tenía otra lectura, y en entrevista con Juan Roberto Vargas en Noticias Caracol, insinuó que en La Habana quedaba mucho por hacer. Benedetti lo cuestionó. No lo veía en sintonía con la paz, y entonces lo acusó de estar en el gobierno solo por los puestos. Roy Barreras, desde La Habana, lo invitó a subirse al bus de la paz.

31 de agosto. La Mesa de negociación había terminado labores, y Humberto de la Calle y los demás plenipotenciarios, Roy Barreras incluído, habían regresado a Colombia con un documento de más de 300 páginas para explicárselo al país.

Ahora es a Claudia Gurisati en Noticias RCN a quien Vargas Lleras le confiesa su temor con que por la justicia transicional terminaran pasando empresarios por los mismos tribunales creados para saldar cuentas con los guerrilleros. Hizo una revelación: “Ya hoy hemos visto que en el tribunal de Justicia y paz de Cundinamarca aparece un listado de 45 o 55 empresas, varias de las más respetables del país, esa preocupación tiene mucho fundamento, vemos empresas tan sólidas como Argos, Postobón, empresas del grupo Porvenir”, dijo.

Las palabras de Vargas sacudieron a la política, entre otras porque a nadie le quedaba claro si estaba con la paz o no. Ni a los uribistas, que ya acudían a sus críticas como argumento para oponerse al acuerdo. Por eso, mientras Armando Benedetti lo interpretó como la ruptura de la Unidad Nacional, Barreras aseguraba que la paz estaba convenciendo a los más escépticos.

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27 de septiembre. Un día después de la firma del acuerdo en Cartagena. Reiteró estar “muy preocupado” con la justicia transicional, pero en la entrevista que le concedió a SEMANA por primera vez le dijo sí al plebiscito. Armando Benedetti no era tan optimista.

Con las heridas abiertas por la derrota del sí en el plebiscito, Vargas Lleras y su partido Cambio Radical se ubican al lado de la oposición al gobierno. Dicen no a la reforma tributaria. Benedetti vuelve a acusarlo de desleal con el Gobierno. Barreras que antes lo veía en el lado del sí, ahora dice que es del no. Coinciden en que se está aprovechando de su posición en el gobierno.

Como estaba previsto, Vargas Lleras anticipó su renuncia al gobierno para lanzarse a la presidencia. Benedetti, que años antes había intentado sacarlo de carrera, volvió a recurrir a la letra menuda de la ley y a la interpretación de un artículo de la Constitución para ponerle piedras en el camino. Insistió en que la renuncia del vicepresidente tenía que ser aprobada por el Senado. Volvió a fracasar.

El 17 de marzo del año pasado, en Corferias, y en un fastuoso evento, Vargas Lleras se despidió del gobierno con una rendición de cuentas. Fue en la noche, y en simultánea, en la casa de Roy Barreras, los congresistas de la U, incluido Benedetti, rendían un homenaje a Óscar Naranjo, quien ocuparía la vicepresidencia. Aunque el brindis fue en honor del exdirector de la Policía, seguramente habrán chocado los copas por la partida de Vargas.

Vargas parece perderse del mapa y a Barreras le parece descortés que no estuviera en la posesión de su sucesor en la vicepresidencia. A un año de las elecciones, empiezan a conocerse las primeras encuestas. Desde este momento, parece que ni Benedetti ni Roy lo apoyarán. De hecho, por esos días, Barreras también tenía ganas de suceder a Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño.

La campaña política se anticipa y mientras tanto el Congreso implementa los acuerdos de paz. Vargas Lleras reaparece en una entrevista como Juan Roberto Vargas, hace reparos a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y Cambio Radical anuncia su oposición a ese proyecto y a la reforma política. Mediante titulares de prensa, Barreras y Benedetti presionan la salida de Cambio Radical del gobierno, que en efecto se nota en los movimientos de Juan Manuel Santos a su gabinete. Benedetti y Barreras parecen descartar a Vargas como el presidente que respetaría el acuerdo de paz.

El rencor

En noviembre, Armando Benedetti pareció declararle la guerra a Germán Vargas Lleras. La Fiscalía adelantaba las investigaciones por los sobornos de Odebrecht a la clase política cuando, en una de sus decisiones, compulsó copias a la Corte Suprema para que determinara si el senador barranquillero había tenido alguna participación en el escándalo. Fue célebre la rueda de prensa que concedió en el capitolio el 15 de noviembre, día en que acusó al fiscal Néstor Humberto Martínez de perseguir a todos los políticos que no están con Vargas Lleras. Todo pasaba a castaño oscuro.

Escuche a Armando Benedetti afirmando que "a Vargas Lleras no le gusta la paz" 

Matrimonio, por conveniencia

Tras las elecciones del pasado 11 de marzo, en las que el pez grande (La U) no se comió al pez chico (Cambio Radical), como lo presagiaba Roy, él y Benedetti empezarían a dar testimonio del axioma del exministro Sabas Pretelt. La política colombiana se alistaba a un nuevo caso que comprobaría su dinamismo. Y todo en menos de un mes.

Llegaron los debates. En el primero de ellos Vargas Lleras asegura que respetará los acuerdos de paz y que sus observaciones han sido despejadas por las sentencias de la Corte Constitucional. Iván Duque dice que les hará modificaciones, y Humberto de la Calle y Sergio Fajardo no se unen. El candidato del partido de Juan Manuel Santos será Vargas, y Roy y Benedetti harán campaña por él.

Puede que para muchos se trate de una pirueta. A lo mejor no lo es. Vargas Lleras, Benedetti y Barreras vuelven a estar como hace diez años. Del mismo lado.