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La familia de un perro criollo fue demandada por el asesinato de un gato en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá.
La familia de un perro criollo fue demandada por el asesinato de un gato en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá. | Foto: denunciante

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Insólito | Por gaticidio, aceptan demanda contra perro y sus dueños

La familia de un perro criollo fue demandada por el asesinato de un gato en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá.

12 de julio de 2022

El caso ocurrió en octubre de 2021. Dos vecinos en un exclusivo condominio del noroccidente de Bogotá, ahora son rivales en una disputa legal por el homicidio de un gato persa. Un juez civil aceptó una millonaria demanda que busca hacer responsable a un perro criollo por el asesinato del felino, de paso exigir una reparación económica.

Los dueños del gato están seguros de que Milo, el perro criollo, fue el responsable de atacar y asesinar a su mascota en un descuido de los tenedores del perro. Luego del gaticidio, los afectados radicaron una denuncia en la Fiscalía que dejó como presunto responsable a Milo. Los fiscales analizaron los elementos de prueba, que incluyó un estudio de necropsia al gato víctima, pero la conclusión final dejó inocente, preliminarmente, al canino.

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El abogado Juan Simón Vásquez, representante legal de Milo, el perro y sus tenedores, aseguró que por irrisoria que parezca la historia, es real y tiene asiento en un Juzgado Civil de Bogotá, donde buscan una reparación económica por el gaticidio. Ya ganaron el primer ‘round’ en la Fiscalía, pero la pelea continúa.

“Realmente, más que insólito es recalcar ese papel que han venido asumiendo las mascotas en el núcleo familiar y la importancia tanto emocional como afectiva. Se ha desarrollado un caso, un proceso de responsabilidad civil extracontractual; sin embargo, lo curioso e interesante es que el fondo del asunto recae sobre acreditar que el perro asesinó al gato”, dijo el abogado Vásquez.

La investigación que arrancó en la Fiscalía por el gaticidio pasó a una inspección de Policía en la localidad de Suba. Los analistas del ente acusador establecieron que no había mérito para avanzar y formalizar una investigación por el delito de maltrato animal en contra de Milo, el presunto gaticida, menos contra sus dueños por posibles omisiones. De ahí que se tomó la determinación de remitir la denuncia a otra instancia, no penal.

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“En efecto, se presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación por el presunto delito de maltrato animal. No conozco los pormenores de este asunto, porque me compete el asunto civil; sin embargo, la Fiscalía remitió por ser de su competencia a una inspección de Policía, al considerar que es un asunto contravencional”, advirtió el defensor de Milo.

El proceso, por establecer la responsabilidad de Milo, está en indagación en la inspección de Policía. Mientras tanto, los afectados –los dueños del gato víctima– acudieron a la acción civil, para que de forma paralela se determine el grado y el daño causado con el gaticidio, que justamente tiene a Milo y sus dueños como presuntos responsables.

“En principio uno podía determinar que la mascota por descuido asesine a otra. Se podría decir que es la herramienta para maltratar, pero en este caso la Fiscalía en su investigación previa lo remitió como un asunto contravencional, en un conflicto con mascotas o por el manejo adecuado de las mismas”, señaló el abogado Vásquez.

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La demanda se adelanta en el trámite normal, con las respuestas y los elementos de prueba necesarios, para, por el lado de los demandantes, demostrar que Milo atacó al gato y sus dueños, en medio de un descuido, permitieron ese ataque. Esa responsabilidad será el argumento de las intenciones de reparación económica que esperan los afectados.

Los demandados, por su lado, se defenderán de los señalamientos y aportarán elementos de prueba que ayuden a explicar por qué Milo no es responsable del gaticidio. Serán evidencias que incluyen estudios de psicología y comportamiento canino, para ayudar a entender por qué Milo no es un peligro para la sociedad, mucho menos para sus vecinos.