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| Foto: Guillermo torres-semana

BOGOTÁ

Obras de Bogotá: en cámara lenta

Ocho de cada diez proyectos públicos de infraestructura en la capital se verán aplazados por la pandemia. ¿Qué impacto tendrá para la ciudad y para la economía del país?

25 de abril de 2020

Antes de la llegada del coronavirus, en Bogotá se hablaba de un plan de infraestructura sin antecedentes que contemplaba todo tipo de obras, entre ellas la construcción de la primera línea del metro. Hoy, con la ciudad convertida en el epicentro de la pandemia en Colombia, los planes cambiaron drásticamente.

La alcaldesa Claudia López, en medio de la emergencia sanitaria, anunció que el 80 por ciento de las obras públicas quedarán aplazadas para el próximo año y que en 2020 no habrá nuevos procesos de contratación. Esto con el fin de obtener del presupuesto casi medio billón de pesos para ayudar a las 350.000 familias vulnerables que afrontan el confinamiento sin poder conseguir el sustento diario.

Este año la alcaldesa tiene el plan de construir 500 kilómetros de ciclorruta, ya que la bicicleta es el medio más seguro contra la pandemia.

El presidente Iván Duque y la alcaldesa no se han puesto de acuerdo con respecto a la apertura del sector de la manufactura, pero sí en cuanto a la construcción, uno de los más importantes para la economía, pues genera miles de empleos en el país. Solo en la capital significa 300.000 plazas de trabajo. Además, a diferencia de otros sectores, no representa una exposición tan fuerte, ya que se realiza al aire libre.

El ramo de la construcción regresará a sus actividades normales a partir del 27 de abril y en el caso de Bogotá habrá retrasos en los cronogramas. Antes de la pandemia, seis de cada diez contratos sufrían demoras. Bajo el nuevo contexto, prometen alargarse.

El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), que tuvo un recorte en su presupuesto de 175.000 millones de pesos, suspendió temporalmente la ejecución de obras, interventorías, contratos de consultoría y convenios interadministrativos. El director de la entidad, Diego Sánchez, identificó varios proyectos que tendrán que esperar, entre ellos los 16 financiados con recursos de la valorización. Mientras tanto, en lo corrido de este año buscarán avanzar en estudios y diseños.

"El IDU tuvo un recorte de 175.000 millones de pesos. Esos dineros servirán para apoyar a 350.000 familias vulnerables en Bogotá".

Proyectos privados de vivienda como Lagos de Torca continuan con estudios y diseños, que los trabajadores han podido adelantar desde sus casas. Pero Ciudad Norte quedó suspendido hasta que sea posible retomar. La misma suerte corrió la construcción de los andenes de la avenida calle 13; de la calle 34 entre carreras Séptima y 13; de la calle 170, entre avenida Boyacá y canal Córdoba; y de la calle 45 sur, entre otros.

Solo las obras que cumplan protocolos de bioseguridad laboral, movilidad segura y salud pública podrán reactivarse.

Seguirán las obras, pero con retrasos, en la avenida Guayacanes, clave para disminuir los trancones en Kennedy y Bosa. También, la avenida José Celestino Mutis, que puede resolver la congestión vehicular en Engativá; y la avenida Rincón, en Suba.

En el caso de las troncales de TransMilenio previstas, la de la avenida 68 comenzará su fase de preconstrucción y seguirán los trabajos de la extensión de la troncal Caracas hasta Usme. El IDU también reactivará los del espacio público en el parque Gilma Jiménez.

Asimismo, piensan continuar con los frentes de obra de la avenida La Sirena, entre la Novena y la 19; un tramo de la avenida San Antonio, en la calle 183; y el puente vehicular de la avenida Boyacá en esa misma vía, que está prácticamente listo. En el IDU todo el personal administrativo trabaja virtualmente.

La Alcaldía analiza un escenario preocupante: la posibilidad de que las empresas cuyos contratos se retrasen decidan demandar a la ciudad. Hasta ahora, no hay normas que libren de responsabilidad a la administración en caso de una circunstancia de fuerza mayor como una pandemia. Por eso, el IDU también ha adelantado el trámite de pagos a varios constructores, interventores y consultores para darles liquidez en esta época. “Durante el periodo de la cuarentena y hasta el 30 de abril se sumarán giros hasta por 88.000 millones de pesos aproximadamente”, explicó Sánchez.

¿Y el metro? ¿y la Séptima?

Hay dos obras presentes en la mente de los ciudadanos: la carrera Séptima y el metro. Con respecto a la primera, la alcaldesa había dejado claro que no haría una troncal de TransMilenio, sino un corredor verde, en el que trabaja un equipo de urbanistas. En cuanto al metro, tendrá un retraso mínimo de tres meses. El gerente de la empresa, Andrés Escobar, explicó que la licitación de la interventoría quedó aplazada, pues los oferentes europeos preseleccionados pidieron más tiempo para conseguir la documentación, retrasada por la cuarentena en sus países.

La construcción del metro de Bogotá se retrasará al menos tres meses. 

Escobar dijo, además, que de no extender los plazos era posible que la licitación quedara desierta. Esto implicaría abrir un nuevo proceso que retrasaría el inicio seis meses por lo menos, pues las obras no pueden comenzar sin interventoría. También suspendieron por tres meses los plazos para que el consorcio Metro Línea 1, que construirá el sistema, firme el acta de inicio de obras.

"Los empresarios deberán contratar al 80 por ciento de la mano de obra en la localidad donde se desarrolla el proyecto de infraestructura".

Pero el Distrito sí deberá cuanto antes construir nuevas ciclorrutas y adecuar las existentes. La alcaldesa sostuvo que el próximo lunes también abrirá el sector de las bicicletas, tiendas y reparación de estos vehículos, pues es el medio de transporte más seguro contra el contagio. Por eso, la ciudad requiere al menos 500 kilómetros más de esas vías especiales. Y mientras están listas, proyectan ajustar algunos carriles de vehículos para los ciclistas.

Diego Sánchez, director del IDU, dice que se prepara para las demandas que puedan presentar los empresarios por las demoras y las pérdidas que ha provocado la pandemia. 

La construcción de colegios también quedó aplazada, ya que la prioridad es fortalecer la virtualidad para que los niños y jóvenes se queden en sus casas. Los planteles abrirán sus puertas cuando cumplan los requerimientos de bioseguridad. Y con respecto a los hospitales, las prioridades son que no colapse el sistema por los casos de coronavirus y operar Corferias, disponible desde esta semana.

A partir del 27 de abril, cuando se reactive la construcción, en Bogotá han priorizado las obras que generen mayor cantidad de empleo y cuya ejecución no demande alta complejidad. Esto para que faciliten la reactivación económica.

Quienes quieran reabrir sus obras deberán cumplir con la condición de que los trabajadores no se transporten en TransMilenio. La alcaldesa ha sido enfática en que el sistema solo puede funcionar al 35 por ciento de su capacidad y, si lo usan los trabajadores del sector, superará ese límite. Es decir, los empresarios deben lograr que sus obreros se movilicen a pie, en bicicleta o en carros particulares que los lleven de su casa al sitio de trabajo y viceversa.

En Bogotá, el constructor estaba obligado a que la mano de obra pública procediera, en un 35 por ciento, de la misma localidad del proyecto. Esa cifra será ahora del 80 por ciento con el fin de evitar desplazamientos largos. De todas formas, según la Alcaldía, habrá excepciones, ya que en algunos lugares no es fácil encontrar todo el personal necesario. Para estos casos, el dueño de la obra tendrá que contratar buses sin copar su capacidad para garantizar la distancia física entre los pasajeros.

Además, la obra deberá cumplir medidas de higiene, con el lavado de los materiales, maquinaria y de los lugares donde van a estar las personas y que estas cumplan la regla de distancia de 2 metros entre ellas. También tendrán que establecer turnos de trabajo para evitar aglomeraciones.

El director del IDU le dijo a SEMANA que podrán garantizar que las obras cumplan estas reglas gracias a que cada proyecto tiene una interventoría que vigilará su cumplimiento. Con este panorama y estas reglas, la reactivación de la construcción en la ciudad será un proceso en cámara lenta.

*Este artículo fue modificado. En la versión inicial del 25 de abril decíamos que Lagos de Torca había quedado congelado,  pero el proyecto continúa ya que se encuentra en etapa de estudios y diseños que los trabajadores de ese proyecto han podido continuar desde sus casas.