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| Foto: esteban vega la-rotta-semana

POLÍTICA

Paro nacional: ¿A qué juega Gustavo Petro?

El favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales podría estar jugando con fuego al encender los ánimos y no condenar los bloqueos en las ciudades. Del respaldo podría pasar al rechazo.

8 de mayo de 2021

La estrategia política de Gustavo Petro ha quedado clara en medio de la mayor tensión que se recuerde en las calles en la historia reciente del país. Mientras las ciudades arden en llamas y se registran tiroteos cada noche, el líder de la Colombia Humana ha permanecido entre el silencio y sus polémicos mensajes en su cuenta en Twitter que, más que apaciguar los ánimos, los encienden.

Si bien es cierto que no toda la indignación ciudadana simpatiza con Petro, también es verdad que hay claras expresiones, entre ellas las del mismo Comité Nacional de Paro, que ven en él a un líder con posibilidades de representarlos en las próximas elecciones presidenciales, como varios de ellos lo han reconocido.

Durante los últimos días, Petro ha mostrado varias facetas. La noche previa al primer día de movilizaciones, buscó desmarcarse de los hechos violentos que podrían suceder, sabiendo que había una inconformidad represada por la pandemia y atizada por el inoportuno proyecto de reforma tributaria que presentó el Gobierno. Allí hizo su primera “alocución”, un nombre con el que se referencian exclusivamente las declaraciones presidenciales en el país. Les pidió a las personas que no hicieran transacciones financieras, que se retiraran de los fondos privados de pensiones y que no utilizaran el transporte público. Su objetivo era claro: paralizar el país justo cuando la economía está en su peor momento.

En el primer día de movilizaciones, Petro desapareció extrañamente, no se vio en las calles acompañando a los manifestantes y nadie supo de él. Luego de una jornada que derivó en desmanes, reapareció al día siguiente para compartir videos e imágenes de las personas en las calles, tratando de darle voz a esa indignación ciudadana.

“Cuando decidí silenciar mis redes hice una alocución que llegó a más de seis millones de personas. Allí expresé mi criterio antes de las movilizaciones, le solicité al presidente retirar la reforma tributaria, pedí calma, paz y no violencia, y me silencié, precisamente para que quedara en el vacío toda esa campaña que ya tenían orquestada en el sentido de que yo era el que había convocado la movilización”, le respondió Petro a SEMANA en una rueda de prensa.

Lo cierto es que a partir de ese momento no se volvió a reservar. Estos días ha estado activo en sus redes sociales y, en últimas, la rabia en las calles y la indignación contra el Gobierno le podrían servir para sus propósitos electorales, a pesar de que él y los demás líderes de la Colombia Humana argumentan que eso no es así. Pero Petro está jugándose una carta arriesgada. Si los bloqueos en las principales ciudades del país persisten y la violencia no cede, el paro se convertirá en un búmeran para él y sus pretensiones políticas, porque tarde o temprano tendrá que responder políticamente por lo que está sucediendo.

“Me preocupa que no sea sincero con la ciudadanía. Tiene varios discursos. Dice que no convoca a marchas, sin embargo uno ve su Twitter y está lleno de odio. Es promotor de dañar la imagen de la Policía. Es un incitador profesional”, asegura el representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático.

Petro se ha caracterizado por enviar un mensaje, pero en medio de su discurso y sus acciones da a entender otro. En un momento en el que Duque está convocando en la Casa de Nariño a todos los sectores políticos, incluidos varios líderes de la oposición, el senador respondió con un portazo antes de ser invitado. “No nos vamos a reunir con usted (Duque) y hacer teatros de democracia de día, mientras se masacra al pueblo por la noche. Esa foto no es necesaria”, aseguró.

Es cierto que, en varios de sus mensajes, Petro ha pedido que no haya confrontación entre la Policía y los manifestantes, y hasta les pidió que se abrazaran, pero a su vez solo amplifica en sus poderosas redes publicaciones con mensajes en contra de la fuerza pública. En su cuenta en Twitter no se ha visto una sola imagen o mensaje de rechazo al vandalismo, al terrorismo urbano, a los bloqueos, al desabastecimiento de alimentos y gasolina, y a la crisis humanitaria que sufren ciudades como Cali.

“Están buscando por todos los medios responsabilizar a Gustavo Petro de cuanto desmán o tragedia ocurra. Y eso tiene un objetivo en este momento, especialmente del Centro Democrático y su entorno, de generar las condiciones de la posibilidad de un encarcelamiento o un proceso judicial e inclusive de un atentado contra el político más importante y más interesante del país”, le dijo a SEMANA el excandidato a la Alcaldía de Bogotá por el petrismo, Hollman Morris. Un mensaje similar fue enviado por el diputado Nicolás Petro, hijo del candidato presidencial. “Temo por la vida de mi papá. Lo están presionando para que salga a la calle y así poder asesinarlo”, dijo.

Petro ha advertido que si el Gobierno decreta una conmoción interior, convocará a las calles de Bogotá a un millón de personas, sin pensar en la pandemia, la ocupación de las unidades de cuidados intensivos y las alteraciones de orden público. El líder de la Colombia Humana también ha casado todo tipo de peleas. Le hizo varios reparos a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y le recriminó al presidente de la Andi, Bruce Mac Master, por supuestamente haberlo responsabilizado de ser uno de los promotores de las marchas en Cali, una de las ciudades que más ha sufrido la violencia en estos días.

Petro hizo una segunda “alocución” en la que propuso derogar la reforma tributaria de 2019 como una salida rápida para estabilizar las finanzas del país. Criticó al presidente Iván Duque y volvió a arremeter contra el Gobierno, el Centro Democrático y especialmente contra el expresidente Álvaro Uribe, a quien responsabilizó por lo que está pasando.

Uno de los reclamos que más le hacen diferentes sectores a Petro es que su voz sería fundamental para detener los bloqueos y la escalada de violencia que se está viviendo. “Él nunca ha invitado a marchar a nadie, de hecho, un día dijo que se quedaran quietos en la casa. Él lo que ha hecho ha sido sacar los abusos de la Policía, que para nadie son un secreto. La verdad es que nadie gana con esto”, aseguró el senador Armando Benedetti, uno de los alfiles más importantes del líder de la Colombia Humana.

“Hay sectores de la sociedad que por un largo periodo vienen tratando de generar un discurso antisistema para socavar la institucionalidad del país y el Estado de derecho. Se vuelve un discurso incendiario. Uno ve una campaña por esos sectores políticos de tratar de deslegitimar la fuerza pública, de mantenerse diciendo que todas las elecciones han sido robadas, incluso de desprestigiar al sector privado”, dijo el senador uribista Gabriel Velasco sobre el comportamiento de Petro.

En medio del caos que vive el país, Colombia necesita de la grandeza de sus líderes para que, más allá de los réditos políticos y los cálculos electorales, se puedan encontrar salidas a la situación actual. El panorama de la región tiene que servir como referente para saber que los populismos que buscan representar la indignación ciudadana pueden terminar siendo perjudiciales para la democracia.

Es evidente que Petro está tratando de desligarse de todo lo que ocurra en las calles, como si promover las manifestaciones y la indignación no fuera una de sus principales prácticas políticas desde hace muchos años y que le ha dado réditos. Solo que, en esta ocasión, la violencia ha sido tan espantosa y ha asustado tanto a millones de colombianos, que su estrategia podría fallar al final.