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En el municipio de Titiribí, suroeste de Antioquia, están consternados al igual que en todo Antioquia por la misteriosa desaparición de la menor de seis años de edad.
En el municipio de Titiribí, suroeste de Antioquia, están consternados al igual que en todo Antioquia por la misteriosa desaparición de la menor de seis años de edad. | Foto: Cortesía

Antioquia

Impresionante: buscan a la pequeña Salomé, raptada por su propia madre en Titiribí, Antioquia; temen que la maten como pasó con otra de sus hijas en el 2013

La menor permanecía bajo la custodia de su tía.

7 de noviembre de 2022

En el municipio de Titiribí, suroeste de Antioquia, están consternados -al igual que en todo el departamento- por la misteriosa desaparición de la menor de seis años de edad Salomé Pérez Cataño, hace cinco días.

Toda esta historia comenzó cuando Carolina Pérez, madre de la menor, se dirigió desde Medellín hasta ese municipio del suroeste antioqueño con el fin de visitar a su hija. Según la denuncia de Rocío Pérez, tía que tiene la custodia de la menor, la niña habría sido raptada por su propia madre en el momento que fue a visitarla en compañía de su compañera sentimental. Sin embargo, al día siguiente quedó sorprendida porque aprovechó el descuido y se la llevó.

Rocío Pérez estuvo con la custodia de la menor desde el pasado mes de mayo, cuando denunció las precarias condiciones en las que vivía la niña con su madre, quien presuntamente se dedica a la prostitución, pero, además, al consumo de distintas sustancias psicoactivas, como marihuana y perico.

“Me da miedo con ella, porque es muy viciosa y puede que la mate, ese es el temor que tenemos. El próximo martes en una audiencia a mí me iban a dar la custodia total de la niña, por las condiciones en las que la tenía la mamá, pero no se pudo llevar a cabo. Mi hermana se la llevó y no sabemos nada de su paradero”, sostuvo Pérez.

Agregó que ese era el temor, que a la niña se la quitaran del todo en medio de la audiencia, “ella llegó a mi casa con su compañera sentimental, muy amable, pero era porque ya tenían armado todo el plan. A las seis de la mañana, cuando yo me levanté, ya no estaban”, agregó Pérez.

Su tía advirtió que, en el año 2013, a otra hija de Carolina, de dos años de edad, la hallaron sin vida y con signos de violencia sexual, por lo que teme que a Salomé le hagan lo mismo, debido a que son personas que casi todo el tiempo están por fuera la casa y las dejan con personas desconocidas.

Al parecer, después de que a la niña se la llevaron del municipio de Titiribí, llegaron hasta el barrio Zamora, en Bello, para sacar las pertenencias y huir de la vivienda. Hasta el momento las autoridades no han entregado avances en la investigación.

La comunidad de Titiribí y familia de la menor exigen a las autoridades celeridad en la investigación, con el fin de que la menor vuelva a estar en buenas manos.

Y es que el maltrato, abuso y muerte de menores no para en Antioquia. El departamento aún no se recupera del lamentable caso del pequeño Maximiliano Tabares, quien murió en medio de un ritual satánico provocado por su propia madre y padrastro en un corregimiento de Remedios.

Otro caso: Maximiliano Tabares

Maximiliano Tabares Caro fue reportado como desaparecido hace 36 días en Antioquia y apareció bajo tierra este 27 de octubre. Las autoridades sospechan que el crimen habría sido cometido por la secta satánica de Los Carneros, integrada por su familia. Seis personas fueron capturadas y dos de ellas destaparon la olla de este tenebroso caso.

La primera en alzar la voz fue su madre, Sandra Patricia Caro Pérez. En el proceso judicial que avanza en su contra, la acusan de los delitos de desaparición forzada y tortura a título de cómplice. Al parecer, ella habría cedido la vida de su hijo para sacarle un supuesto espíritu que lo estaba atormentado y que estaría frenando los objetivos de la secta.

Según autoridades, el líder del grupo habría sugerido que el niño de seis años debía ser sometido a un ritual para mejorar su condición. Presuntamente, él recibió un mensaje en el que le dieron cuenta de que el menor estaba obstaculizando las tareas del grupo: encontrar guacas de oro en las montañas de los municipios de Remedios y Segovia, ubicadas en el noreste de Antioquia.

Ante las declaraciones que emitió, se decidió volver a escucharla en una indagatoria al día siguiente, y a las 11:00 a. m. del 27 de octubre dio detalles del sitio donde habían abandonado el cadáver de Maximiliano. Entregó las coordenadas y los integrantes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) se desplazaron hacia el lugar referenciado.

En ese momento también cedió alias Orejas, otra de las personas que está siendo procesada por este crimen. Su nombre es Robinson Esmit Arboleda Ramírez y fungía dentro de los denominados Carneros como supuesto discípulo. Con base en la información recopilada por las autoridades, el sujeto debía cumplir al pie de la letra las órdenes de su líder.

Orejas habría dicho que estaría dispuesto a colaborar en el esclarecimiento de la desaparición si la justicia le suministraba beneficios. Así fue. Pidió ser trasladado desde la capital de Antioquia hasta la zona rural del municipio de Segovia para señalar con su propio dedo el terreno en el que fue sepultado el menor de seis años.