Entrevista

“No me arrepiento”: el coronel (r) Alfonso Plazas Vega habla de la toma del Palacio de Justicia, revela supuesta alianza del M-19 con Pablo Escobar y defiende su inocencia

Luis Alfonso Plazas Vega, coronel retirado del Ejército, destapa su versión sobre la toma del Palacio de Justicia, Pablo Escobar, el M-19 y Gustavo Petro.

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1 de noviembre de 2025, 7:40 a. m.
Luis Alfonso Plazas Vega, coronel retirado del Ejército. | Foto: semana

El coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega entrega detalles del supuesto pacto que hizo el M-19 con Pablo Escobar para tomarse el Palacio de Justicia en 1985, defiende las actuaciones del Estado en los hechos violentos y asegura que el grupo guerrillero del que hizo parte el presidente Gustavo Petro seguiría activo.

SEMANA: Coronel, ¿qué sabe de la toma del Palacio de Justicia y cuál fue la supuesta influencia del narcotráfico?

Luis Alfonso Plazas: Hoy se cumplen 40 años del intento de golpe de Estado que dio el narcotráfico para tratar de adueñarse del poder por muchos años. El narcotráfico representado, específicamente, por los socios del asalto, Pablo Escobar Gaviria y los miembros del M-19.

Me parece de la mayor importancia que se tenga claro esto porque aquí se les ha olvidado a los colombianos, y eso lo han sabido manejar muy bien los bandidos que están en el M-19 todavía y gobernando, que el M-19 y Pablo Escobar constituyeron hace mucho tiempo, desde los comienzos del M-19, una sociedad de narcotráfico. El M-19 y Pablo Escobar eran socios, y Pablo Escobar aportaba los dineros, el M-19 aportaba las acciones.

Para el caso del Palacio de Justicia, según la información que hay y que se conoce en los medios de comunicación y seguramente estará en los procesos, Pablo Escobar aportó 2 millones de dólares para el asalto, además de 1 millón de dólares de premio si se incineraban los archivos de narcotráfico que existían en la edificación de la Corte Suprema de Justicia.

SEMANA: ¿De dónde sale esa información? Porque también hay versiones de ex narcotraficantes que dicen que nada tuvo que ver Pablo Escobar. Carlos Lehder dice que el cartel de Medellín no tuvo nada que ver y alias Popeye mencionó que Escobar dio la orden.

L. A. P.: Si vamos a hablar de personas también de mala conducta, yo puedo decir que en las declaraciones de John Jairo Velázquez, alias Popeye, él también está repitiendo lo que le acabo de contar. En las declaraciones que también presentó Virginia Vallejo, que fue la más reconocida de las amantes de Pablo Escobar, también lo dijo. Pero bueno, que lo haya dicho Carlos Lehder, la primera pregunta que yo le hago, ¿usted le cree a Carlos Lehder? Es que si empezamos a creerle a una persona que la traen de Alemania, el Gobierno nacional, y llega a escribir libros y a expresar cosas tan delicadas como esta, lo pone a uno a dudar si fue que lo trajeron para eso.

Coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega en entrevista con SEMANA.
Coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega en entrevista con SEMANA. | Foto: SEMANA.

SEMANA: ¿Usted cómo se entera de esta toma al Palacio de Justicia, en dónde estaba, quién le comunica?

L. A. P.: Yo lo primero que tengo que hacer antes de empezar a darle respuesta a su pregunta es aclarar las expresiones que usted, con su honorabilidad y que es lo que le pasa con todos los colombianos, está utilizando el vocabulario que emplea el M-19 desde el comienzo, a través de los medios de comunicación, para cambiar la versión, y lo habla todo el mundo, hasta en los juzgados se habla de la toma del Palacio de Justicia. Yo quiero manifestarle que la expresión “toma” es una expresión precisamente militar y significa que cuando hay dos fuerzas beligerantes enfrentadas y la una le quita una porción, por ejemplo, del territorio del área donde se estaba combatiendo a la otra, hay una toma, la toma del cerro tal, la toma de la ciudad tal por parte del ejército tal.

SEMANA: ¿Entonces cómo le llamamos?

L. A. P.: Eso es un asalto criminal, un asalto como asaltar un banco. Ellos no se tomaron el Palacio de Justicia, asaltaron el Palacio de Justicia y asesinaron a los magistrados. Y lo más grave, después de eso, se inventaron el cuento de la retoma. La retoma es, en primer lugar, la pretensión del M-19, que tristemente lo ha logrado entre la entre la comunidad, entre los colombianos, darle el mismo nivel al Ejército con la guerrilla. Es decir, la guerrilla hace la toma y el Ejército hace la contra toma. Estamos a mano. Eso no es cierto. El Ejército no hizo retoma.

Aquí tengo en mis manos, y traje esto precisamente para apoyarme. Esta es la sentencia absolutoria de la Corte Suprema de Justicia. Ahí está clarísimo todo y señala cómo, desde el comienzo, el Gobierno nacional dispuso que el comandante de la unidad operativa, general Arias Cabrales, llevara a cabo la recuperación del Palacio de Justicia. Nosotros éramos una fuerza legítima, nosotros llegamos al Palacio de Justicia fue a recuperar la edificación, a rescatar rehenes y a mantener el Estado de derecho. Esos tres puntos fueron los que estableció el Gobierno nacional al Ejército Nacional y el Ejército Nacional le dio esa tarea a mi jefe, el general Arias Cabrales.

Coronel (r) Plazas Vega, en entrevista con SEMANA.
Coronel (r) Plazas Vega, en entrevista con SEMANA. | Foto: Semana.

Aquí hay mucha gente que habla de indolencia y de que los militares entraron a sangre y fuego. Eso es una mentira para cubrir ellos el atroz crimen que cometieron. El Ejército no entró en esa forma. Yo le pregunto a alguien, ¿a alguno de los que me está escuchando ha tenido la ocasión de rescatar a una persona de manos de un terrorista? A ver qué tan fácil es, a ver si es tan sencillo. No solamente es difícil, está corriendo su vida, sino que, además, después de que lo haga, se merece todo el reconocimiento nacional por haber rescatado la vida de una persona de manos de un terrorista. Nosotros rescatamos más de 260 personas y lo único que hemos conseguido es una persecución infame por parte de los miembros del M-19, los narco guerrilleros del M-19, que a través del manejo del idioma, a través de la mentira, no solamente han logrado quedar en la impunidad, sino que han llegado a gobernar el país como está sucediendo en este momento.

Yo pregunto, ¿cuál fue el crimen cometido por el general Jesús Armando Arias Cabrales? Yo se lo respondo a mi modo de ver, porque no conozco el sumario. El general Arias Cabrales era el comandante de la operación. El general Arias Cabrales fue el que recuperó el Palacio de Justicia. Todos nosotros contribuimos cada uno en su medida. El general Arias Cabrales tiene la responsabilidad y el aplauso que debería tener de los colombianos por el rescate de más de 260 personas con vida de manos del M-19. Y el general Arias Cabrales hay que reconocerle, como comandante de la operación, que fue el que mantuvo en Colombia el Estado de derecho, Estado de derecho por medio del cual estamos tratando que este bandido del M-19 que está en el Gobierno no impida las elecciones. Queremos las elecciones para buscar 5, 10, 20, 100 candidatos, pero todo eso es democracia, que una persona llegue con el voto popular para seguir gobernando este país en el año 2026. Eso es el mantenimiento del Estado de derecho. Y pregunto: ¿dónde está el general Arias? Está preso y está preso de por vida. Eso no tiene perdón de Dios. No sé quiénes sean los responsables del error que se está cometiendo. Los respeto porque deben ser magistrados. Los respeto como debo respetar la justicia. Hay un ser superior que va a tomar cuentas de cómo un hombre honorable que salva un país, que rescata a 260 personas, está condenado de por vida.

SEMANA: ¿Cómo le notifican de lo que estaba sucediendo hace 40 años en el Palacio de Justicia y cuál es la orden que usted recibió y qué hizo?

L. A. P.: Yo me encontraba en el Ministerio de Defensa esperando que el ministro me recibiera para tratar un tema deportivo. Ahí la secretaria empezó a recibir la comunicación de que se estaban tomando el Palacio de Justicia y ahí me desplacé a la Escuela de Caballería. Mientras me desplazaba, mandé por el radio, mandé a formar la Escuela para empleo y cuando llegué ya tenía la Escuela de Caballería en formación. Con la Escuela de Caballería, me dirigí al comandante de la brigada, le informé lo que estaba sucediendo, le pedí instrucciones y me dijo digo que, de conformidad con los planes establecidos, debería desplazarme a la Plaza de Bolívar y rodear el edificio que estuviera siendo objeto del asalto guerrillero, cosa que se hace solamente cuando el asalto guerrillero supera las capacidades de la Policía, porque el Ejército Nacional no cuida los edificios públicos, los cuida la Policía Nacional. Y eso estaba sucediendo en este momento, que era una salvajada lo que estaban haciendo estos señores.

SEMANA: ¿Qué se encuentra usted allí en la en la Plaza de Bolívar y cuáles son las primeras acciones que toma el Ejército?

L. A. P.: Yo me desplacé a la Plaza de Bolívar con mis vehículos blindados. Desde que se ordena que se emplee una unidad blindada es para que se usen los blindados. Entonces yo me desplacé hasta la Plaza de Bolívar por disposición de mi general Arias Cabrales, a quien yo le pedí que me acompañara porque yo tenía muy buenos medios de comunicación y él me dijo, “no, yo no me desplazo a la Plaza de Bolívar hasta que no llegue la decisión política”. De la mayor importancia esto, porque por eso no se puede hablar de retoma, porque nosotros estamos haciendo una recuperación, porque mi general Arias esperó que el Gobierno nacional tomara la decisión. Si el Gobierno nacional decide que no se haga cosa diferente a rodear el Palacio de Justicia sin disparar y que el Gobierno va a negociar, pues hay que respetar esa decisión, pero la decisión de Belisario Betancur fue el empleo de la fuerza pública y se lo comunicó al comandante del Ejército, este se lo comunicó al general Arias Cabrales, yo no tenía contacto radial con ellos, tenía el contacto radial muy bueno con el general Arias Cabrales y mi general me ordenó ingresar al Palacio de Justicia con los vehículos blindados y así se cumplió.

Los asaltantes habían ingresado poco antes de las 12 del día, y en el momento en que las tropas llegaron, seguramente, ya había muertos, entre ellos, el administrador del Palacio, que se llamaba Jorge Tadeo Mayo, que lo asesinaron sin tener ningún arma para defenderse, y habían asesinado a dos pobres vigilantes que estaban cuidando el Palacio con escopeta. La Policía Nacional no estaba cuidando el Palacio de Justicia como debería hacerlo. Sobre eso hay una cantidad de investigaciones que no las conozco y, seguramente, habrá habido sanciones para algunos miembros de esa institución. Pero lo cierto es que esta es la situación. Nosotros rodeamos con vehículos blindados el Palacio de Justicia, esperamos las órdenes de mi general Arias Cabrales y las cumplimos tan pronto él las impartió.

SEMANA: “Manteniendo la democracia, maestro”. ¿Por qué utiliza esa frase cuando le preguntan los periodistas por lo que estaba haciendo el Ejército en ese momento?

Coronel: A las 8 de la noche, estos sinvergüenzas le metieron candela al Palacio de Justicia, y esto es muy importante que se sepa. Fue el M-19, y por eso la juez, que era juez sin rostro, Clemencia García, estableció con claridad que el M-19 había incendiado el Palacio de Justicia, había declaraciones de magistrados que vieron cuando los guerrilleros incendiaban los archivos, porque ese era el compromiso con Pablo Escobar. Entonces, cogió fuerza el incendio, porque es que quemar archivos que son en papel, pues eso es como casi que prender gasolina, porque el papel, con la misma facilidad, se incendia. Fue tal la fuerza que tomó el incendio, que mi general Arias Cabrales me dijo, “salga ya con los vehículos del Palacio”, porque es que uno de los enemigos de los vehículos blindados es el fuego, porque se mueven con combustible. Entonces, a esa hora, 8:30 de la noche, saqué mis vehículos del Palacio de Justicia y cuando llegué con el carro mío para bajarme a la Casa del Florero, porque ahí estaba el puesto de mando, ahí está mi general Arias Cabrales. Yo tenía que bajar a darle el reporte que ya estaba por fuera y regresar a mi carro. Cuando yo me bajé del vehículo, había una nube de periodistas. Y uno de los periodistas, no se me olvida el nombre, Jairo Pulgarín, un hombre muy inteligente, su voz se destacó sobre la de los demás porque todo el mundo me preguntaba el tiempo y me dijo, “¿qué es lo que está haciendo aquí el Ejército?”, y yo le contesté: “manteniendo la democracia, maestro”.

Luis Alfonso Plazas Vega. | Foto: León Darío Peláez

SEMANA: Y luego llegaron las investigaciones.

L. A. P.: Los hechos del Palacio de Justicia sucedieron en el año de 1985 y al mando de mi general Arias Cabrales estábamos cinco comandantes de batallón. ¿Cuándo se inician las investigaciones contra el coronel Plazas? Se abre una investigación en el año 2005, apenas salí yo del cargo de director Nacional de Estupefacientes.

Es que a mí me acabaron la carrera militar. ¿Cómo me la acabaron? No fue mediante un proceso. Manejaron las cosas con el presidente César Gaviria, a quien el M-19 le dijo, “si el coronel Plazas es general, el M-19 se retira de las conversaciones de paz”. El presidente mandó al general Óscar Botero a informarles a los generales, “el coronel Plazas no puede ser ascendido a general”. Y los generales le dijeron, “ya está ascendido, ya lo escogimos de primero”. Dijo, “pues no se puede porque no podemos perder el proceso de paz por un coronel habiendo tantos”. Me sacaron de la lista de coroneles cuando ya el cuerpo de generales tenía la voluntad de ascenderme. Entonces, en esas condiciones permanezco yo retirado hasta el año 2002. El 2002 llega el gobierno el presidente Álvaro Uribe Vélez y me nombra director Nacional de Estupefacientes.

El M-19 es un grupo terrorista y narcotraficante, y a mí me armaron el proceso sencillamente para cobrar venganza, más que del Palacio de Justicia, que había sucedido en 1985. ¿Entre 1985 y el 2002 cuántos años hay? Creo que son como 17 años. ¿Cómo es que en 17 años no me no me abrieron proceso? Pero para nombrarme director Nacional de Estupefacientes tenía que buscar si tenía yo alguna queja de carácter penal o disciplinario o administrativo. No la había de ninguna manera ni por ningún lado. Es más, dentro de mis compañeros, en el Ejército Nacional, creo que tenía una fama muy buena en el tema de la lucha contra la corrupción y de que no era una persona comparable. Eso fue lo que hizo que me escogieran a mí como director Nacional de Estupefacientes, y eso no le servía a los narcoterroristas de la guerrilla y por eso ellos hicieron lo propio, empezaron a inventarse un cuento y se hizo el montaje de los desaparecidos, salieron en la televisión una cantidad de figuras de personas. Claro, eran personas rescatadas, todavía están por ahí.

SEMANA: Usted menciona y califica como injusta la sentencia contra el general Arias Cabrales, pero la justicia, como le digo, en tres instancias tomó decisión, ¿qué piensa de eso?

L. A. P.: Yo no puedo entrar en ese tipo de discusiones, porque yo tengo que respetar las decisiones judiciales, la Corte Suprema de Justicia le ha negado la casación a mi general Arias Cabrales. Me parece que ahí puede haber habido o unos abogados defensores que no han cumplido adecuadamente con su deber, se han equivocado, cualquier cosa de esas puede haber pasado. Lo cierto es que a mí me duele mucho que él esté privado de la libertad, mientras los asesinos del M-19 no solamente estén libres impunes, sino gobernando el país.

SEMANA: ¿Qué reflexiones le deja a usted después de 40 años de todo lo que sucedió allí en el Palacio de Justicia?

L. A. P.: La reflexión es que el país todavía no se ha dado cuenta que el narcotráfico se adueñó del Gobierno, no solamente el Gobierno nacional, sino de muchos gobiernos regionales y locales. La reflexión es que hay mucha gente que no le da importancia al tema del narcotráfico y no se está dando cuenta de que la perdición de Colombia ha sido el narcotráfico. La situación que en este momento vive Colombia a nivel internacional es vergonzosa, es triste, da lástima. Colombia se conoce únicamente porque es un país de guerrilleros y narcotraficantes. Nosotros necesitamos que los medios de comunicación se amarren los pantalones y saquen las verdades del M-19, vinculado al narcotráfico sin temor, como lo estoy haciendo yo, que no tengan miedo. Esa palabra aparece 350 veces en la Biblia. No tengan miedo, Dios está con quien diga la verdad.

El M-19 nació en Colombia vinculado a los carteles del narcotráfico y el asalto al Palacio de Justicia es un narco asalto. Y la situación que está viviendo Colombia es sencillamente por el narcotráfico.

Coronel (r) Plazas Vega.
Coronel (r) Plazas Vega. | Foto: Semana.

SEMANA: ¿El M-19 sigue vigente, según lo que usted está queriendo decir?

L. A. P.: ¿No está vigente?, ¿usted cree que no? Le pregunto. Las Farc están vigentes, así hayan hecho procesos de paz. ¿Usted cree que no? Es que nos estamos engañando y nos dejamos engañar. No nos dejemos engañar, no nos dejemos engañar, por favor. ¿Usted cree que un país como los Estados Unidos va a sancionar al presidente de otro país si no tiene suficiente cantidad de información seria, veraz y comprobable para hacerlo?

SEMANA: ¿Quién es ese M-19 que usted dice que todavía está vivo en el país?

L. A. P.: El primero de ellos se llama Gustavo Petro Urrego y es el presidente de la República.

SEMANA: Hicieron parte del M-19, entraron en una negociación de paz con el gobierno y salieron adelante, y pues la demostración es que pudieron hacer política.

L. A. P.: Maravilloso. Esa narrativa me encanta. Ese es el cuento y esa es la narrativa que les han metido a los colombianos. ¿Usted no ha visto a los miembros del Gobierno ondeando las banderas del M-19? ¿Usted no ha visto al presidente Gustavo Petro colocar la bandera del M-19 en la misma asta de la bandera de Colombia, pero encima la del M-19? ¿No la han visto?

Presidente Gustavo Petro
Presidente Gustavo Petro y el M-19. | Foto: Presidencia

SEMANA: ¿Qué siente usted cuando ve que aparece nuevamente en esas manifestaciones, incluso en la propia Plaza de Bolívar, ahí donde fue el ataque al Palacio, las banderas del M-19?

L. A. P.: Que las están esgrimiendo este Gobierno porque yo no vi en ningún momento que el Gobierno saliera a hablar y a decir que eso no lo permitía. No, el mismo presidente lo ha hecho personalmente.

El señor Gustavo Petro cometió el delito de porte ilegal de armas y fue sancionado por el general Jesús Armando Arias Cabrales, que era el comandante de la operación. Y en ese momento estaba vigente la Constitución de 1886, que en su artículo 121 establecía que podía declararse el Estado de sitio en todo el territorio nacional. Y al tenor del Estado de sitio, se podía nombrar a los militares para que, mediante la justicia penal militar, juzgara a los particulares que estuvieran estableciendo problemas de orden público, y el Gobierno nacional, mediante un decreto legislativo firmado por todo el Gobierno del presidente Belisario Betancur, que estaba de presidente de la República, estableció que había necesidad de poner a los a los comandantes de brigada a juzgar a los miembros del M-19 porque estaban asesinando a los jueces. Ya iban como cuatro o cinco jueces asesinados por el delito de haber puesto preso a un miembro del M-19. Entonces el general Arias Cabrales juzgó a Petro por el delito de porte ilegal de armas y lo condenó a 18 meses de cárcel, y pagó la mitad, perdón, pagó como dos meses de cárcel. Pregunto yo, ¿después de pagar la sentencia cabe un indulto o una amnistía? La ley dice que no.

Bueno, ¿cómo llegó a la Cámara de Representantes una persona que tenía ese antecedente y no podía ejercer cargos públicos? ¿Cómo llegó al Senado de la República una persona que no podía ejercer cargos públicos? Y después, como candidato a la alcaldía, alguien, se me escape el nombre en este momento, presentó una denuncia penal diciendo, “este señor tiene una sanción que debe impedirle ser alcalde de Bogotá”. Entonces eso pasó a una magistrada, la magistrada Adelina Covo, según recuerdo, fue la que dijo que él estaba habilitado para ser alcalde porque había sido sancionado mediante una disposición firmada por un general y los generales los militares no pueden juzgar civiles. Es decir, aplicó la nueva Constitución del 91 para unos hechos que se llevaron a cabo en el año 85, cuando estaba vigente la Constitución del 86 mediante la cual, adecuadamente, conforme a la ley, el general Arias Cabrales había sancionado y había pagado la pena a este caballero. Pues entonces gracias a la magistrada de Adelina, como muy respetable, porque además es la suegra de Armando Benedetti, que es el ministro del Interior, tomó esa decisión, yo creo que ella se equivocó. Muy respetable su decisión, pero yo le digo, yo creo que se equivocó. Y después siendo alcalde de Bogotá, ya sabemos todo lo que pasó.

SEMANA: ¿Se arrepiente de algo de lo que pasó en el Palacio de Justicia?

L. A. P.: Esa es una pregunta muy simpática. O sea, ¿usted teme que yo me arrepienta de haber ayudado a rescatar 260 personas de manos de los guerrilleros? ¿Cómo me voy a arrepentir de eso? Que yo me arrepienta de qué en este momento. Gracias a la actuación de nuestras tropas se puede pensar en elecciones el año entrante. ¿Me voy a arrepentir yo de eso? Por favor, me siento orgulloso, pleno de orgullo, y cuando me estaban diciendo a mí que me daban la libertad, si yo reconocía delitos que no había cometido, dije, “esto es lo que tengo para dejarle a mis hijos”. No me arrepiento, me siento orgulloso de lo que se ha hecho.

SEMANA: ¿Qué piensa de la asamblea constituyente que promueve el Gobierno?

L. A. P.: Que se quiere pasar por la galleta la Constitución otra vez. Eso es lo que está pasando. Es que ya no se puede hacer Asamblea Nacional Constituyente. Para hacer la Asamblea Nacional Constituyente hay que presentar el proyecto ante el Congreso de la República y el Congreso de la República tiene que llevar a cabo un acto legislativo, no una ley. Y el acto legislativo requiere ocho vueltas, ocho debates, en dos legislaciones diferentes, de modo que el tiempo ya no le alcanza. Lo que él está viendo es ver cómo se pasa por la galleta la Constitución y la ley, porque él tiene temor que el día que él salga del poder lo pongan preso, porque ha violado todas las normas.

SEMANA: ¿A qué está dedicado en este tiempo? ¿Cómo le ha ido?

L. A. P.: Estoy dedicado a mi mujer, mis hijos y mis nietos y mis maravillosas nueras que son mis hijas. Estoy dedicado a escribir. Estaba escribiendo en el Diario de las Américas, pero suspendí por recomendación de mis abogados, dado que volvieron a acusarme los mismos de siempre. Mire, de todas las cosas que yo hago, buscan la forma de acusarme, y claro que me amargan la vida con eso, pero finalmente todos esos procesos los ganamos, porque es que cuando uno está con la verdad, lo justo sale a la cara.

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