“Soy una rara excepción”: Elon Musk señaló cuantos hijos suelen tener los ricos

Elon Musk, reconocido empresario, inversor y magnate, ha consolidado su éxito participando directamente en la creación de empresas como SpaceX, Tesla, Neuralink, OpenAI y The Boring Company. Se estima que su fortuna ronda los 200.000 millones de dólares y, actualmente, ocupa la primera posición en el listado de los hombres más ricos del mundo.

En su cuenta oficial de Twitter, el magnate compartió un cuadro en el que muestra la estadística con la tasa de natalidad en Estados Unidos desde 1940. Al analizar los datos, Elon Musk destacó que dicha cifra “ha estado por debajo de los niveles mínimos de sostenibilidad durante 50 años”.

A renglón seguido, el multimillonario comentó que, contrario a lo que muchas personas piensan, “cuanto más rico es alguien, menos hijos tiene”. No obstante, aceptó que él es “una rara excepción”, pues la mayoría de sus conocidos tienen un solo hijo o ninguno.

Cabe mencionar que Elon Musk, actualmente, tiene siete hijos: cinco con Justine Wilson, su primera esposa, (Griffin, Xavier, Kai, Saxon y Damian Musk); X AE A-XII Musk, su primer hijo con la cantante Grimes; y Exa Dark Siderael Musk, quien nació mediante gestación subrogada.

Nevada Alexander Musk, el primer hijo del CEO de SpaceX con Justine Wilson, falleció 10 semanas después de su nacimiento, en 2002.

La publicación en Twitter de Elon Musk motivó varias respuestas por parte los internautas. “Tener un hijo aumenta su huella de carbono siete veces. No puedes llamarte a ti mismo un ambientalista y predicar esto”, dice uno de los comentarios destacados, escrito por el usuario @Jthmeow.

“No sé cuál es la posición de la población en general. Personalmente, quiero tener hijos, pero aún no me siento del todo financieramente capaz de hacerlo. Creo que la crisis económica de los últimos años hará que muchas personas pospongan esta decisión”, escribió @EmmaRincon.

Elon Musk es acusado de mostrarle su parte íntima a una azafata; el multimillonario lo niega

El multimillonario Elon Musk rechazó las acusaciones de haber agredido sexualmente a una azafata hace seis años y denunció lo que definió como un complot “político”. “Estas acusaciones son totalmente falsas”, reaccionó el presidente ejecutivo de Tesla y hombre más rico del mundo en Twitter, la red social que desea comprar, tras un artículo publicado el jueves.

El medio independiente online Insider informó que la compañía aeroespacial de Musk, SpaceX, pagó 250.000 dólares a una mujer en 2018 para poner fin a una demanda por comportamiento inapropiado contra el multimillonario. El empresario de 50 años, según el artículo, le enseñó su pene erecto, le tocó las piernas sin consentimiento y le pidió un acto sexual mientras recibía un masaje de esa mujer en un vuelo privado a Londres.

El artículo cita a una persona que dijo ser amiga de la azafata. “Los ataques contra mí deben verse a través de un prisma político: es la forma (despreciable) habitual en la que actúan”, tuiteó Musk, sin especificar a quién apuntaba. “Desafío a esta mentirosa que dice que su amiga me vio ‘descubierto’: diga una sola cosa, cualquier cosa (cicatrices, tatuajes...) que no sea públicamente conocida”, dijo. “No podrá hacerlo, porque esto nunca ocurrió”.

El empresario nacido en Sudáfrica, y que tiene nacionalidad sudafricana, estadounidense y canadiense, se ha acercado recientemente a los republicanos, tras un apoyo anterior a los demócratas. “Ahora mira cómo están desplegando su campaña de trucos sucios contra mí”, añadió Musk.

En medio de esta polémica, Musk y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunciaron el lanzamiento de un programa de conexión satelital para escuelas aisladas y de “monitoreo medioambiental” de la selva amazónica que será implementado por la empresa SpaceX del magnate.

Musk, cuyo proyecto de comprar Twitter acapara en estos momentos la atención mundial, dijo tras la reunión en un lujoso hotel en el interior del estado de Sao Paulo, que la instalación de su red de satélites Starlink para conectar 19.000 escuelas rurales y monitorear la deforestación Amazónica es “muy buena” por razones “educativas y ambientales”.