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En el congreso se discutirá si es posible regular el consumo adulto de los derivados de la hoja de coca.

POLÍTICA

La apuesta de los congresistas por regular la hoja de coca: ¿tendrá futuro?

En medio de la lucha contra el narcotráfico y la erradicación de cultivos, senadores de diferentes sectores proponen una solución diferente: la regulación de la mata. ¿Qué es lo que plantean?

25 de agosto de 2020

El narcotráfico es uno de los mayores problemas de Colombia y ha estado asociado al horror y a la violencia del país. En el Congreso una veintena de parlamentarios radicó un proyecto de ley que busca regular la hoja de coca y sus derivados con el fin de desincentivar el negocio ilícito en torno a la droga.

La lógica de los congresistas es que si se regula el consumo de los derivados de la hoja de coca, se le quitará el dinero al narcotráfico. Además, consideran que así se controlaría en mayor grado que los menores de edad no puedan acceder a estas sustancias.

El proyecto contempla que “el cultivo de la hoja de coca será permitido en las áreas con presencia de cultivos de hoja de coca identificados en el monitoreo realizado por el Gobierno Nacional y la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito en el año 2019, así como en territorios indígenas conforme a sus políticas de autogobierno. Los cultivos de hoja de coca que se encuentren por fuera de las áreas reglamentadas serán considerados ilegales”.

El proyecto en principio puede sonar razonable. Sin embargo, los alcances aún son desconocidos y su suerte no es tan clara, justo en el momento en que el país cuenta con más de 200.000 hectáreas de coca y se libra una guerra territorial por el control de estos cultivos ilícitos.

En el país las drogas han causado dolor y desastre y para muchos es visto como sinónimo de drogadicción y otros problemas sociales que algunos consideran que se podrían impulsar si se regulan.

En esencia el proyecto propone lo mismo que uno similar que busca la regulación del cannabis y permitir el mercado de sus derivados para el consumo adulto.

El senador Gustavo Bolívar, autor de la iniciativa de la marihuana y que también participó de la presentación del proyecto de la coca, dijo que “en el fondo son lo mismo porque buscan quitarle la gasolina a la guerra y que el Estado revierta impuestos en campañas de educación y prevención”.

Sin embargo, reconoció que la diferencia sustancial es que la marihuana ya está regulada en otros países como Canadá, Uruguay y hasta algunos estados de Estados Unidos, pero que la cocaína aún está prohibida en casi todo el mundo y puede tener otras implicaciones. Sin embargo dijo que el propósito en últimas es abrir el debate con esta sustancia.

Otro de los argumentos del proyecto tiene que ver con la financiación de la lucha contra las drogas. El senador Iván Marulanda, de la Alianza Verde, uno de los que lidera esta iniciativa, dijo que actualmente en la lucha contra las drogas en el país se están invirtiendo 4 billones de pesos para la erradicación de los cultivos y que si se llega a implementar el glifosato puede ser hasta de 8 billones.

Los congresistas reconocieron que la iniciativa puede llegar a ser osada y difícil de aprobar, sabiendo las implicaciones que podría tener en términos de votos y representatividad para los congresistas con su electorado y las otras trabas que puede tener un proyecto como este.

“No le veo un camino fácil en un país tan conservador. Hay que presentarlos para que se abra la discusión, porque es la única manera para que la gente empiece a tener una pedagogía”, afirmó Bolívar.

Los más afectados con la guerra y los cultivos han sido los campesinos.

El senador Temístocles Ortega, de Cambio Radical, quien hace parte de la Comisión Primera, ya empezó a hacer los cálculos para que pueda pasar por lo menos el primer trámite. Dijo que la fuerza allí está equilibrada y que necesitarán de uno o dos votos para que avance a la plenaria.

“Nos tocaría hacer un trabajo de explicación y de convencimiento frente a uno o dos senadores que tienen posiciones pendientes de manifestar. Ese será un trabajo que tenemos que hacer al interior de la comisión. No es un tema fácil porque hay unas voces radicales frente a estos temas”, sostuvo.

El senador Armando Benedetti, que también hace parte de la Comisión Primera, fue más allá y contó los posibles votos con los que partirían y que serían unos trece: los 3 del Partido Liberal: Luis Miguel Pinto, Fabio Hamín y Luis Fernando Velasco; los 3 de Cambio Radical: Rodrigo Lara, Germán Varón y Temistocles; los dos de La U: Roy Barreras y Benedetti; los dos de Alianza Verde: Iván Name y Angélica Lozano; Carlos Lozada de las Farc, Alexander López del Polo y Gustavo Petro de la Colombia Humana.

Cuando se dé la discusión del proyecto se sabe que tendrá varios tropiezos y será muy complejo que se apruebe. En la comisión encontrarán fuertes voces en contra como las de las senadoras del Centro Democrático Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, quienes se sabe se oponen a este tipo de proyectos, además de los demás senadores del partido de Gobierno, los conservadores, entre otros.

En plenaria sería aún más difícill. Lograr las mayorías ya no será tan sencillo y los antecedentes muestran que estas iniciativas naufragan al poco tiempo.

Por parte del Gobierno se ha evidenciado una narrativa diferente frente al tema. Por cuenta de las masacres ocurridas, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ha dicho que una de las razones de las masacres es el narcotráfico y que la solución debe ser la erradicación forzada impactando a todos los eslabones de la cadena desde la producción hasta los jefes del narcotráfico, pasando por los consumidores.

Juan Manuel Galán, quien en 2016 cuando se desempeñaba como senador logró aprobar un proyecto de cannabis medicinal, celebró la iniciativa diciendo que se debe implementar una política de drogas basados en la evidencia.

“Durante 50 años hemos seguido el libreto impuesto por el presidente Richard Nixon en los 70 ‘s, en los Estados Unidos, que declaró la guerra contra las drogas. El balance de estos 50 años ha sido sangre, violencia, muertos, estructuras ilegales cada vez más poderosas y violentas y la capacidad de infiltrar al Estado en todas sus instituciones”, afirmó Galán.

Igualmente, otra de las voces que se ha manifestado frente al proyecto ha sido la de los pueblos indígenas, quienes han sido uno de los directos implicados. Pidieron que no se estigmatice la hoja de coca directamente con la droga como la cocaína, ya que para ellos esta planta es sagrada y no debería interpretarse como un estupefaciente. También dijeron que es aprovechada en otro tipo de productos y actividades ancentrales y legítimas como rituales y otras actividades agrarias.

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