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Las autoridades tienen en su poder pronunciamientos de los grupos armados que comandaron la violenta toma de Cali. Los mensajes han sido muy claros sobre su intención de infiltrarse y aprovecharse de las marchas pacíficas.
Las autoridades tienen en su poder pronunciamientos de los grupos armados que comandaron la violenta toma de Cali. Los mensajes han sido muy claros sobre su intención de infiltrarse y aprovecharse de las marchas pacíficas. | Foto: AFP - PAOLA MAFLA

TOMA DE CALI

¿De dónde sale la plata para financiar la toma de Cali? Esto es lo que se sabe

Importantes sumas de dinero garantizaban la permanencia indefinida de los bloqueos en 4 puntos de la capital del Valle.

15 de mayo de 2021

Por cuenta de un dosier de interceptaciones telefónicas e información de inteligencia, al que SEMANA tuvo acceso, esto es lo que se sabe sobre las intenciones detrás de la toma de la capital del Valle del Cauca.

De acuerdo con las investigaciones, la toma de Cali ha sido financiada por el narcotráfico. Se trata de importantes sumas de dinero que garantizaban la permanencia indefinida de los bloqueos en cuatro puntos claves de la ciudad: en el Paso del Comercio (para cerrar la vía a Palmira y al aeropuerto), en Calipso (para bloquear el oriente) y en Puerto Rellena y Meléndez (para impedir la salida al Cauca). El bloqueo ha causado un grave impacto económico y social en la ciudad.

En cada punto asignaban entre 10 y 15 personas de confianza para mover y organizar a la gente, así como se asignaron a disposición de estas personas varios vehículos particulares que iban de lado a lado, abasteciendo a las células de alimentos, agua y dinero en efectivo.

La investigación estableció que parte de los millonarios recursos para la logística empezaron a llegar a Cali por cuenta de alias Marcos Pacífico, uno de los jefes del ELN que actúa en el suroccidente del país, quien implementó correos humanos para mover el dinero hasta su destino. Una de las modalidades era llevarla camuflada en neveras de icopor, simulando que era comida.

Al mismo tiempo, se conoció que emisarios de las disidencias de las Farc, de Gentil Duarte, se encargaron de reclutar pandilleros y toda clase de delincuentes comunes para participar en las marchas. Además del dinero también se señala que les entregaron armas y otros elementos clave. Se determinó que pagaron por más de 200 escudos de hierro para que se protegieran en medio de los enfrentamientos con la fuerza pública.

Los primeros pasos para la toma de Cali se dieron en abril, cuando las autoridades comenzaron a detectar que varios de los jefes de los vándalos arribaron a la ciudad junto con jóvenes que salían desde Bogotá, Neiva y Cúcuta.

A la capital del Valle llegaron a casas que sirvieron de fachada, y se fueron preparando para actos violentos con la gente ya reclutada en la ciudad. Otras viviendas fueron adecuadas para entrenamientos en el uso de bombas molotov. Estos grupos ya se identificaban como brigadas clandestinas.

Agentes encubiertos siguieron de cerca algunos de los movimientos de las cabezas visibles del plan, que asistían a reuniones en distintos sectores de Cali, en las que se planeaba la manera de intervenir violentamente en las manifestaciones.

Por otra parte, inteligencia detectó que, desde comienzos de 2020, el ELN envió a sus llamados líderes políticos a varias zonas del país, aprovechando la pandemia, para realizar lo que llaman el “trabajo barrial”.

Las llamadas disidencias de las Farc ya estaban haciendo lo propio con las milicias urbanas, que no dejaban de aparecer en sectores populares. La información ha sido confirmada por las autoridades, a través de confesiones de algunos capturados e incautación de documentos, en los que aparecen nombres, barrios, líderes, pagos de nómina que van desde 200.000 pesos hasta pagos a líderes de entre 3 y 9 millones de pesos. Además se estableció que se les ofreció un abogado pago en caso de ser capturados.

Como si todo esto fuera poco, las autoridades tienen conocimiento de que incluso se estaría maquinando una gran asonada en Cali contra funcionarios de alto nivel del Estado, y se estarían pagando millonarias sumas de dinero por atentados selectivos.