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Equilibrar importaciones y exportaciones, la meta del nuevo ministro de Comercio

En entrevista con SEMANA, Germán Umaña, nuevo ministro de Comercio, Industria y Turismo, explica las expectativas que tiene frente a la reapertura de los negocios con Venezuela y qué va a pasar con los TLC.

13 de agosto de 2022

SEMANA: ¿Cuál es su expectativa como ministro de Comercio, Industria y Turismo?

G.U: Comparto totalmente el proyecto del Pacto Histórico en esta materia de la transición energética hacia el desarrollo, la sostenibilidad. Eso es lo básico y en esa materia, el ministerio tiene una serie de temas fundamentales. El primero es el comercio exterior. La agenda es revisar los resultados de la apertura de los 90 y de los diferentes tratados multilaterales, bilaterales y de integración económica que tenemos y crear algo que es evidente dentro del análisis que he hecho académicamente y como sector empresarial: que tenemos un desequilibrio entre apertura externa y defensa comercial de la producción de bienes y servicios nacionales.

SEMANA: ¿Eso qué significa?

G.U: Nadie está diciendo y, por favor, no lo ponga en términos de proteccionista. Se trata de recuperar los equilibrios entre los factores externos, los factores internos, porque una vez recuperados, podemos lograr nuevamente desarrollo de la inversión, de la atracción de inversión, desarrollo de la transferencia y adaptación de tecnología y desarrollo de industrias y de servicios, que tengan que ver sobre todo con la cuarta revolución industrial, que implica la adopción del conocimiento. Es incorporarnos al mundo con una internacionalización con rostro humano.

SEMANA: ¿Cuál es su análisis en el tema de industria?

G.U: El segundo tema es el viceministerio de Desarrollo Empresarial. Algún día podremos crear el ministerio de Industria, entendido como desarrollo de bienes y servicios, pero por ahora será el viceministerio de industria.

G.U: Tiene que ver fundamentalmente con atracción de inversión que permita a nuestros pequeños, medianos empresarios, al capital calificado, incorporarse a un modelo virtuoso adaptado a esa inversión extranjera, en lo que estamos logrando esos desarrollos. Y desde el punto de vista nacional, con los equilibrios, por ejemplo, con dummping, por ejemplo, con salvaguardias, pues es necesario invertir la carga de la prueba, porque hay que creer en lo que nos están diciendo nuestros empresarios que están perjudicando el mercado interno. Pero creerles parcialmente y tienen que demostrar que no tienen razón los exportadores, que se dice que están haciendo prácticas desleales, pero no es el cuento de que los que hacen prácticas desleales, no tienen la menor posibilidad de demostrar que otros hacen prácticas desleales. Hay que recuperar el equilibrio, porque estamos desequilibrados.

SEMANA: ¿Y en turismo?

G.U: Y el tercer tema, es el tema que tiene que ver con la paz, el desarrollo, la sostenibilidad, y por supuesto el turismo. La decisión del presidente Petro y del Pacto Histórico es jugársela toda por la paz, no solo para cumplir con los acuerdos, no solo para desarrollar el tema de la ruralidad y el tema agrario, para cerrar la brecha existente, sobre todo, en la expropiación, que esa sí es expropiación, que hicieron los grupos armados de las tierras en el país, para profundizar en los procesos de restitución de tierras a la gente que sacaron por la violencia, sino de dotarlos de la infraestructura necesaria para ser sostenibles en su regreso, y para poder reemplazar y sustituir los cultivos ilícitos. Es decir, para convertirlos en lo que llamamos nosotros las zonas de paz, reconciliación y desarrollo, y resulta que esas zonas de paz, conciliación y desarrollo son las más bellas del país, entre otras para el turismo ecológico, el turismo con aquellos que tienen todos los conocimientos ancestrales, con las comunidades. Y eso será necesario desarrollarlo, y ese turismo, no el turismo de los grandes hoteles, de las grandes playas, de las bellas mujeres, sino el turismo de nuestra gente, el turismo de la recuperación de nuestro territorio, va a ser una herramienta fundamental. Y ese es verdad, no ahora, porque es un proceso, pero sí se inicia un proceso de convertir el turismo en el nuevo petróleo, como lo dice nuestro presidente Petro.

SEMANA: Se ha venido hablando de renegociar los TLC y particularmente el tratado de libre comercio con Estados Unidos, ¿en qué va esta discusión?

G.U: Estamos revisando la política comercial y uno de esos puntos muy importantes son los resultados de los tratados que hicimos con países desarrollados, porque como es la misma estructura, pues hay que revisar los resultados con Europa, por ejemplo, la Unión Europea, y los resultados con México, y los resultados con los Estados Unidos.

SEMANA: Hay experiencias donde se renegociaron y terminaron peor que como estaban antes…

G.U: Ese análisis no tiene que ver solo con lo que los periodistas siempre preguntan, que es la liberalización de mercancías. Entonces, ahí mismo le dicen a uno, ‘pero México renegoció con Estados Unidos y le subieron al 75 por ciento el origen de las mercancías’. Y ahí están Dios y sus santos que ese es el descubrimiento fundamental, es la prueba reina de que no se puede hablar con los Estados Unidos para generar equilibrios.

SEMANA: Entonces, ¿cómo será el proceso?

G.U: Nadie está hablando de renegociar en primera instancia. Estamos hablando de analizar los resultados, llamar a las comisiones de evaluación de los tratados, con esos resultados, ellos también tendrán reclamos que hacer, análisis que hacer y, amablemente, analizar con ellos esos resultados, para ver si hay desequilibrios. Y amablemente como con los países del mundo, tendrán que diplomática y comercialmente tratar de buscar esos nuevos equilibrios, porque nunca es bueno que de un análisis alguien salga totalmente insatisfecho, porque eso no tiene futuro en el largo plazo.

G.U: Lo que estamos diciendo es revisar las comisiones de análisis de tratados en primera instancia, mirando a partir de nuestros análisis, cuáles son nuestros problemas, cuáles son los de ellos, pero no solo en mercancías, y es que es mucho más interesante y mucho más importante el tema de la soberanía alimentaria.

SEMANA: ¿Cuál sería ese alcance?

G.U: Por supuesto no voy a decir, súbanle los aranceles al maíz, pero lo que sí sé es equilibremos la producción del maíz, para que se produzca nacionalmente y se complemente con las importaciones. Pero fíjese lo que le está pasando: los precios están por el cielo, y resulta que cómo competimos con los subsidios, ayudas internas y otras medidas de efecto equivalente, que representan más de 3.000 millones de dólares diarios. ¿Le parece que ese es un desequilibrio? A mí sí. Entonces, pensemos cómo van a ser los mecanismos de recuperación del agro, por supuesto sujeto también al proceso de paz, porque si no tenemos un mínimo de soberanía alimentaria, no tenemos la posibilidad en el largo plazo de enfrentar las crisis internacionales, como la de Ucrania que se está produciendo ahora y que nos tiene al borde de una crisis de hambre. ¿Qué está primero: el hambre o el comercio exterior?

SEMANA: Uno de los temas polémicos en la campaña fue el aumento de aranceles para algunos productos. ¿Subirán aranceles en el tema de alimentos?

G.U: Cómo se le va a ocurrir que yo voy a subir los aranceles para el maíz en este momento. Eso no lo dijo el presidente Petro; es decir, bien caros los precios, bien escasa la oferta, subir los aranceles puede ser un mecanismo de otra situación, pero lo que nos toca buscar es equilibrar los subsidios de ellos, no con subsidios de nosotros, porque no tenemos chequera, pero por lo menos hablar con ellos sobre cómo eliminar esos subsidios que nos están afectando. Lo que nos toca hacer es una política de desarrollo del campo, en donde, en el marco de los acuerdos internacionales, por ejemplo, si notificamos nuestros acuerdos de paz, todo el tema que tiene que ver con el narcotráfico y con la seguridad, podemos aplicar políticas directas de apoyo al campo en inversión, en tecnología, en desarrollo de semillas, en institutos de investigación, en capacitación, información.

SEMANA: Es decir…

G.U: Tal vez lo más importante de la pregunta, es que en ningún caso vamos a aplicar aranceles para aumentar la inflación y que sí lo que tenemos que hacer es una estrategia para lograr un equilibrio entre la soberanía alimentaria y las importaciones.

SEMANA: ¿Qué va a pasar con los TLC pendientes?, por ejemplo, Japón y Emiratos Árabes.

G.U: La verdad es que quedaron pendientes desde el gobierno pasado, porque uno termina estando de acuerdo con el presidente Duque que no iba a firmar un solo tratado de libre comercio más hasta que evaluaran los anteriores. Lástima que no evaluó los anteriores, pero en alguna medida sí cumplió que no iba a hacer ningún otro tratado de libre comercio. Y estamos de acuerdo porque el de Emiratos Árabes querían firmarlo a toda costa, pero al final se les barajó, entonces, no está. Hablaremos con nuestros amigos de Emiratos Árabes, sobre la base de la información que nos dejaron y veremos qué es lo que pasa. Pero ese tratado no se firmó porque no estaba completo, y no se firmó porque del afán no queda sino el cansancio.

SEMANA: ¿Y en el de Japón?

G.U: Por ahora no se puede avanzar, porque tenemos que pensar en este momento qué pasa con nuestro país, qué pasa con la política comercial general y qué va a pasar con la estrategia que tenemos que definir, y si continuamos en los tratados de libre comercio bilaterales, si los modificamos o qué hacemos con eso, para generar los equilibrios.

SEMANA: ¿Cómo será la reapertura de los negocios con Venezuela?

G.U: La reapertura con Venezuela tiene una cosa virtuosa, que se está haciendo integralmente e institucionalmente.

G.U: Desde el punto de vista del comercio de bienes este año, a junio 30, hemos exportado 16 millones de dólares más de lo que habíamos exportado en el año pasado. Es decir, este año vamos, si no se abre la frontera ya, para unas cifras de 600 millones. Si se abre la frontera muy pronto, como va a ser, vamos para una cifra de 1.000, 1.200 millones de dólares, frente a los 200 millones de dólares del peor momento de comercio legal, eso ya es importante.

SEMANA: ¿Cuál es la zona más intensa en comercio y qué se está comercializando hoy con Venezuela?

G.U: Es importante, sobre todo, la recuperación de la frontera Norte de Santander - Táchira, porque usted no esta contabilizando allí, ni el contrabando, que es monstruoso, pero tampoco el comercio legal de las personas. Cada persona que llega y lleva a allá, y eso son exportaciones, sino que no están contabilizadas. ¿Qué se está comercializando ahora? Alimentos, productos agroindustriales, aseo, partes y piezas, químicos, papel, que no eran naturales en el comercio colombo-venezolano, pero son 620 partidas arancelarias nuevas, muchas más que las que hay con el tratado de libre comercio de exportaciones con Estados Unidos.

SEMANA: ¿Qué expectativas tiene en materia de comercio con Venezuela?

G.U: En el segundo año, 2023, pues ya se está dando una recuperación en los precios y en la oferta de energía eléctrica venezolana, y eso es definitivo para la industria petroquímica, la siderúrgica y la del aluminio. En esos tres tipos de industria, donde Venezuela tiene toda la ventaja comparativa, el costo de la energía eléctrica se vuelve fundamental, pero ellos no tienen que hacer unas grandes inversiones para recuperar sus plantas productivas.

G.U: A partir del segundo año, y el tercero, y el cuarto, vamos a recuperar el grueso de nuestro comercio complementario, es decir, petroquímica, plásticos, textiles, confecciones, fertilizantes, que es muy importante, y petroquímica aguas abajo, siderurgia, tanto en laminados planos y en caliente, como en laminados en frio que fabricamos acá. Y más tarde va a venir el sector automotor, que tendrá una recuperación mucho más lenta, porque Venezuela todavía no ha tomado la decisión de las multinacionales de ensamblar, entonces, no se está dando intercambio de piezas originales, sino solamente de reposición.

G.U: Esos sectores nos van a conducir hasta el final del gobierno del doctor Petro, 7 de agosto del 2026, vamos a estar en el orden de 4.500 millones de dólares de comercio binacional, que va a ser el 60 por ciento de lo que fue la mejor época del comercio en 2008, pero que indudablemente es importantísimo para el país.

Según las cifras del Dane para el año pasado del total de las exportaciones, el 42% correspondió a los Estados Unidos, 4,6% a Ecuador y 3,6% a Venezuela.

SEMANA: ¿Bajo qué esquema jurídico vamos a hacer esa relación comercial? ¿Qué pasa con Aladi?

G.U: ¿Qué es la OMC? Un acuerdo comercial en materia de bienes, servicios, mercancías, inversiones y solución de diferencias. Primer punto, los dos somos miembros de la OMC, y nos tenemos que dar tratamiento de nación más favorecida en ese marco. Segundo, el acuerdo de alcance parcial número 28 del Aladi es el que ha estado vigente entre nosotros en liberación del comercio, y en otros factores de todas las medidas comerciales y de defensa comercial. ¿Qué proponemos nosotros? Profundizarlo. ¿Y qué proponen los venezolanos? Profundizarlo y corregirlo, por ahora ese es un marco muy bueno, bilateral para manejar la zona de libre comercio.

G.U: Tercero, tenemos un acuerdo de transporte con Venezuela ya desde hace 6 años. Fue aprobado por la Asamblea Nacional venezolana, pero nunca en el gobierno anterior quisieron presentarlo al Congreso de la República para su ratificación. Le doy una chiva: en muy pocos días será presentado al Congreso Nacional para su ratificación, y los temas de transporte, mercancías y fronterizos son complejos, y ese acuerdo ayuda muchísimo.

SEMANA: ¿Cuáles son los mecanismos para el pago a los empresarios colombianos?

G.U: En este momento hay sanciones al Banco Central de Venezuela. ¿Qué quieren decir esas sanciones? Que ellos no están manejando ni los dólares, ni el tipo de cambio. Se están manejando a través de la banca privada, en mesas de cambio donde hay oferta, demanda. Termina habiendo una cantidad de dinero, de dólares u otras divisas diarias, se va el 75 por ciento para el mercado interno y el 25 por ciento a sus bancos gemelos en Panamá, en Miami, en Curazao, en Europa, y de allí saliendo legalmente van a pagar las importaciones que hace Venezuela, y tienen su corresponsal, asegurando que no haya sanciones. Ese es un mecanismo.

G.U: Otro mecanismo, el 80 por ciento de las exportaciones venezolanas se pueden quedar por fuera del país y solo el 20 por ciento convertirse en bolívares. Entonces, si exporta 1.000 millones de dólares, tiene 800 millones de dólares, que habitualmente se utilizan para pagar las importaciones de materias primas, bienes intermedios, insumos necesarios para reproducir su producción y es absolutamente legal, desde el punto de vista de los estatutos cambiarios. Un mecanismo adicional es que existe plata de los venezolanos en el exterior, mucho dinero, y se hacen las importaciones.

G.U: Entonces, es un negocio entre privados, exportamos primero, nos pagan después, mediante mecanismos absolutamente legales.

SEMANA: ¿Y el mecanismo de pagos de Aladi?

G.U: Mientras Venezuela no recupere su banca central y la autonomía de la banca central, y la claridad de que la banca central tiene el dinero para responder por lo que son, por ejemplo, cartas de crédito, pues el mecanismo de pago de la Aladi existe, pero no podrá ser utilizado. Léase solamente hasta que se levanten las sanciones y Venezuela recupere su credibilidad para el crédito internacional y el pago de la deuda internacional.

SEMANA: Porque hubo preocupación por las deudas con el sector privado colombiano…

G.U: No me eche el cuento de la deuda, porque si las deudas no hubieran sido solucionadas parcialmente y casi que totalmente, no estaría volviendo Avianca a pedir permiso para volar a Venezuela, yo pido permiso si es rentable.

SEMANA: Usted menciona que ese es un negocio entre privados, ¿habrá negocios con el gobierno venezolano?

G.U: Claro que habrá negocios con el gobierno venezolano, porque usted sabe que hay negociaciones con los norteamericanos. Lo simpático es que en la parte internacional no hay amigos, solo intereses. Viene la guerra de Ucrania, y resulta que el 14 por ciento del petróleo importado por los Estados Unidos era venezolano, y lo habían reemplazado por petróleo ruso y ucraniano. Ahora, ya es necesario tener la oferta venezolana, se habló con Chevron, con Repsol, ya habilitaron la licencia y empezaron una negociación, porque no hay amigos, solo intereses.

G.U: Para poder sentar a la oposición en México y para poder tener petróleo venezolano en los Estados Unidos, inmediatamente les puede generar 300.000 barriles, pero al 100 ciento del precio para Venezuela significan 500.000 barriles, es decir, más lo de Repsol, ellos estarán en el doble de la producción nuestra en muy corto plazo, en esa materia.

SEMANA: Entonces, ¿qué puede pasar?

G.U: Me imagino que eso no va a ser tan fácil que les vayan a levantar todas las sanciones, pero si se diseñará un mecanismo por ejemplo, que acuerden entre las dos partes de petróleo por alimentos, por medicamentos, petróleo por recuperación de los sectores públicos en el sector eléctrico, petróleo por partes y piezas. Eso pasó con Irán, petróleo por alimentos, aquí puede ser petróleo por una cuestión titulada para levantar sanciones, en unos sectores para la recuperación venezolana.

SEMANA: ¿Qué va a pasar con Monómeros?

G.U: No tengo ni idea. Monómeros es una maravillosa empresa, pero hay en el gobierno pasado con aceptar eso, ahí hay dicotomía, porque la propiedad del 51 por ciento es de PDVSA, y PDVSA es el gobierno venezolano, pero la administración, como en el caso de Citgo en los Estados Unidos, la tiene el gobierno del presidente Guaidó. Me pregunta qué va a pasar. Creo que no sabe el presidente Maduro, no sabe el presidente Guaidó, no supo nunca el presidente Duque. Es necesario analizarlo, una maravillosa empresa, que la necesitamos en el corto plazo, pues es un interrogante que no hemos podido resolver y que tendrá que resolverse de una manera inteligente.

SEMANA: ¿Cree que la reforma tributaria pueda frenar la dinámica que trae la inversión para el crecimiento?

G.U: Creo que la pregunta es al revés. ¿Las reformas tributarias que se hicieron promovieron la inversión? No. Y, ¿por qué no lo hicieron? Porque eran reformas tributarias regresivas. ¿Y qué pasa con las reformas tributarias regresivas? Que aumenta el grado de desigualdad. Un coeficiente de Gini del 50 y del 52 por ciento es inmanejable. ¿Y qué pasa si hay tanta desigualdad? Que hay menos demandantes, y resulta que, si hay menos demandantes y cantidad de demanda, para qué va a invertir si no tiene a quién venderle.

G.U: Una reforma tributaria progresiva disminuye el índice de desigualdad, va a aumentar la inversión, al aumentar la inversión, aumenta el empleo, aumenta el ahorro y en esa ecuación simple de ahorro igual a inversión, pues resulta que en lugar de estarse gastando todo, como se lo están gastando ahora, lo que se está planteando es que no se gasten todo, que ahorren más y eso implica mayor grado de inversión interno.

G.U: Y por supuesto con una estrategia de desarrollo sostenible industrializado, a través de la sustitución de la matriz energética espero que haya mayor inversión.

G.U: Estoy lleno de esperanzas, pero en lógica económica lo que le dije es verdad. Lo que pasa es que la lógica económica es a veces ilógica real, pero creo que en este momento sí estamos haciendo lo que hay que hacer, disminuir la brecha en el desarrollo y la brecha en la desigualdad.

SEMANA: ¿Qué va a pasar con las zonas francas?

G.U: Dejemos la pregunta para el Ministro de Hacienda que es el que está manejando ese tema.

SEMANA: En la tributaria se busca eliminar las exenciones sectoriales. ¿Cómo será esta discusión?

G.U: Cuando hablamos de una reforma tributaria progresiva, pues lo básico es eliminar todas las exenciones, todas. Pero sin pensar que perico de los palotes es mi amigo y entonces le tengo que dar exenciones, porque tiene mejor lobista.

G.U: Hay que recuperar los equilibrios. Y cuando uno recupera los equilibrios, el único aspecto básico es la disminución de los grados de desigualdad para generar desarrollo, pero en el resto ¿por qué le voy a dar incentivos a unos y a otros no, cuando ya están consolidados en materia de producción y cuando están consolidados en materia de inversión? Otra cosa es escoger algo estratégico para desarrollar, pero subsidios eternos para gente que no lo necesita o que crea un desequilibrio con respecto a otros sectores iguales… Sí creo que debe haber equilibrio y equidad, y que todos esos subsidios por principio deben eliminarse.